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PRESCRIPCIÓN, FARMACIA Y UTILIZACIÓN

Utilización

Medicalización de la vida diaria el sueño americano detrás de un puñado de pastillas
Mirada Profesional, 29 de marzo de 2012
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Desde hace tiempo EE UU es el principal consumidor de fármacos del mundo. El fenómeno lleva a pensar que “hay un medicamento para cada problema de la vida”. Pero la tendencia genera preocupación. Incluso algunos funcionarios plantean la necesidad de frenar el consumo. Reflexiones en torno a un problema complejo.

Desde que en los años 50 comenzaron a circular, los psicofármacos son parte de nuestra vida. Pero desde hace unos años, gracias a una amplitud de oferta desmesurada, se fueron metiendo en cada rincón de la vida. Este fenómeno, denominado medicalización, tiene efectos muy claros en la sociedad. El epicentro parece EE UU, donde la publicación  de un nuevo manual de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) fue la última señal de alerta sobre el tema. El mundo avanza hacia la salida medicamentosa a todo mal, advierten especialistas, que suelen recordar que tres de los cuatro medicamentos más vendidos son justamente psicofármacos.

La medicalización es tan importante que hasta el gobierno de EE UU advierte sobre la cuestión. En declaraciones realizadas ayer a la prensa local, el director de la Oficina Nacional de Políticas de Control de Drogas de ese país, Gil Kerlikowske, advirtió sobre “una sociedad con exceso de medicamentos”, el funcionario dijo que “hay un mercadeo dirigido al consumidor para resolver todos nuestros problemas por el uso de algún tipo de medicamentos”, las declaraciones fueron hechas en el marco de una visita al comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes.

Kerlikowske sostuvo que muchos de los casos de abusos de drogas recetadas provienen de personas que las obtienen de familiares o amigos que tienen acceso a su botiquín. Además, destacó que el año pasado el gobierno de Barack Obama divulgó una estrategia para evitar el abuso de los medicamentos recetados para que distintas entidades ayuden en el monitoreo. Esos esfuerzos requieren de educación, aplicación de la ley, trabajo para reducir los problemas con los medicamentos recetados y sacar a la luz ese problema que los Centros de Control de Enfermedades (CDC) han descrito como una “epidemia de salud pública”, anotó.

Pero pese a esta advertencia, los casos de medicalización se suman, y el flamante manual de la APA no ayuda. Es que el nuevo trabajo de la entidad, que agrupa a 36 mil profesionales en su país, define a la tristeza, la timidez y hasta la rebeldía como trastornos mentales, una idea que despierta más rechazos que adeptos. Es que muchos ven la mano de la industria farmacéutica detrás de esta nueva tendencia, ya que esta nueva categorización implica un aumento en la prescripción de medicamentos.  Por esto, no es casual que en una reciente conferencia el consultor, profesor, “speaker” y escritor Carlos Andreu recordó que “tres de los cuatro medicamentos más vendidos en el mundo son antidepresivos”. “Si quieres que te cambie la vida, tienes que cambiar lo que haces”, dice.

Por último, Liliana Cazenave analiza el impacto de la medicalización, con un preocupante paralelismo con el “Mundo Feliz” de Aldous Huxley.

La autora recuerda que “Francis Fukuyama en El fin del hombre- Consecuencias de la Revolución Bíotecnológica plantea que el fenómeno cultural del Prozac y sus parientes responde a que este medicamento actúa potenciando la más fundamental de las emociones políticas: la autoestima o valoración de uno mismo. A partir de esta oferta la autoestima se convierte en un derecho y el Prozac en un fármaco de importancia política.

“El Prozac guarda una inquietante semejanza con el soma de Un Mundo Feliz, la novela de Aldous Huxley, donde se presenta como una especie de píldora de la felicidad. Como Huxley plantea, la disciplina de la sociedad no se obtiene actualmente por la fuerza sino por la seducción. En efecto, la química actual ofrece la ilusión de abolir la tristeza, la locura, el stress, la enfermedad y el conflicto.

Si mañana, como plantea Fukuyama, una compañía farmacéutica inventase una pastilla de soma, cien por ciento huxleyana, que nos hiciera felices y nos ayudara a fomentar vínculos afectivos y sociales, sin ningún tipo de efectos secundarios, no está claro que alguien pudiera aducir motivos para que no se permitiera su consumo. Seguramente contaría con el apoyo de la comunidad psiquiátrica para declarar la infelicidad como enfermedad” (extraído de “Medicalización de la vida cotidiana”, en Revista Consecuencias).

modificado el 28 de noviembre de 2013