Investigaciones
La Agencia de Medicamentos de la Unión Europea y la Publicación de los Informes de los ensayos clínicos: un reto para la FDA
Anna L. Davis, James Dabney Miller
JAMA (publicado electrónicamente el 20 de febrero de 2017) doi:10.1001/jama.2017.0918
Traducido por Salud y Fármacos
La FDA ha sido por décadas el estándar mundial para la regulación de medicamentos. En 1962, como respuesta a la tragedia de la talidomida, el Congreso ordenó a la FDA evaluar la eficacia de los medicamentos basándose en “una investigación adecuada y bien controlada, que incluya las investigaciones científicas” dirigidas por expertos calificados.
Con el respaldo de esta legislación, la FDA elaboró procedimientos administrativos innovadores (e.g. el requerimiento de protocolos con controles de placebo o substancias activas, con fases clínicas, y el conocimiento informado para los pacientes) que ha servido de guía a la empresa mundial de ensayos clínicos desde entonces. [1]. Las regulaciones de la FDA revolucionaron la evaluación de los medicamentos en EE UU y en el extranjero.
Sin embargo, la Agencia de Medicinas Europea está a punto de adelantar a la FDA, en temas regulatorios de medicamentos igualmente importantes como el de transparencia. En octubre de 2016, la EMA publicó en su página web un informe sobre dos medicamentos recientemente aprobados (carfilzomib y lesinurad). Al hacerlo la EMA permitió el acceso aproximadamente a 260,000 páginas de información detallada de ensayos clínicos, incluyendo el protocolo, los análisis estadísticos, y detallados datos clínicos. Aunque para proteger la privacidad del paciente se ocultó alguna información, la EMA consideró que solo dos páginas contenían “información comercial confidencial”.
La publicación proactiva de informes clínicos por una agencia regulatoria de medicamentos no tiene precedentes, pero anuncia el progreso hacia una mayor transparencia. Hasta hace poco, la EMA rechazaba las solicitudes de terceros para la divulgación de informes de estudios clínicos. Sin embargo, la EMA en 2010 anunció que con una protección adecuada de la información comercial confidencial y de datos personales, el acceso a los documentos presentados para apoyar las solicitudes de comercialización de medicamentos se denegaría únicamente en circunstancia limitadas [2]. Desde entonces, la EMA ha liberado más de dos millones de páginas de documentos regulatorios, incluyendo informes de estudios clínicos, que previamente hubiesen sido considerados como confidenciales [3].
La publicación de informes de estudios clínicos le permitió a Cochrane una revisión sistemática de oseltamivir, que de otra manera no se hubiera podido llevar a cabo [4]. Subsecuentemente otros investigadores condujeron meta-análisis de los datos de oseltamivir a nivel de paciente (que fueron proporcionados confidencialmente a los investigadores por el patrocinador de oseltamivir), y sus meta-análisis alcanzaron resultados diferentes de la revisión de Cochrane [5]. Sin embargo, la revisión de Cochrane estimuló el debate sobre oseltamivir.
En 2014, la EMA fue un paso más allá. Al adoptar la política No. 0070 que permite la publicación en línea de todos los informes de estudios clínicos relacionados con la solicitud de autorización de comercialización enviadas a la EMA después del 1ro de enero de 2015 y después de que la solicitud ha sido aprobada, negada o retirada [6]. La Ema asume la posición de que, “[e]n general los datos clínicos no se pueden considerar información comercial confidencial (CCI)]”. El acceso a los informes de estudios clínicos está limitado a aquellos que aceptan los términos para su uso en línea, que prohíben tanto el intentar “re identificar” individualmente a los pacientes del ensayo como cualquier “uso comercial indebido de los informes clínicos”. Esto estaba de acuerdo con la política No 0070 que la EMA publicó en línea en octubre de 2016 de los informes de estudios clínicos para carfilzomib y lesinurad.
La EMA adoptó la política No 0070 para alcanzar el objetivo de “informar mejor sobre el uso de medicamentos” y “para hacer el desarrollo de medicamento más eficiente” al permitir que los investigadores “aprendan sobre éxitos y fracasos pasados”. La EMA concluyó que publicar datos clínicos detallados permitiría el desarrollo de “nuevo conocimiento en favor de la salud pública”. Si la política No. 0070 alcanzará ese objetivo es una hipótesis sin comprobar, pero al publicar los informes de estudios clínicos, la EMA ha hecho un tipo de experimento natural que debe permitir estimar el beneficio real, si lo hay, de su nueva política.
