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Revista de Revistas
 
Efecto de un suplemento multivitamínico y de minerales sobre las infecciones y la calidad de vida. Un ensayo randomizado, doble ciego y controlado con placebo
   
Barringer TA et al.
Annals of Internal Medicine 2003; 138:365-371
 
 

«Doctor, ¿cree que me vendría bien tomar un complejo vitamínico?». Ésta es una pregunta que se repite una gran cantidad de ocasiones a lo largo de nuestra práctica diaria. Annals of Internal Medicine nos presenta un ensayo clínico realizado desde Atención Primaria en el que tratan de dar respuesta a esta cuestión.

Apenas existen estudios bien diseñados en los que se trate de establecer la relación entre los efectos de un complejo multivitamínico y la incidencia de infecciones y además, los resultados son contradictorios en la mayoría de los casos. Se han encontrado datos que apuntan a que las deficiencias de micronutrientes disminuyen la función inmune si bine otros trabajos sugieren que cantidades superiores a las recomendadas pueden alterar esta función.

Métodos: El estudio fue diseñado como un ensayo randomizado doble ciego con placebo. Se seleccionaron 158 sujetos mayores de 45 años, siendo excluidas aquellas cuya función inmune o características podían alterar el resultado final (drogas inmunosupresoras, uso de suplementos vitamínicos, insuficiencia renal,…). Se les estratificó por edad (de 45 a 65 años y mayores de 65 años) y por existencia de diabetes mellitus tipo 2. Asimismo, se dividió por grupo de tratamiento (n=78) y grupo control (n=80).

El grupo de tratamiento recibió una pastilla diaria de un suplemento que contenía vitaminas (A, B, C, D, E, K y otras) y minerales (calcio, magnesio, manganeso, cobre, hierro, cinc…). El control recibió un placebo de 120 mg de calcio, 100 mg de magnesio y 3.4 mg de vitamina B2 con el fin de que no se distinguiera del grupo de tratamiento. La duración de este tratamiento debía ser de un año.

Se evaluaron datos demográficos y nutricionales al comienzo del estudio, a los seis meses y a la finalización. El estado nutricional fue valorado a través de un diario que registraba las tres comidas del día. Las deficiencias nutricionales fueron definidas como la ingesta de menos del 33% de la cantidad diaria recomendada para cinc, selenio, hierro, ácido fólico o vitaminas A, C, E o B6, selección ésta arbitraria ya que no existe un punto de corte bien definido.

El criterio principal de valoración fue la incidencia de infecciones informadas por los pacientes, medidas por diarios con listados de síntomas, agrupándolas por enfermedades comunes (infección de vía aérea superior o inferior, síndrome gripal, infección gastrointestinal e ITU). El objetivo secundario fue la calidad de vida, medida al comienzo y al final del estudio mediante el Medical Outcomes Study 12-Item Short Form.

Resultados: Ambos grupos, control y tratamiento, no diferían de manera importante en sus características basales, si bien en el segundo existía mayor actividad física y mejor nutrición al comienzo. Predominaban las mujeres, la raza blanca y las edades entre 45 y 65 años. Dos tercios de los participantes tenían sobrepeso u obesidad y aproximadamente el 30% tenía DM tipo 2. El 42% de los participantes padecieron infección de vía aérea superior, el 19% síndrome gripal, 12% infección gastrointestinal, 7% infección del tracto respiratorio inferior y menos de un 2% infección del tracto urinario.

El 73% del grupo placebo sufrió una o más infecciones frente a un 43% en el grupo de tratamiento (p<0,001). Asimismo, 57% del grupo placebo notificó absentismo laboral relacionado con infección frente a un 21% del grupo de tratamiento.

El análisis dentro de las variables edad y diabetes mostró hallazgos importantes: el 93% de los diabéticos del grupo control padecieron enfermedades infecciosas frente a tan sólo el 17% de los diabéticos que tomaron suplementos. Resultados similares se hallaron al valorar las cifras de absentismo.

En cuanto a la edad, no se encontraron diferencias significativas entre los dos grupos de edad, si bien el escaso numero de mayores de 65 años (33), hace que no se puedan extraer conclusiones significativas.

Tampoco los efectos de los suplementos vitamínicos sobre la calidad de vida fueron significantes ni en el plano físico ni en el mental.

Discusión: El estudio demuestra un beneficio en la incidencia de infección, más evidente en los diabéticos. La explicación biológica más plausible sería la corrección de deficiencias de micronutrientes. La existencia de más carencias entre los diabéticos al comienzo no son suficientes como para explicar los resultados del estudio.

Se ha demostrado en diferentes ensayos que incluso deficiencias moderadas de nutrientes pueden disminuir la respuesta inmune. Estas carencias subclínicas son comunes en las personas mayores y probablemente influyan en su inmunodeficiencia relativa.

Apenas dos ensayos han evaluado los efectos de los suplementos de vitaminas y minerales en la infección clínica con metodología aceptable y sus resultados han sido dispares, con poca duración y sin valorar efectos secundarios o severidad de infección.

Remarcan los autores la complejidad de seleccionar un adecuado punto de corte en los déficits de micronutrientes, aclarando que el nivel establecido, 33% por debajo de la cantidad diaria recomendada, podría ser suficiente. Se ha demostrado que incluso deficiencias menores ya conllevan empeoramiento de la función inmune. No obstante, la medición de esta variable se realizó mediante un diario de las tres comidas del día, lo que es una limitación al estudio ya que es difícil establecer la asociación entre la ingesta y el resultado fisiológico y clínico de la misma.

Resaltan también la ausencia de diferencias entre la edad o la estación del año, que podría inferirse intuitivamente, y la buena metodología respecto al sistema de doble ciego, con pastillas que no diferían en los dos grupos.

Por todo ello, concluyen, se debe admitir que en ciertos subgrupos de diabéticos, quizá aquellos con una mayor prevalencia de deficiencia de micronutrientes, el uso diario de suplementos de vitaminas y minerales pueden reducir la incidencia de infecciones. Sería conveniente realizar estudios con mayor población para establecer conclusiones más contundentes.

Cuando sus pacientes pregunten si pueden o deben tomar suplementos vitamínicos, tal vez ahora le podrá contestar con más conocimiento.

Referencias

1. Chandra RK. Nutrition and the inmune system: an introduction. Am J Clin Nutr. 1997; 66:460S-463S.

2. Chandra RK. Effect of vitamin and trace-element supplementation on immune responses and infection in elderly subjects. Lancet. 1992;340:1124-7.

3. Chavance M, Herbeth B, Lemoine A, Zhu BP. Does multivitamin supplementation prevent infections in healthy elderly subjects? A controlled trial. Int J Vitam Nutr Res. 1993;63:11-6.

4. Chandra R. Nutrition and immunity in the elderly: clinical significance. Nutr Rev. 1995;53(4 Pt 2): S80-5.

Pablo Serrano Morón

 

modificado el 28 de noviembre de 2013