ÉTICA Y DERECHO
Adulteraciones y falsificaciones
Colombia. Alarma por tráfico de medicinas adulteradas
El Tiempo, 15 de mayo de 2010
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3966518
Cientos de cajas y pastillas regadas por la cocina, en la sala, en las habitaciones y en los baños de un modesto apartamento en Kennedy, sur de Bogotá, fue lo que encontraron los investigadores de la Dijín (Dirección Judicial de Policía e Investigación) en un operativo para desmantelar una importante red de tráfico de medicamentos adulterados.
Ese día capturaron a 24 personas y fueron incautadas 290.000 pastas que la red movía en el ‘mercado negro’ de la capital.
“Adulteraban las cajas y los sellos de los medicamentos, que conseguían de contrabando, para venderlos como legales en droguerías”, explica el teniente Carlos Guañarita, jefe del grupo de investigación de falsificación de medicamentos de la Dijín.
A la fecha, las incautaciones suman 800.000 medicamentos mientras el año pasado, en el mismo tiempo eran 157.000, lo que significa que casi se cuadriplicó.
La estrategia de la red es la misma de otros grupos dedicados a traficar con fármacos adulterados: compran a bajo precio las pastillas en Venezuela y sin pagar impuestos las entran por Cúcuta hasta hacerlas llegar a Bogotá, Medellín y Barranquilla.
Luego, en imprentas clandestinas, fabrican las cajas, los insertos, las etiquetas y ‘montan’ un número de lote con nombres de firmas conocidas para venderlas en droguerías. “Trabajan en cadena con droguerías, con quienes tienen puerta abierta para comercializar los falsos productos”, agrega el oficial. La red desmantelada en Bogotá tenía contacto con 12 farmacias en el norte, sur y occidente de la capital. Muchas fueron selladas por la Secretaría de Salud.
Así mueven las pastillas. El tráfico de medicamentos no es un negocio nuevo, pero la policía ha incrementado los controles. Y es que los medicamentos que más se falsifican son para enfermedades graves como cáncer, sida e infecciones. Además, hay adulteraciones alarmantes en los analgésicos. Por eso, la Dijín tiene los ojos puestos en las redes que los distribuyen y para ello se unió con las Secretarías de Salud, el Invima, las multinacionales de fármacos y afianzó el trabajo con la Fiscalía.
Tan solo en lo corrido del año, la policía ha desmantelado cinco redes y ha capturado a 120 personas, mientras en el año 2009 fueron 187 personas. Investigadores dicen que también trafican con cápsulas de contrabando, y que además existen laboratorios dedicados a la producción de medicinas falsas en las tres principales capitales del país, Cali, Bogotá y Medellín.
Esos productos se distribuyen en las mismas ciudades, y ‘surten’ a Pasto, Ipiales, Popayán, Villavicencio e Ibagué. Buena parte del material incautado, era en realidad harina. Investigadores dicen que esta es el contenido de casi el 80 por ciento del material incautado.
Martha Rodríguez, subdirectora de Medicamentos y Productos Biológicos del Invima, alerta que cada vez reciben más quejas por falsos productos y advierte que “son medicamentos que no garantizan un tratamiento y ponen en riesgo la vida”. Cifras del Invima indican que de los 54 casos de falsificación reportados desde el 2008 a la fecha, el 85% corresponden a medicamentos, los demás son de cosméticos, suplementos para dietas y productos homeopáticos.
¿Cómo detectar medicamentos falsos?
Aunque el Invima dice que es difícil detectar cuándo un medicamento es falso, pues muchas veces la imitación resulta idéntica, la Dijín da las siguientes recomendaciones: revisar los acabados del empaque (tanto de la caja como del aluminio que cubre la pastilla), observar que en la fecha de vencimiento y del lote no haya tachones ni que la letra esté corrida o más clara. Verificar que los nombres y las especificaciones en el aluminio sean las mismas en la caja y en los insertos. Lo más importante, dice la Dijín, es comprar en droguerías reconocidas y dudar cuando en una farmacia el valor disminuye notablemente en comparación con otras.
Modalidades de tráfico
Las redes de tráfico de medicamentos utilizan tres modalidades. La más común es la producción a base de harina de las cápsulas. En este caso, producen la envoltura, las tabletas y los sellos en laboratorios improvisados. Para ello montan ‘cocinas’ en sus viviendas. Seguido está el usar medicamentos de contrabando, a los que les cambian las cajas, los insertos, imitan logotipos y etiquetas aprobadas por el Invima. Autoridades creen que en estos casos la composición química no es alterada, pero el solo hecho de falsificar el empaque significa un delito. Finalmente, está la distribución de medicina vencida a la que le borran la fecha y el número de lote así como sellos de prohibida su venta.