Según los nuevos datos publicados por The Lancet con motivo del Día Mundial de la Diabetes, el número de adultos que viven con diabetes en todo el mundo ha superado los 800 millones, es decir que la cifra se ha cuadruplicado desde 1990. El análisis, realizado por NCD Risk Factor Collaboration (NCD-RisC) con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pone el acento en la magnitud de la epidemia de diabetes y en la necesidad urgente de adoptar medidas más enérgicas a escala mundial para hacer frente tanto al aumento de las tasas de la enfermedad como a la brecha terapéutica cada vez mayor, en particular en los países de ingreso mediano bajo.
«En los últimos tres decenios, hemos asistido a un incremento alarmante de la diabetes, que es el reflejo del aumento de la obesidad, a lo que hay que sumar los efectos de la comercialización de alimentos poco saludables, la falta de actividad física y las dificultades económicas», declaró el Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus. «Los países deben adoptar urgentemente medidas para controlar la epidemia mundial de diabetes. Y esto pasa por promulgar unas políticas que promuevan una alimentación saludable y la actividad física y, sobre todo, por disponer de unos sistemas de salud que ofrezcan servicios de prevención, detección temprana y tratamiento».
Según el estudio, la prevalencia mundial de la diabetes en los adultos pasó del 7% al 14% entre 1990 y 2022. Los mayores aumentos se dieron en los países de ingreso mediano bajo, donde las tasas de diabetes se han disparado mientras que el acceso al tratamiento sigue siendo bajo. Esta tendencia ha provocado unas marcadas desigualdades a nivel mundial: en 2022, casi 450 millones de adultos de 30 años o más —alrededor del 59% de todos los adultos con diabetes— seguían sin recibir tratamiento, es decir, que el número de personas sin tratamiento se ha multiplicado por 3,5 desde 1990. El 90% de estas personas viven en países de ingreso mediano bajo.
El estudio revela además que existen importantes diferencias a escala mundial en las tasas de diabetes: en las regiones de la OMS de Asia Sudoriental y el Mediterráneo Oriental, la prevalencia de la diabetes entre los adultos de 18 años o más ronda el 20%. Estas dos regiones, junto con la Región de África, presentan las tasas más bajas en cuanto a la cobertura del tratamiento de la diabetes, y menos de 4 de cada 10 adultos con diabetes toman medicamentos hipoglucemiantes.
Compromiso de la OMS con la respuesta mundial a la diabetes
Para hacer frente a la creciente carga de la diabetes, la OMS también ha presentado hoy un nuevo marco mundial para el seguimiento de la diabetes. Este producto es un paso clave en la respuesta mundial, dado que proporciona orientaciones exhaustivas a los países para que midan y evalúen la labor de prevención, la atención, los resultados y los efectos de la diabetes. Mediante el seguimiento de una serie de indicadores clave, como el control de la glucemia, la hipertensión y el acceso a medicamentos esenciales, los países pueden mejorar las actuaciones específicas y sus iniciativas en materia de políticas. Este enfoque normalizado empodera a los países para que determinen de manera eficaz las prioridades a la hora de destinar recursos, impulsando así importantes mejoras en la prevención y el tratamiento de la diabetes.
El Pacto Mundial contra la Diabetes de la OMS, que se puso en marcha en 2021, incluye la aspiración común de reducir los riesgos de diabetes y lograr que todas las personas a las que se diagnostique esta afección tengan acceso a servicios de atención y tratamiento equitativos, integrales, asequibles y de calidad. La labor emprendida en el marco del Pacto también promoverá la prevención de la diabetes tipo 2, debida a la obesidad, una dieta poco saludable y la falta de actividad física. Ese mismo año, además, la Asamblea de la Salud aprobó una resolución sobre la diabetes en la que se instaba a los Estados Miembros a dar más prioridad a la prevención, el diagnóstico y el control de la diabetes, así como a la prevención y el tratamiento de factores de riesgo como la obesidad.
En 2022, la OMS estableció cinco metas mundiales en relación con la cobertura de la diabetes que deben alcanzarse, a más tardar, en 2030. Una de estas es garantizar que el 80% de las personas diagnosticadas con diabetes tengan un buen control de la glucemia. La publicación que se ha dado a conocer hoy pone de manifiesto la magnitud y la urgencia de las medidas necesarias para avanzar en los esfuerzos que han de permitir cerrar la brecha.
El año 2025, ofrece una oportunidad inmejorable para encauzar las medidas encaminadas a combatir el alarmante aumento de la diabetes en todo el mundo con la celebración de la cuarta reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles (ENT), que tendrá lugar en septiembre. La cumbre reunirá a jefes de Estado y de Gobierno para que definan una robusta visión en lo que respecta a la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles, incluida la diabetes, a través de un compromiso colectivo para abordar las causas fundamentales y mejorar el acceso a la detección y el tratamiento. Mediante la armonización de los esfuerzos para alcanzar los objetivos de 2030 y de 2050, esta reunión de alto nivel supondrá un punto de inflexión en la tarea de fortalecer los sistemas de salud mundiales, incluida la atención primaria de salud, y detener el aumento de la epidemia de diabetes.