Sin embargo, la política No. 0070 enfrenta una incertidumbre legal. En julio de 2016, la Corte General de la EU, emitió un mandato provisional que tiene el potencial de socavar o revertir esa política [7]. En ese caso, PTC Therapeutics, presentó a EMA un informe de un estudio clínico fase 2, controlado de eficacia de ataluren, para el tratamiento de la distrofia muscular de Duchenne. Con base en el informe de ese estudio clínico, la EMA aprobó el ataluren condicionalmente en julio de 2014. Otra compañía farmacéutica no identificada requirió una copia del informe del estudio clínico del ataluren. La EMA ofreció eliminar varias partes del informe del estudio clínico, pero PTC Therapeutics adoptó la posición de que la totalidad del informe del estudio clínico era información comercial confidencial.
La PTC Therapeutics solicitó a la Corte General de la Unión Europea. Refiriéndose a la política de EMA del 2010 como “un cambio abrupto de dirección” la corte emitió un mandato provisional ordenando a la EMA no publicar el informe del estudio clínico hasta que se pueda tomar una decisión final. Un factor significativo para la corte fue que el pedido del informe del estudio clínico de ataluren viniera de una compañía farmacéutica, lo que sugería que el informe del estudio clínico tenía un valor comercial. La EMA apeló la decisión y esa apelación está pendiente.
El litigio de la PTC Therapeutics no implica directamente la política No. 0070 porque la aplicación comercial para el ataluren fue sometida a la EMA en 2012, mucho antes de la fecha efectiva para la política No.0070. Sin embargo, una decisión final a favor de PTC Therapeutics puede, de manera práctica, hacer imposible la implementación de la política No. 0070 de la EMA. Una decisión a favor de la PTC Therapeutics puede significar que los informes de estudios clínicos se consideran en su conjunto información comercial confidencial y, por lo tanto, no está sujeta a divulgación pública en absoluto, señalando así un retorno al status quo de antes del 2010. De otra parte, una decisión a favor de la EMA puede indicar que los informes de estudios clínicos para todas las aplicaciones comerciales enviadas desde 2015 pueden eventualmente publicarse en línea.
El reto que la FDA debe enfrentar es que los informes de estudios clínicos que se envían para apoyar las solicitudes de comercialización de medicamentos en EE UU son básicamente los mismos que los de la Unión Europea [8]. Actualmente la FDA considera los datos clínicos como información comercial confidencial, mientras que la EMA no. La política No. 0070 de la EMA, si sobrevive el caso actual con PTC Therapeutics, puede llevar a la anomalía de que la EMA publica en línea proactivamente los informes de estudios clínicos (después de que se toman decisiones sobre las solicitudes de autorización comercial), mientras que la FDA retiene los mismos o similares informes de estudios clínicos. A pesar de la importancia de este asunto para la salud pública, ni en EE UU ni en la Unión Europea hay hasta ahora una autoridad legal clara sobre si los informes de estudios clínicos deben hacerse públicos y, si es así, bajo qué condiciones.
En 2009, Margaret Hamgurg, MD, entonces Comisionada de la FDA, creó el Grupo de Trabajo para la Transparencia (Transparency Task Force) con el fin de revisar las políticas de la agencia y las regulaciones que rigen la divulgación pública de información importante del proceso de regulación de productos médicos. En el informe divulgado por el Grupo de Trabajo en 2010 [9], con respecto a “datos no resumidos sobre seguridad y eficacia” (lo cual incluiría informes de estudios clínicos), observó los “importantes beneficios para la salud pública asociados con la divulgación de la información, lo que incluye la reducción de costos y el incremento de la eficiencia en la investigación” y pidió una “discusión más amplia con las partes interesadas”.
Aunque no hay evidencia de que la publicación de la EMA de informes de estudios clínicos haya mejorado el descubrimiento y regulación de medicamentos o reducido el costo de los medicamentos, dicha discusión todavía no ha tenido lugar de manera sustantiva, pero debería, y pronto. Lo que forzará a que se llegue a una decisión sobre este asunto es la política No. 0070. Si los informes de estudios clínicos son publicados en el sitio Web de la EMA, entonces la posición de la FDA puede quedar socavada.
Este sería para la FDA, el líder global de la evaluación y regulación de medicamentos, un resultado desafortunado.
Información sobre conflictos de interés: Los autores han llenado y presentado el cuestionario ICME sobre información de conflictos de interés. Davis and Miller han informado que recibieron una beca de la Fundación Laura and John Arnold.
Referencias