Durante el año pasado, la Ley BIOSECURE ha sido un tema clave para la industria farmacéutica, dado su potencial para reducir significativamente la dependencia que tiene EE UU de las cadenas de suministro chinas, eliminando la dependencia de los fabricantes chinos antes de 2032. La legislación se consideró un paso fundamental para fortalecer la seguridad nacional y la resiliencia de la cadena de suministro. Sin embargo, al haber sido excluida de la Ley de Autorización de Defensa Nacional (National Defense Authorization Act) y con pocas perspectivas de ser aprobada en 2024, su futuro legislativo es muy incierto.
A pesar de ello, la influencia de la ley en las estrategias de la industria puede persistir. Como describe Sarah Karlin-Smith en “Inertia for Supply Chain May Stick Even If BIOSECURE Fails (https://insights.citeline.com/pink-sheet/compliance/distribution-supply-chain/inertia-for-supply-chain-change-may-stick-even-if-biosecure-fails-CMJVCVA6W5BLLJZNKZUNQHIUDA/)” para Pink Sheet de Citeline [1], las empresas ya están reevaluando sus cadenas de suministro, explorando su diversificación para reducir los riesgos, incluso cuando los desafíos logísticos y financieros complican estos esfuerzos.
Anshul Mangal, presidente de Project Farma, una empresa de Precision for Medicine, habló con Pink Sheet para compartir sus conocimientos, ya que es un experto en cómo la Ley BIOSECURE ha influido en las decisiones que involucran a la industria, entre ellas:
Referencias