Para tratar a embarazadas epilépticas, la lamotrigina es el medicamento con la mejor evaluación: no tiene una acción teratógena conocida y su riesgo de trastornos del desarrollo es menor que el de otros antiepilépticos estudiados [1,2]. Otra opción es el levetiracetam, un antiepiléptico autorizado para tratar a adultos y niños mayores de un mes, pero su uso en embarazadas se ha estudiado menos. Los datos disponibles del levetiracetam provienen principalmente de cinco estudios de cohorte que incluyeron a aproximadamente 900 embarazadas expuestas al levetiracetam en monoterapia durante el primer trimestre del embarazo. Estos estudios no revelaron señales de seguridad particulares [1,3-9]. ¿Qué se sabe sobre el riesgo de trastornos del desarrollo neuropsiquiátrico?
A mediados de 2024, los resúmenes europeos de las características del producto (RCP) y la información para la prescripción disponible en EE UU de los productos que contenían levetiracetam no mencionaban un riesgo de trastornos del desarrollo tras la exposición en el útero [3,10]. El Centro de Referencia Francés para Agentes Teratógenos (CRAT) indicó en una actualización de julio de 2022 que “los datos disponibles no han mostrado consecuencias particulares sobre el desarrollo neurológico en más de 1700 niños expuestos en el útero al levetiracetam, con una media de la edad de 3,5 a 8 años, dependiendo del estudio” [11].
Para mediados de 2024, se habían publicado nuevos datos sobre las consecuencias a largo plazo de la exposición en el útero al levetiracetam [1,12-15]. Los siguientes son los descubrimientos más importantes.
Dos estudios usaron los registros de servicios médicos nórdicos. Los datos provienen de dos estudios de cohorte, que se basaron en registros nórdicos de servicios médicos (de Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia). Evaluaron la asociación entre el uso de antiepilépticos en embarazadas y la incidencia de diferentes trastornos psiquiátricos en sus hijos (nacidos entre 1996 y 2017) durante la niñez y la adolescencia [14,15].
Ansiedad y trastorno por déficit de atención e hiperactividad. En uno de estos estudios, se comparó a 16.458 niños expuestos en el útero a al menos un antiepiléptico (no se especificó el período del embarazo) con 22.203 niños nacidos de madres epilépticas que no habían recibido ese tratamiento. Aproximadamente 1000 niños fueron expuestos al levetiracetam en el útero en monoterapia, y se les dio seguimiento durante un período limitado (4,4 años en promedio) [14].
Después de ajustar por varios factores de confusión maternos (en particular, nivel educativo, cualquier trastorno psiquiátrico y uso de antidepresivos), hubo un aumento estadísticamente significativo del riesgo de padecer trastornos de ansiedad en los niños expuestos al levetiracetam en el útero: cociente de riesgos ajustado (aHR) 2,2; intervalo de confianza del 95% [IC95] 1,3-3,7. Se descubrió un aumento similar del riesgo de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (aHR 1,8; estadísticamente significativo) [14].
¿Otros trastornos del desarrollo? El mismo equipo ya había realizado otro estudio de cohorte, basándose en los mismos registros de servicios médicos y cubriendo el mismo período [15]. Este estudio evaluó la asociación entre la exposición a antiepilépticos en el útero y la incidencia de trastornos del desarrollo neurológico durante la niñez comparando a los niños expuestos con los no expuestos; se les dio seguimiento hasta una mediana de la edad de 8 años. Los principales trastornos estudiados fueron trastornos del espectro autista, discapacidades intelectuales y trastornos de movimiento estereotípico. Los niños tenían de 6,1 a 7,9 años cuando fueron diagnosticados.
Aparentemente, la exposición al levetiracetam no se asoció a un aumento del riesgo de padecer los trastornos del desarrollo neurológico estudiados.
Sin embargo, la combinación de levetiracetam + carbamazepina se asoció a un riesgo mayor de padecer trastornos del desarrollo (aHR 3,5; IC95 1,5-8,2), algo similar a lo que se observó con el ácido valproico en monoterapia [15].
En la práctica, la exposición al levetiracetam en el útero conlleva un riesgo a largo plazo de padecer ciertos trastornos neuropsiquiátricos: aumenta aproximadamente dos veces el riesgo de padecer trastornos de ansiedad y trastorno por déficit de atención e hiperactividad. No existe certeza en cuanto a otros trastornos del desarrollo. A mediados de 2024, no se conocían antiepilépticos que no tuvieran riesgos para el feto. Es importante informar a las mujeres y a las parejas sobre los riesgos conocidos o previsibles, para que puedan participar en la toma de decisiones sobre el tratamiento antes de planear un embarazo, o posponer o abandonar tales planes.
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