Las asociaciones de pacientes ¿deben aceptar dinero de la industria farmacéutica
Traducido y editado por Boletín Fármacos
El British Medical Journal del 5 de mayo de 2007 incluye un debate sobre la conveniencia o no de que las asociaciones de pacientes reciban financiamiento de la industria. Alasteir Kent explica las razones por las que sí deberían, y Bárbara Mintzes defiende la tesis de que al aceptar dinero pierden independencia [Kent A, Mintzes B. Should patient groups accept money from drug companies? BMJ 2007;334: 934-5]. A continuación resumimos las dos posiciones.
Sí (Alastair Kent) |
No (Bárbara Mintzes) |
Si las asociaciones no aceptan el dinero: No hay inconveniente en que acepten dinero siempre y cuando no se vean obligados a tomar posiciones que, de no haber recibido ese apoyo, nunca hubieran tomado. Estos grupos tienen que declarar de donde provienen los recursos. La industria y las asociaciones de enfermos tienen objetivos comunes y es lógico que colaboren. El dinero que proviene de becas o de grupos filantrópicos también incluye condiciones. Las entidades públicas no tienen estándares éticos superiores a los privados. La población general puede no estar dispuesta a otorgar recursos a las asociaciones de pacientes. Las asociaciones no deben recibir dinero de la industria cuando hacerlo puede impedir que alcancen sus objetivos. Las asociaciones deben diversificar sus fuentes de financiamiento y no se deben dejar manipular.
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Las asociaciones de pacientes y la industria tienen objetivos diferentes. Las asociaciones representan y defienden a las personas con problemas de salud. La industria tiene como objetivo vender más medicamentos de marca. Las asociaciones que reciben dinero de la industria tienen un conflicto de interés que impide que la información que distribuyan sea objetiva. Los pacientes están en riesgo de: En EE.UU. la mayor parte (+ del 80%) de asociaciones reciben dinero de la industria, y en otros países industrializados entre el 33 y el 60%. Hay ejemplos que demuestran cómo se ha utilizado a las asociaciones de pacientes para hacer propaganda de medicamentos sin mencionar quién financiaba las actividades; y con el agravante que la información era incompleta. También se ha utilizado a las asociaciones para presionar a las agencias encargadas de determinar los medicamentos que se deben incluir en el formulario y a los que los financian, incluyendo a gobiernos, para aumentar las ventas de medicamentos caros. |