Prescripción
Nueva red quiere que se dejen de prescribir (desprescribir) a los adultos mayores los medicamentos de venta bajo prescripción que son inapropiados (New network aims to wean seniors off inappropriate prescription drugs)
Don Butler, Ottawa Citizen
Otawa Citizen, 26 de febrero de 2016
http://ottawacitizen.com/news/local-news/new-network-aims-to-wean-seniors-off-inappropriate-prescription-drugs
Traducido por Salud y Fármacos
Si Barb Farrell se sale con la suya, en Canadá, en los próximos cuatro años, las personas mayores reducirán a la mitad el uso inapropiado de medicamentos de venta con receta.
El científico del Instituto de Investigación Bruyère en Ottawa pertenece a la Red Canadiense de Deprescripción, un nuevo grupo nacional de profesionales de la salud, investigadores y pacientes que se ha constituido para ayudar a los adultos mayores a reducir el número de medicamentos de venta con receta que están tomando.
“Tenemos un plan de cuatro años, y nuestro objetivo es, para el 2020, haber reducido el uso de medicación innecesaria o inapropiada en pacientes de edad avanzada en un 50%”, dijo en una entrevista. “Es una meta muy ambiciosa, pero pensamos que podíamos apuntar alto”.
Las tasas de utilización de los medicamentos en la tercera edad son “sorprendentemente elevadaa”, dice Farrell. Según el Instituto Canadiense de Información Sanitaria (CIHI), en 2012, casi dos tercios de las personas mayores pidieron que se le reembolsaran cinco o más clases de fármacos y el 27% 10 o más.
Entre las personas de 85 años o más, casi el 40% estaban tomando 10 o más fármacos. Alrededor del mismo porcentaje de los residentes en centros de cuidados prolongados utilizaron fármacos antipsicóticos al menos una vez en 2014, informó CIHI esta semana. “En este hospital de día geriátrico”, dice Farrell, “hay personas que toman 20 o 25 medicamentos”.
Las personas mayores por lo general comienzan a tomar medicamentos de venta con receta por buenas razones, dice. “Pero con el tiempo, especialmente cuando es gente de edad muy avanzada, no sabemos mucho sobre la efectividad de los medicamentos”.
Los pacientes mayores de 85 años normalmente no participan en los ensayos clínicos con medicamentos. “Así que no sabemos si el tratamiento tiene los mismos niveles de efectividad en ese grupo que en los otros pacientes”, dice Farrell. “Pero sabemos que el riesgo de efectos secundarios es mayor en las personas mayores”.
El uso simultáneo de varios medicamentos, conocido como polifarmacia, es una preocupación creciente en todo el mundo, y viene impulsada por el envejecimiento de la población y la disponibilidad cada vez mayor de medicamentos recetados.
“Hace 60 años no teníamos este problema con las personas mayores, porque no había tantos medicamentos”, dice Farrell. Hoy, sin embargo, “hay muchos más medicamentos disponibles. Las personas inician el tratamiento cuanto tienen 50 y 60 años, pero nunca dejan de tomarlos”.
La prescripción excesiva no solo pone a los pacientes de la tercera edad en riesgo de sufrir efectos secundarios y potencialmente disminuir su calidad de vida, sino que también aumenta los costos para los gobiernos, los cuales pagan una gran proporción del gasto en medicamentos de las personas mayores.
Está empezando a ser una carga difícil. Ontario ha anunciado planes para aumentar el deducible anual para los medicamentos de 100 dolares canadienses a 170 para la mayoría de las personas mayores y cobrará un dólar adicional por cada receta como co-pago.
“No es sólo el coste de la medicación”, dice Farrell. “Es también el costo de las hospitalizaciones prevenibles relacionadas con el consumo de medicamentos”.
La Red Canadiense de Deprescripción se remonta a hace más de un año, cuando alrededor de 30 personas de todo Canadá se reunieron para discutir la manera de reducir las tasas de prescripción inadecuada o potencialmente perjudiciales entre los ancianos.
La red, con el apoyo de fondos de los Institutos Canadienses de Investigación en Salud, despegó hace un mes, cuando más de 100 personas se reunieron en Toronto.
Desde entonces se han formado cinco subcomisiones encargadas de estudiar todo, desde el compromiso público hasta como otorgar a los médicos de familia las herramientas para que puedan ir eliminando los medicamentos que sus pacientes no necesitan tomar.
Hace unas dos semanas la red escribió al ministro de Salud, Jane Philpott, solicitando que el gobierno federal desarrolle una estrategia nacional para la adecuación de la prescripción. “Lo que estamos tratando de hacer es desarrollar un plan para mejorar la prescripción para la población mayor de Canadá”, dice Farrell.
La red utilizará una beca de CIHR para hacer ensayos clínicos controlados con tres clases de medicamentos: inhibidores de la bomba de protones, que se utilizan para tratar el ardor de estómago y las úlceras; las benzodiacepinas, un sedante para el insomnio; y la gliburida, un medicamento para la diabetes que controla los niveles de azúcar en la sangre.
El objetivo es desarrollar directrices para deprescribir los medicamentos y educar a los médicos de atención primaria a comunicarse y tener conversaciones efectivas con los pacientes acerca de la interrupción o reducción progresiva de medicamentos.
Esas conversaciones pueden ser un reto, dijo Farrell. “El médico de familia puede ser reacio a interrumpir el tratamiento que se inició en el hospital o prescribió un especialista”.
Con financiamiento del gobierno de Ontario, el grupo de investigación de Farrell en Bruyère ha elaborado directrices para deprescribir benzodiazepinas, inhibidores de la bomba de protones y los antipsicóticos y está haciendo pruebas piloto en varios sitios de Ottawa.
Las directrices para deprescribir son las primeras que se han desarrollado. “Hay muchas, muchas guías de prescripción que indican cuándo comenzar una medicamento”, dice Farrell, “pero ninguna de ellas aborda cuándo podría ser apropiado detener el medicamento”.
¿Es posible alcanzar el objetivo de la red de reducir la prescripción inadecuada en un 50%? Farrell no está segura. “En realidad, lo que estamos haciendo es cambiar el comportamiento en torno a la prescripción, tanto de los prescriptores como de los pacientes. Hay muchas cosas que tienen que cambiar”.
Para los médicos, uno de los retos será encontrar tiempo para hacer revisiones de la medicación con sus pacientes, dice Farrell.
“Todo el mundo esta colmando de trabajo en este momento. Añadir una cosa más y decir: ‘Ahora tieme que ver a todos sus pacientes y ver qué medicamentos se pueden interrumpir’… Tenemos que encontrar la manera de que sea factible”.