El New England Journal of Medicine (NEJM) es una de las revistas médicas más influyentes, con un factor de impacto de 96 puntos. Junto con revistas como The Lancet, es el lugar donde se concentran las publicaciones de la industria farmacéutica, que son las que predominan en su sección de investigación.
Cuando en julio de 2005 JAMA (Revista de la Asociación Médica Estadounidense) estableció el requisito de realizar análisis estadísticos independientes para publicar los ensayos financiados por la industria, pasaron a publicar un número significativamente menor de Ensayos Clínicos Aleatorizados (ECA) y de ECA financiados por la industria. Entre los beneficiarios de esta política se encuentra el New England Journal of Medicine, cuya proporción de publicaciones de la industria aumentó hasta alcanzar el 56%. También ha habido preocupación por la resistencia de esta revista a compartir datos —algo crucial para verificar los resultados de los ensayos clínicos de forma independiente — y por su clara resistencia a abordar los conflictos de intereses.
A pesar de su énfasis en el rigor, el número de artículos del New England Journal of Medicine que aparecen en la base de datos de Retraction Watch alcanza las 25 retractaciones.
El último artículo reveló que “las mediciones ambulatorias de la presión arterial eran un predictor más contundente de la mortalidad cardiovascular por cualquier causa que las mediciones en las clínicas“. Este fue citado 190 veces. Los comentarios de un lector provocaron que se reevaluaran los datos, ya que había errores en los cuadros con datos originales – parece que la revisión por pares no sirvió de mucho. Esto llevó a Carl Heneghan a retractar un metaanálisis sobre enfermedades cardíacas, cuando el equipo se dio cuenta de que la referencia del New England Journal of Medicine había sido retractada.
En 1996, los editores del New England Journal of Medicine establecieron como política oficial de la revista que los autores de las revisiones y las editoriales no podrían tener conflictos de intereses financieros. Sin embargo, en 2000, Jerry Kassirer y sus colegas fueron sustituidos por Jeffrey Drazen, a pesar de la preocupación que suscitaron sus vínculos con las empresas farmacéuticas (solo tenía nexos con unas 20 empresas).
Según la política del New England Journal of Medicine, Drazen dijo que “no intervendría en ningún manuscrito en el que estuvieran implicadas las empresas con las que había trabajado durante dos años a partir de su último contacto con las mismas“. Una vez transcurridos los dos años, Drazen dio un giro de 180 grados a su política previa y permitió que los autores con conflictos de intereses financieros “insignificantes” (definidos como un nivel mínimo de <US$10.000 al año y procedentes de la industria) escribieran editoriales y revisiones.
Los ensayos clínicos con patrocinio de la industria tienen más probabilidades de publicar resultados favorables que sobrestimen los efectos en metaanálisis posteriores, utilizando criterios de valoración primarios que tengan más probabilidades de arrojar resultados estadísticamente significativos, como los criterios de valoración indirectos, que son menos relevantes desde el punto de vista clínico. Varios ensayos de la industria publicados en el New England Journal of Medicine, se han asociado a daños graves (por ejemplo, Vioxx, rosiglitazona), debido a que no se notificaron todos los efectos adversos.
En cuanto a Vioxx, la revista esperó cinco años para publicar las inquietudes sobre los resultados del estudio. Se descubrió que la publicación del ensayo clínico VIGOR en el New England Journal of Medicine en 2000 no notificó todos los efectos adversos, entre ellos ataques cardíacos y muertes. Richard Smith, antiguo editor del BMJ, se lamentó en el Journal of the Royal Society of Medicine diciendo: “sin embargo, es claro que Jeff Drazen conocía estas otras muertes mucho antes de finales de 2005“. De hecho, el Wall Street Journal descubrió que Drazen se había enterado de ellas en agosto de 2001.
El resultado final, sin embargo, es que al New England Journal of Medicine le fue muy bien con los ensayos clínicos: Merck compró 900.000 reimpresiones del artículo con fines promocionales, con un coste estimado de entre US$700.000 y US$836.000.
Esto nos lleva al propietario del New England Journal of Medicine, la Sociedad Médica de Massachusetts (Massachusetts Medical Society), a la que le va de maravilla, pese a todos los problemas.
La Sociedad Médica de Massachusetts, con sede en Waltham (Massachusetts), es una organización sin ánimo de lucro con 24.000 miembros. Dice ser una voz líder en políticas de servicios de salud, salud pública y formación de médicos clínicos. La afiliación es para médicos y cuesta US$450 al año, pero los nuevos miembros se benefician de un descuento de US$200, y es gratuita para los estudiantes de medicina.
ProPublica, una agencia de noticias independiente y sin ánimo de lucro, informa en su página Nonprofit Explorer que los ingresos de la Sociedad Médica de Massachusetts fueron de US$125.843.070 en 2023, y que la mayor parte de los ingresos proceden del New England Journal of Medicine: Trust the Evidence calcula, basándose en sus 24.000 miembros, que las suscripciones aportan un máximo de US$11 millones.
La remuneración del vicepresidente ejecutivo es de £731.000 al año por el 50% de su tiempo, y el jefe de redacción del New England Journal of Medicine recibe US$416.000 por un trabajo de medio tiempo. A pesar de los conflictos, las retractaciones y los retrasos en responder a los daños, la Sociedad Médica de Massachusetts está en buena forma, con unos activos totales de US$282 millones. Si quieres tener éxito, solo tienes que hacer una cosa: unirte a la Sociedad Médica de Massachusetts.
Opinión de Salud y Fármacos:
El análisis de Heneghan y Jefferson presenta serias preocupaciones sobre la transparencia, los conflictos de interés y la integridad de la publicación científica en NEJM. La flexibilización de políticas sobre conflictos de interés financieros en NEJM bajo el liderazgo de Drazen genera preocupaciones sobre la independencia editorial y el sesgo en la publicación de artículos favorables a la industria.
Llama la atención que los miembros de la Sociedad Médica de Massachusetts no cuestionen firmemente el deterioro que ha experimentado la revista, por el impacto que sin duda tiene en la práctica clínica y en la elaboración de guías de tratamiento. Corresponde a los miembros de la Sociedad Médica de Massachusetts tomar medidas correctivas, que promuevan la medicina basada en la evidencia, y la difusión de información científica y clínica que esté libre de conflictos de interés, y así mejorar la calidad de la atención médica que se ofrece alrededor del mundo.
Fuente Original
Más lecturas:
Jefferson T. Sticking to principles and anticipating outcomes. Journal of the Royal Society of Medicine (“Adherirse a los principios y anticiparse a los resultados”). Journal of the Royal Society of Medicina. 2017;110(11):458-459. doi:10.1177/0141076817737972