En 2023, un estudio de cohorte que usó la base de datos de un seguro médico de EE UU identificó a 91.590 adultos de 65 años y mayores tratados con apixabán (Eliquis) o rivaroxabán (Xarelto) para la fibrilación auricular y que posteriormente iniciaron un tratamiento antiarrítmico con amiodarona, sotalol o fleicanida (varias marcas). De ellos, 54.977 tomaban amiodarona y 36.613 tomaban sotalol o fleicanida. La mediana de la duración del seguimiento fue de 5,3 meses [1].
Los pacientes que tomaban amiodarona tenían un riesgo mayor de ser hospitalizados por hemorragias que los que tomaban sotalol o fleicanida, con un cociente de riesgos (HR) de 1,4 (intervalo de confianza del 95% [IC95] 1,3-1,6). El riesgo de hemorragias graves también fue mayor con la amiodarona que con el sotalol o la fleicanida, con un HR de 1,4 (IC95 1,0-2,0). En los pacientes que tomaban sotalol o fleicanida, el riesgo de hospitalizaciones asociadas a hemorragias por año de tratamiento fue de aproximadamente un 4%, y el riesgo de una hemorragia grave fue de aproximadamente 0,6%, en comparación con el 6% y el 0,8%, respectivamente, en quienes tomaban amiodarona [1].
La amiodarona inhibe la isoenzima CYP3A4 del citocromo P450 y a la glicoproteína P, que participa en el metabolismo y la eliminación del apixabán y el rivaroxabán. En contraste, el sotalol y la fleicanida no producen interacciones farmacocinéticas con el apixabán o el rivaroxabán [2].
El resumen de las características del producto de Eliquis advierte únicamente sobre el uso simultáneo de inhibidores fuertes de CYP3A4 y de la glicoproteína P. Sin embargo, este estudio muestra que también existe un riesgo con inhibidores menos potentes, como la amiodarona [3].
En la práctica, el anticoagulante de referencia para los pacientes con fibrilación auricular tratados con amiodarona debería ser la warfarina (Coumadin u otras marcas), ya que el nivel de anticoagulación se puede monitorear usando elíndice internacional normalizado (INR). La semivida de la amiodarona es muy larga, lo que implica que los cambios farmacocinéticos ocurren muy lentamente y puede tardar varios meses en actuar plenamente y en desaparecer después de suspender el medicamento [2,4].
Referencias