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¿Por qué los medicamentos cuestan tanto? (Why drugs cost so much?)
Peter Batch
The New York Times, 15 de enero de 2015
http://www.nytimes.com/2015/01/15/opinion/why-drugs-cost-so-much.html?smid=nytcore-ipad-share&smprod=nytcore-ipad
Traducido por Carolina Cantó Castro y editado por Salud y Fármacos

Eli Lilly cobra más de US$13.000 al mes por Cyramza, el nuevo medicamento para el cáncer de estómago. El último medicamento para el cáncer de pulmón, Zykadia (Novartis), cuesta casi US$14.000 mensuales. Blincyto, el producto de Amgen para la leucemia, costará unos US$64.000 mensuales.

¿Por qué? Los productores de medicamentos dicen que los altos precios son resultado de la complejidad de la biología, las regulaciones gubernamentales y la expectativa de los accionistas de recibir altos márgenes de beneficio. En otras palabras, ellos dicen que tienen las manos atadas, pero hay una explicación más sencilla.

Las compañías están aprovechándose de una mezcla de leyes que fuerzan a las compañías de seguros a emitir pólizas que cubran todos los medicamentos de alto costo, y de una filosofía que exige que todos los productos nuevos para la salud estén disponibles para todos, sin importar lo reducido que sea el beneficio que aporten o lo mucho que cuesten. Cuando se toma cualquier otra medida inmediatamente se desencadena una polémica alrededor de los paneles de la muerte.

Hay abundantes ejemplos de cómo las compañías están abusando de este proceder erróneo. Un artículo publicado en el The New England Journal of Medicine en otoño pasado se centraba en como las compañías compran los derechos de medicamentos genéricos, antiguos y baratos, desplazan a los competidores y suben sus precios. Por ejemplo, el albendazole, un medicamento para tratar ciertos casos de infección por parásitos, fue aprobado en 1996. En 2010, su coste al por mayor era de US$5,92 diarios, en 2013 se había incrementado a US$119,58.

Novartis, la compañía que fabrica el Gleevec para la leucemia, continua subiendo su precio, es más, el medicamento ya ha dejado billones de beneficios para la compañía. En 2001, Novartis había establecido el costo de un mes de tratamiento en US$4,540, en dólares de2014, ahora cuesta US$8,488. Con estos precios, Novartis está a la par de otras compañas que cada vez reciben más por sus medicamentos. Saben que no podemos decirles NO.

Pero, ¿y si no necesitáramos que las compañías de seguros cubrieran todos los fármacos? La respuesta la tenemos en Europa. Muchos países europeos dicen cada año No a algunos fármacos, generalmente a los más inefectivos y de alto coste. Esto es porque saben decir No, el Sí no está garantizado. A las compañías no les queda más remedio que ofrecer los medicamentos a precios atractivos para dichos sistemas de salud. Un estudio reciente sobre fármacos oncológicos reveló que no tienes que decir No muchas veces para obtener descuentos por decir Sí. De los 29 fármacos más importantes contra el cáncer que están disponibles en EE UU y que fueron incluidos en el estudio, alrededor de un 97% y 86%están también disponibles en Alemania y Francia, respectivamente.

Como resultado del funcionamiento de estos países, según un estudio realizado por McKinsey en 2008, en Europa los precios de los medicamentos de venta con receta son un 50% más barato de lo que se paga en EE UU. Gleevec cuesta US$4.500 al mes en Alemania y 3.300 en Francia; menos de lo que los americanos pagaron en 2001.

Decir No, o al menos amenazar, también puede reducir los precios en EE UU, pero se hace poco. En 2012, mi hospital dijo que no se administraría Zaltrap a nuestros pacientes con cáncer de colon, porque cuesta el doble que otro fármaco (Avastin de Genentech) que es igual de efectivo. Cuando rechazamos el uso de Zaltrap, la compañía se dio cuenta que otros hospitales y médicos podrían hacer lo mismo, y redujeron el coste del fármaco a la mitad en todo el país.

Más recientemente, Express Scripts, una compañía que administra planes de beneficios farmacéuticos, dio a entender que la aprobación no estaba garantizada. Con esto consiguió que dos compañías productoras del tratamiento para la hepatitis C competieran por el contrato. Express Scripts dijo SÍ a Viekira Pak de AbbVie (para el subtipo más común, genotipo1), y dijo No a Sovaldi y Harvoni de Gilead. Otra compañía, CVS Caremark, utilizó otra estrategia, dejando fuera a AbbVie y eligiendo a Gilead.

De cualquier forma, lo que el caso de Express Scripts demuestra es que una vez demostrado que podía decir No, AbbVie descontó el producto. No dice en cuanto, pero Steve Miller, un ejecutivo senior, dijo que se había “reducido grandemente la disparidad entre los precios de EE.UU y el oeste de Europa”. Suena como el tipo de avance que necesitamos.

Quizás le preocupen los pacientes que puedan verse perjudicados por estas maniobras. Pero nosotros rechazamos Zaltrap sabiendo que no era mejor que el tratamiento alternativo. Express Scripts y CVS Caremark hicieron que dos compañías compitieran porque ambos tratamientos son efectivos.

La industria puede argumentar que el gasto en fármacos representa solo del 10% del gasto total en salud, pero este 10% equivale a US$300.000 millones al año. Y lo que todavía es más importante, los costes de los fármacos de precios altos están siendo transferidos a los pacientes. El fármaco de Lilly, Cyramza, le costará a cada paciente de Medicare alrededor de US$2.600 mensuales, si no tiene un seguro suplementario. Esto es más de lo que la mayoría de beneficiarios de Medicare ganan al año, antes de impuestos. En realidad, los precios altos repercuten en todos nosotros, ya sea a través de lo que pagamos individualmente o a través de los costos de la póliza de seguros.

En realidad, esto nos deja dos opciones. Podemos liberar a las compañías de seguros y programas gubernamentales de la obligación de incluir todos los fármacos caros en sus formularios, y al mismo tiempo explicar a la gente que algunos medicamentos no son suficientemente efectivos para justificar sus precios. Si hacemos esto, podemos estar seguros de que los productores bajarán los precios para asegurar la venta de sus productos. O bien podemos seguir el ejemplo de los países más valientes y exigir que los que toman decisiones establezcan una política que iguale los precios de los fármacos en EE.UU y en el del oeste de Europa. Cualquiera de estos acercamientos sería muy superior a la situación actual.

creado el 18 de Septiembre de 2015