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PRESCRIPCIÓN, FARMACIA Y UTILIZACIÓN

Breves

Anabolizantes: un problema de salud pública (Anabolizantes: problema de saúde pública)
José Hiran Gallo
Consejo Federal del Medicina (CFM), 13 de diciembre de 2013
http://tinyurl.com/ccykkn7
Traducido por Omar de Santi

En el mundo conwp_postsoráneo la estética se impone de forma agresiva, muchas veces colocando en jaque los valores y la salud de los individuos y la comunidad. Se trata de una dictadura que transforma editoriales de moda, novelas y gimnasios en trincheras de guerra para definir qué es bello y que no.

En los años 60, las mujeres querían ser como Marta Rocha, que perdió un título de Miss Universo por dos pulgadas, y el ídolo de los adolescentes era John Wayne, reconocido más por su postura y carácter que por sus dotes físicos. Cincuenta años después, los patrones son otros, lo que hace que los seres humanos normales sufran con los humores de la industria de la moda y el entretenimiento.

Perder peso y estilizar la silueta en un día, para luego correr detrás de masa muscular es el objetivo. Para alcanzar esas metas –casi humanamente imposibles- los incautos han empleado un arsenal químico, aparentemente inofensivo y bien intencionado, pero que provoca consecuencias devastadoras en el organismo de los usuarios.

Los esteroides anabolizantes (EA) son drogas que tienen como función principal la sustitución de testosterona. Esto ocurre en los casos en que, por algún motivo, existe un déficit de esta hormona. Además de esta finalidad específica, estas sustancias tienen la capacidad de estimular el incremento de la masa muscular, lo que las torna objeto de deseo de atletas y personas que quieren ganar fuerza y mejorar el desempeño deportivo o la apariencia física. Mientras tanto, en la búsqueda de la imagen y los resultados soñados, se ingresa en un terreno delicado, donde muchos ponen en riesgo su propia vida.

De acuerdo con la Secretaria Nacional Antridrogas (Senard), en Brasil aproximadamente el 0.3% de la población entre los 12 y 65 años ha utilizado estas sustancias, al menos una vez en su vida. Entre estudiantes de Enseñanza Media esta tasa supera el 1%. Los estudios muestran que el consumidor principal se encuentra en el rango etario entre los 18 y 34 años, y en general, en el sexo masculino. En la década del 90 relevamientos en los EE UU indicaban que más de un millón de jóvenes ya habían empleado esteroides.

En muchas ocasiones comercializados en gimnasios y farmacias sin receta médica, estas drogas se tornaron en una obsesión, y objeto de deseo para miles de personas que desconocen la triste realidad: al ingerirlas transitan por el filo de la navaja que separa la salud de la enfermedad, y la vida de la muerte. La irresponsabilidad llega al tal punto que se promueve entre sus adeptos la utilización de otros productos de uso veterinario.

Los principales efectos adversos del abuso de EA constan de temblores, acné severo, retención de líquidos, artralgias, incremento de presión arterial, HDL bajo, y tumores. No se puede ignorar que aquellos que se inyectan estas drogas y comparten jeringas, se exponen además al riesgo de enfermedades infectocontagiosas. Asimismo, existen efectos crónicos causados por el consumo indebido de estos productos. En los hombres, puede causar disminución del recuento espermático, alopecia, ginecomastia e impotencia sexual. En las mujeres, hirsutismo, hipertricosis, y otros signos de virilización.

Si el consumo se inicia en la pre-adolescencia, el crecimiento puede disminuir dejando al usuario con baja estatura. Sin importar la edad o sexo, los efectos adversos incluyen un incremento en el riesgo de aparición de cáncer, coagulopatias, crisis hipertensivas y otras cardiopatías. El incremento en la agresividad puede tener otras consecuencias trágicas.

La población en general debe estar consciente de este y otros riesgos para no sucumbir a su apariencia tan inofensiva con resultados aparentemente tan generosos. La pérdida de peso y la ganancia de masa muscular requieren de trabajo duro de mediano a largo plazo, pero si son realizados en forma adecuada, los resultados permanecer durante mucho tiempo. 

Del mismo modo, es responsabilidad de las autoridades de Vigilancia Sanitaria cerrar el cerco al uso de estas drogas. Es preciso además controlar los gimnasios y las farmacias, tratando a los que comercializan con estos productos como traficantes, con penalizaciones ejemplares por el mal que causan.

Debemos terminar con la percepción de que el empleo de anabolizantes provoca invencibilidad y ajustar el cinturón ético y moral para impedir la desestructuración social en función de los apegos efímeros de una estética enferma

modificado el 28 de noviembre de 2013