Diez recomendaciones para mejorar el uso de los medicamentos en los países en vías de desarrollo (Ten recommendations to improve use of medicines in developing countries)
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Laing R, Hogerzeil HV y Ross-Degnan D. Health Policy and Planning 2001; 16: 13-20 |
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Tres pesos pesados en el campo del uso adecuado de medicamentos resumen en un artículo los materiales presentados en una reunión internacional que tuvo lugar en Tailandia en 1997. Empieza el artículo con una revisión breve de la historia de programa mundial para mejorar el uso adecuado de medicamentos. Las cuaatro primeras recomendaciones que se presentan a continuación están basadas en experiencias científicas que han tenido éxito en diferentes partes del mundo y que los autores han recogido después de un exhaustivo estudio de la literatura. Las otras son recomendaciones que los autores consideran que por la información analizada pueden ser también muy útiles A continuación resumo las recomendaciones que considero más importantes para América Latina. 1. Establecer procedimientos para desarrollar, diseminar, utilizar y revisar guías o protocolos de diagnósticos y tratamientos estándares nacionales para cada nivel de atención. La complejidad puede ser variable, pueden incluir criterios para el diagnóstico, investigaciones requeridas, consejos para los pacientes, información de costes, etc. El éxito de las guías o protocolos para cambiar la práctica depende de varios factores: complejidad de la práctica que se quiere cambiar, credibilidad del grupo que las ha preparado, y sobre todo de la forma de diseminarla. Mejorar el uso de los medicamentos a través de guías/protocolos requiere un gran esfuerzo inicial y después darle continuidad, con programas de educación intensiva. Debe tener en cuenta la capacidad de las personas que prescriben (médicos, enfermeras, enfermeras auxiliares, etc.) y usar retroalimentación. Es muy importante la revisión continua de las guías/protocolos. Se deben usar para entrenamiento del personal de salud, para su supervisión una vez que empiezan a trabajar, para auditorías y para el desarrollo de la lista de medicamentos esenciales. 2. Exigir a los hospitales que establezcan Comités Terapéuticos y Farmacológicos con funciones definidas para monitorear y promover calidad en el uso de medicamentos. Existe ya mucha experiencia en los países económicamente más avanzados de los beneficios de estos comités, pero muy poca en los países en vías de desarrollo. Los comités pueden hacer revisiones manuales si no hay un sistema computarizado de la utilización de medicamentos utilizando datos de consumo o simples exámenes descriptivos, pueden también establecer sistemas para hacer auditorías de los registros de los pacientes, revisiones profesionales (peer review), y programas de educación continuada. Dos áreas importantes son el uso de antibióticos y control de infecciones. 3. Establecer un programa de entrenamiento en farmacoterapia basado en resolución de problemas que debe estar ligado a la lista de medicamentos esenciales y a las guías/protocolos nacionales. Es imposible poner demasiado énfasis en la importancia en entrenar a los futuros médicos en las prácticas adecuadas de prescripción sobre todo durante su formación clínica. El documento Una guía para la buena prescripción publicado por la OMS en 1994 (WHO/DAP/94.11) en inglés y francés de los autores De Vries ThPGM, Henning RH, Hogerzeil HV, Fresle DA es un manual práctico para estudiantes de medicina que ha sido evaluado científicamente con muy buenos resultados y ha sido adoptado también para entrenar enfermeras y farmacéuticos en varios países. 4. Los ministerios de salud pública, las universidades, y las asociaciones profesionales debe promover cursos de educación continuada siguiendo la metodología de resolución de problemas sobre el uso adecuado de medicamentos para los profesionales en ejercicio. Estos cursos deben ser un requisito para mantener la licencia profesional. 5. Estimular actividad de tipo interactivo de grupos profesionales o usuarios para recibir y aplicar información sobre el uso adecuado de medicamentos. Por ejemplo, en Indonesia reuniones entre médicos, paramédicos y usuarios sobre inyecciones consiguieron una reducción importante de su uso. 6. Entrenar a los farmacéuticos y a los vendedores de medicamentos a que sean miembros activos del equipo de salud y enseñarles a ofrecer consejos útiles sobre el uso adecuado de medicines. 7. Promover la incorporación de asociaciones de usuarios en los programas de educación de la población sobre el uso adecuado y dedicar recursos del gobierno a estas actividades. Según los autores, es importante controlar la promoción inadecuada de medicamentos que utilizan muchas compañías farmacéuticas. También es necesario advertir con máxima claridad los riesgos y reacciones adversas. La OMS ha publicado criterios éticos que dan lineamientos para la promoción adecuada pero pocos países las han puesto en práctica. Los autores indican que queda mucho que hacer en esta área y que debe hacerse con la ayuda de las asociaciones de usuarios. 8. Examinar el impacto que puedan tener las reformas de salud en la adquisición y uso de medicamentos. Por ejemplo, la descentralización de los servicios puede tener un impacto negativo en la eficiencia de la compra de medicamentos e incrementar su precio, así mismo, la introducción de cuotas de recuperación puede inducir a la automedicación entre los pacientes que no pueden sufragar el pago de la consulta. Los autores concluyen recomendando la introducción de guías/protocolos estándares, lista de medicamentos esenciales no solo para el sistema público sino también para el privado, comités terapéuticos y de farmacología en los hospitales, educación profesional basada en la técnica de resolución de problemas, y educación de los profesionales en ejercicio. Evaluaciones científicas de estas cinco intervenciones han demostrado que son muy efectivas. Otras tres ideas no han sido evaluadas pero que prometen ser muy útiles son: discusiones interactivas entre grupos, entrenamiento de los vendedores de medicinas, y educación de los consumidores. Antonio Ugalde |