La tianeptina (Stablon u otras marcas) se comercializa en varios países como antidepresivo. Es más riesgosa que útil, y no tiene eficacia probada más allá de su efecto placebo. Conlleva un riesgo de hepatitis, reacciones cutáneas graves (en ocasiones, mortales), incluyendo exantema ampolloso y adicción [1,2]. La tianeptina tiene similitud química con la amineptina, que se retiró del mercado porque provocaba hepatitis, adicción, trastornos neuropsiquiátricos y acné grave [3]. El resumen francés de las características del producto (RCP) de Stablon incluye advertencias de abuso, dependencia y síntomas de abstinencia [4]. Desde 2012, en Francia, la tianeptina ha estado sujeta parcialmente a regulaciones gubernamentales para narcóticos, incluyendo un límite de las prescripciones para un suministro no mayor a 28 días [2].
En enero de 2024, la FDA —la agencia regulatoria de EE UU— también emitió una advertencia sobre los graves efectos adversos de la tianeptina (incluyendo convulsiones, coma y muerte). En EE UU nunca se autorizó la tianeptina como medicamento, pero forma parte de suplementos dietéticos disponibles sin receta en algunos estados [5,6]. Su uso parece haber aumentado enormemente desde mediados de la década de 2010 [6,7].
Según un análisis de publicaciones hechas en la red social Reddit, los motivos más frecuentes del uso y abuso de la tianeptina son mejorar el estado de ánimo o la agudeza mental, automedicarse por el dolor o por problemas de la salud mental, o mitigar los síntomas de abstinencia asociados a otras drogas recreativas [6].
La tianeptina tiene efectos dopaminérgicos que pueden provocar adicción. Otros efectos demostrados incluyen la actividad agonista de opioides, en particular sobre el receptor mu, y la modulación de los receptores del glutamato. También potencia la recaptación de la serotonina [6,8].
En la práctica, en 2024, dado que no se demostró su eficacia y en vista de los riesgos que conlleva, la tianeptina es un medicamento que se debería evitar. Dado que las empresas están determinadas a seguir comercializándola, para el beneficio de los pacientes y de los profesionales de la salud, la Agencia Francesa de Productos para la Salud (ANSM) debería restringir el permiso de comercialización a la repetición de prescripciones y posteriormente retirárselo (después de dar tiempo para que los pacientes y los prescriptores ajusten el tratamiento en curso).
Referencias