En 2024, un estudio que usó las bases de datos de servicios médicos daneses investigó el posible vínculo entre el uso de triptanos y los eventos isquémicos cardíacos o cerebrales [1]. Los triptanos son vasoconstrictores que se usan para tratar los ataques de migraña.
Entre 1995 y 2022, 429.612 pacientes recibieron una prescripción para un triptano por primera vez. El estudio identificó a los pacientes que habían recibido una prescripción durante un período de 84 días previo a un infarto del miocardio (11 pacientes), un accidente cerebrovascular isquémico (18 pacientes), o un accidente cerebrovascular isquémico o inespecífico (35 pacientes). La mediana de la edad de estos pacientes era de aproximadamente 60 años [1].
Cada paciente actuó como su propio control. Se comparó la frecuencia con la que se dispensó un triptano por primera vez durante el período de 14 días inmediatamente previo a la fecha del evento isquémico con la frecuencia durante los tres períodos previos de 14 días [1].
La primera utilización de la prescripción para un triptano ocurrió con más frecuencia durante el período inmediatamente previo al evento isquémico que durante los tres períodos previos de control. Para el infarto del miocardio, la razón de probabilidades (OR) fue de 3,3 (intervalo de confianza del 95% [IC95] 1,0-10,9); para el accidente cerebrovascular isquémico, fue de 3,2 (IC95 1,3-8,1); y para los accidentes cerebrovasculares isquémicos/inespecíficos fue de 3,0 (IC95 1,5-5,9) [1].
En la práctica, estos resultados coinciden con los efectos vasoconstrictores de los triptanos y el perfil de efectos adversos conocido de estos medicamentos [2]. Representan una justificación de peso para evitar los triptanos en los pacientes con factores de riesgo cardiovasculares [2,3].
Referencias