Investigaciones
Los beta-bloqueantes no están indicados para la mayoría de hipertensos
Worst Pills Best Pills Newsletter, febrero de 2017
Traducido por Salud y Fármacos
Uno de los problemas de salud más frecuentes por el que las personas buscan tratamiento médico es la hipertensión o presión arterial alta. Si no se detecta y trata de forma apropiada, la hipertensión puede incrementar grandemente el riesgo de problemas médicos graves tales como ataque cardiaco, accidente cerebro vascular y fallo renal. La hipertensión también incrementa el riesgo de muerte prematura [1].
Mantener un estilo de vida saludable es muy importante para prevenir o manejar la presión arterial alta, incluyendo una dieta baja en sal, rica en vegetales y frutas además de ejercicio regular [2]. Aumentar la ingestión de potasio en la dieta también reduce la ocurrencia de hipertensión [3]. Para algunos, seguir estas recomendaciones puede ser suficiente para controlar la presión arterial alta, otros requerirán medicamentos para lograr un control adecuado [4].
Los betabloqueantes, una clase de medicamentos que incluye al atenolol (TENORMIN), bisoprolol (disponible únicamente en forma genérica), carvedilol (COREG, COREG CR), metoprolol succinate (TOPROL XL), metoprolol tartrate (LOPRESSOR), nadolol (CORGARD) y propranolol (HEMANGEOL, INDERAL, INNOPRAN XL), han sido durante mucho tiempo la base del tratamiento medicamentoso de la hipertensión. En los últimos años, varios estudios han demostrado que estos medicamentos son menos efectivos que otros antihipertensivos en la prevención de riesgos cardiacos graves, particularmente en adultos mayores y fumadores.
Aunque estos medicamento siguen siendo útiles para algunos pacientes, ya no los recomendamos como tratamiento de inicio de la hipertensión, excepto en circunstancias especiales.
Tratamiento no medicamentoso para la presión Arterial Alta
Un estilo de vida saludable es vital para la prevención de la presión arterial alta y es una parte esencial para su manejo. A continuación describimos algunas estrategias que se ha demostrado que pueden bajar la presión arterial alta:
Riesgos de accidente cerebrovascular en adultos mayores y fumadores
Los betabloqueantes actúan principalmente bloqueando el efecto hipertensor de la hormona epinefrina (también conocida como adrenalina) en el corazón y los vasos sanguíneos [5].
Los betabloqueantes no funcionan tan bien como otros medicamentos antihipertensivos en la prevención del accidente cerebrovascular, otros eventos cardiovasculares o la muerte, especialmente entre fumadores y pacientes mayores de 60 años [6, 7, 8]. La disminución de estos beneficios se observó incluso en estudios donde los betabloqueantes solos, fueron en promedio tan efectivos como otros antihipertensivos en el control de la presión arterial [9].
Efectos Secundarios Graves
Además de ser menos efectivos que otros antihipertensivos para la prevención de accidentes cerebrovasculares y otras complicaciones graves de la hipertensión, los betabloqueantes también pueden causar efectos secundarios graves, incluyendo:
Los betabloqueantes “beta-1 selectivos”, también conocidos como betabloqueantes “cardioselectivos” ( incluyendo atenolol, bisoprolol y metoprolol) tienen menos efectos secundarios relacionados con la respiración, el desequilibrio del potasio y la interacción con la epinefrina [18]. El nebivolol (BYSTOLIC, BYVALSON) también se describe y promueve como betabloqueante beta-1 selectivo, pero no debe utilizarse porque cuando se consume en dosis diaria de 10 miligramos o más, que está dentro del rango terapéutico recomendado este medicamento, pierde su selectividad beta 1[19].
Cuando los betabloqueantes pueden ser útiles
El tratamiento con betabloqueantes está justificado en algunas circunstancias especiales. Ensayos clínicos de buena calidad han demostrado que los betabloqueantes, en pacientes sintomáticos o con historia de insuficiencia cardiaca sistólica (es decir hay una insuficiencia cardiaca porque el corazón deja de bombear adecuadamente) que están en condición estable, pueden mejorar sus síntomas y disminuir su riesgo de mortalidad [20]. Sin embargo, para pacientes con insuficiencia cardiaca diastólica (en los cuales el músculo cardiaco no se relaja normalmente, pero el corazón sigue latiendo con normalidad), los ensayos clínicos han demostrado que los betabloqueantes no aportan beneficios especiales [21].
Los betabloqueantes también benefician a los pacientes con angina y a los que han tenido un ataque cardiaco previo [22]. También son útiles para controlar el latido cardiaco irregular (fibrilación auricular o flutter auricular) [23].
Los betabloqueantes pueden prevenir complicaciones cuando se utilizan al menos dos días antes de una cirugía cardíaca [24]. Sin embargo, no son útiles para otros tipos de cirugía e incluso pueden ser perjudiciales [25].
Por último, los betabloqueantes pueden ser útiles para pacientes que no logran bajar su presión arterial con otros medicamentos antihipertensivos. Muchos pacientes responden bien a un medicamento pero no a otro, y la forma de saber si un antihipertensivo está ayudando al paciente es comprobar si controla su presión arterial [26].
Por lo tanto, si usted ha usado otros antihipertensivos y la forma más efectiva de controlar su presión arterial es agregando un betabloqueante al tratamiento, usted debe hacerlo.
Lo que Usted Puede Hacer
No tome betabloqueantes a menos de que tenga alguno de los problemas de salud mencionados anteriormente, o a menos de que haya intentado con otro tipo de antihipertensivo y los betabloqueantes sean los que mejor controlan su presión arterial.
Si consume betabloqueantes y tiene diabetes o está en riesgo de desarrollar diabetes, tiene problemas para respirar, niveles elevados de potasio en sangre o lleva consigo un inyector de epinefrina para las alergias, usted tiene un riesgo especialmente alto de experimentar efectos secundarios peligrosos. Puede disminuir su riesgo utilizando carvedilol (para personas con diabetes) o betabloqueantes cardioselectivos tales como el atenolol, bisoprolol o metoprolol, para las personas con problemas de respiración, alteraciones de potasio o con necesidad de utilizar epinefrina (EPIPEN).
Si ya está comando betabloqueantes y no tiene ninguno de los problemas de salud mencionados, hable con su médico sobre la posibilidad de hacer una transición lenta hacia otro antihipertensivo. Nunca deje abruptamente de tomar los betabloqueantes, ya que esto puede ocasionar efectos secundarios mortales, especialmente en pacientes con enfermedad coronaria. Para aminorar este riesgo, debe trabajar en estrecha colaboración con su médico para ir disminuyendo gradualmente la dosis.
Referencias