Los miembros de la Organización Mundial de la Salud acordaron introducir un nuevo concepto legal –la “emergencia pandémica”– como estrategia para ayudar a que el mundo esté mejor preparado para enfrentar futuras amenazas de salud. Clare Wenham, Mark Eccleston-Turner y Harry Upton sostienen que hay que aclarar mejor lo que este nuevo concepto significará en la práctica.
El Reglamento Sanitario Internacional (RSI o International Health Regulations) de 2005 [1] es un instrumento internacional, vinculante para los Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyo objetivo es “prevenir, proteger, controlar y ofrecer una respuesta de salud pública a la propagación internacional de enfermedades que sea proporcional y limitada a los riesgos para la salud pública, y que evite interferencias innecesarias en el tráfico y el comercio internacionales”.
Dadas las importantes deficiencias y limitaciones de RSI de 2005 [1] durante la pandemia de covid-19 y otras emergencias de salud, los Estados miembros acordaron incorporar modificaciones específicas al RSI para tener un instrumento mejor para mitigar la propagación de enfermedades. Un Grupo de Trabajo sobre Enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (Working Group on Amendments to the International Health Regulation o WGIHR) [2], integrado por los Estados miembros de la OMS, ha pasado los últimos dos años negociando y considerando nuevas propuestas de texto y modificaciones al RSI. Finalmente, en mayo de 2024, en la 77.ª Asamblea Mundial de la Salud, los Estados miembros llegaron a un consenso sobre un paquete de enmiendas a las RSI, que se resumen a continuación.
Emergencias de salud pública
Una parte fundamental del RSI es el mecanismo de activación que permite que el Director General de la OMS, con la asesoria de un Comité de Emergencias compuesto por expertos técnicos, determine si un evento constituye una “emergencia de salud pública de importancia internacional”. En el RSI, esto se define como “un evento extraordinario que se determina que constituye un riesgo para la salud pública de otros Estados debido a la propagación internacional de una enfermedad y que podría requerir una respuesta internacional coordinada”.
Se han determinado emergencias de este tipo ocho veces: H1N1, polio, ébola (2014-6), zika, ébola (2018), covid-19 y mpox (2022 y 2024). Sin embargo, cuando se tomó esta determinación para la covid-19, no tuvo el efecto previsto. Muchos estados y otras partes interesadas no intervinieron para mitigar la transmisión de la enfermedad. De hecho, la reacción a la determinación de “emergencia de salud pública de importancia internacional” fue tan limitada que el Director General de la OMS “declaró” que la covid-19 era una “pandemia”, una declaración que no se basa en el RSI y que no tiene fuerza jurídica que la respalde.
Emergencia pandémica
En este sentido, el RSI actualizado, codifica un concepto nuevo, el de “emergencia pandémica”. Según las nuevas normas, una emergencia de salud pública de importancia internacional puede pasar a ser una emergencia pandémica si se define como causada por una enfermedad transmisible y:
Creemos que la definición de emergencia pandémica plantea una serie de desafíos que aún no se han explorado en profundidad. En primer lugar, limitar el alcance únicamente a las enfermedades transmisibles se aparta del “principio de responder a todos los riesgos” que está incorporado en el RSI, por el cual cualquier emergencia de salud puede ser declarada como emergencia de salud pública de importancia internacional, independientemente de su origen.
En segundo lugar, el requisito de que haya una amplia propagación geográfica hacia y dentro de los estados es un tanto complicado. Pretende superar las limitaciones de la Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional, que establece que debe haber un riesgo de propagación internacional para determinarlo, pero todavía hay ambigüedad en este lenguaje en cuanto a lo que constituye una “amplia propagación geográfica dentro de un estado”.
En tercer lugar, tomar en consideración la capacidad del sistema de salud de los estados afectados se aparta del enfoque basado en el riesgo para determinar las Emergencias de Salud Pública de Importancia Internacional. El lenguaje actual se refiere únicamente a si la capacidad de los estados afectados tiene limitaciones significativas, y está sujeto a interpretación.
Por último, el criterio de que una emergencia pandémica debe suponer un riesgo sustancial de perturbación social o económica, incluyendo la perturbación del tráfico y el comercio internacionales, es subjetivo, ya que no se ofrece una definición de lo que significa “sustancial” o de qué perturbaciones sociales o económicas pueden considerarse importantes a la hora de determinar si un acontecimiento se puede considerar una emergencia pandémica.
Dado que ha habido mucha controversia en torno a la manera en que el Comité de Emergencias del RSI de la OMS y el Director General han interpretado y aplicado los criterios (mucho más sencillos) para determinar una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional, prevemos que habrá más controversia en torno a los criterios de “emergencia pandémica”.
Se necesita mayor claridad
Lo que es más importante, en este momento no hay más detalles sobre lo que podría significar determinar que hay una emergencia pandémica. Al hacerlo, el Director General de la OMS sigue teniendo las mismas opciones que tenía al declarar una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional: poder hacer recomendaciones temporales o permanentes sobre lo que los Estados deberían hacer para prepararse, prevenir y responder a la amenaza emergente.
Por lo tanto, dada la subjetividad del texto legal de la emergencia pandémica, aunada a la falta de claridad sobre lo que este nuevo mecanismo de activación significará tanto para la Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional, que también se mantiene en el texto del RSI, como para una preparación y respuesta significativas ante una pandemia, planteamos estas preguntas.
Creemos que es importante que se dé mayor claridad a estos mecanismos de activación y a lo que se pide que hagan los Estados miembros y las organizaciones internacionales cuando se determina que existe. Tener un mecanismo de activación sin impacto corre el riesgo de debilitar el RSI en general y la seguridad sanitaria mundial en general.
Referencias