Políticas
La fabricante y distribuidora de medicamentos del Estado mexicano afirma que su infraestructura “fue deliberadamente abandonada” en años pasados, favoreciendo a los monopolios en el mercado de la salud; sus estatutos fueron modificados para transformarla en una distribuidora nacional de medicinas
La empresa paraestatal Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex), que tenía como misión central la producción de vacunas y que en 2020 fue transformada en una distribuidora de medicamentos para el sector salud, asegura que en años anteriores se le abandonó de forma “deliberada” para beneficiar a los corporativos privados.
En su Programa Institucional 2020-2024, Birmex, que fue creada en 1999, confirma que su marco jurídico ya fue modificado para integrar a sus tareas la distribución de medicamentos a los centros de salud públicos de todo el país, como lo instruyó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Aunque Birmex dice tener “como actividades principales la producción, investigación y comercialización de vacunas y productos biológicos”, detalla que “el 12 de agosto de 2020, se estableció una nueva etapa, orientada a la transformación de Birmex, con la modificación de los estatutos y la renovación del objeto de la sociedad que ahora incluye la elaboración, obtención, compra, importación, fabricación, preparación, mezclado, acondicionamiento, envasado, transporte, distribución,
almacenamiento, comercialización, importación y exportación de productos químicos farmacéuticos, reactivos, medicamentos e insumos para la salud”.
Es decir, que el propósito de Birmex es distribuir, adquirir y comercializar los insumos necesarios para cubrir las necesidades a la población, así como asegurar el suministro para todas las instituciones de salud, pero teniendo como prioridad las regiones más vulnerables.
El debilitamiento que habría sufrido la paraestatal, según su diagnóstico, generó riesgos inclusive para la soberanía nacional en materia de medicamentos.
“La infraestructura de Birmex fue deliberadamente abandonada, sin apoyo para la innovación y disponibilidad de recursos, en consecuencia, se mermó su capacidad de operación en instalaciones y recursos humanos, que bien pudiera ser aprovechada hacia la diversificación en la producción de medicamentos, para enfrentar otras enfermedades, incluso las emergentes, que amenazan la salud pública.
“Estas acciones vulneraron y pusieron en riesgo la soberanía nacional, favoreciendo la creación de monopolios inducidos, dificultando el acceso a medicamentos asequibles, de calidad, seguros y eficaces”, indica la empresa estatal.
Sobrecosto y corrupción
Con las nuevas funciones que adquirió Birmex, particularmente las relativas a la distribución y almacenamiento de medicamentos, lo que el Gobierno de México pretende es reducir tanto los costos que traía la contratación de “intermediarios”, como la corrupción en estos procesos.
“Las estrategias en pasadas administraciones tuvieron como prioridad el abastecimiento de biológicos y otros medicamentos a través de mecanismos y redes de intermediación que representaba un costo mayor para la hacienda pública.
La paraestatal inclusive cuestiona el papel que han tenido las farmacéuticas en la actual pandemia de Covid-19: “La reaparición de enfermedades como el sarampión, la tosferina y la tuberculosis, las emergencias epidemiológicas, especialmente la pandemia por Covid-19, han provocado la escasez de medicamentos y los altos costos de producción, la investigación ha estado orientada, mayormente, al incremento de ganancias de farmacéuticas internacionales, sin interés en la población más vulnerable, resultado de políticas predominantemente neoliberales”.
Este 29 de octubre de 2020, tras confirmarse que la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) auxiliará al Gobierno de México en una adquisición internacional de medicamentos (384 claves por 32 mil millones de pesos), el presidente también hizo señalamientos por la situación de Birmex.
“Llegar a este punto costó muchísimo porque estaban involucrados intereses tanto de las farmacéuticas, distribuidores de medicamentos y funcionarios públicos, políticos que hacían su agosto con la venta de medicamentos, estamos hablando de alrededor de 100 mil millones de pesos. Hay constancia de que había diez empresas que acaparaban todo lo relacionado con la venta de medicamentos y tenían hasta representantes al interior del gobierno”, mencionó el mandatario.
Ampliar capacidades de Birmex
Birmex advierte que requerirá incrementar sus capacidades operativas así como su infraestructura de almacenamiento, para poder cumplir con sus nuevas responsabilidades en materia de distribución y resguardo de medicamentos.
Dichas acciones tienen el objetivo de construir un “modelo de abasto sistematizado, capaz de satisfacer las necesidades de medicamentos de la población a un costo menor.
Por eso, entre las metas que se ha fijado la paraestatal, están “ampliar progresivamente la capacidad de almacenamiento”; la “gestión de ubicación de centros de distribución estratégicos en el territorio Nacional para garantizar una distribución eficaz”; y un sistema tecnológico para llevar el control “del inventario disponible, con el propósito de garantizar el manejo adecuado, transparente y oportuno de los insumos”.
Fue el 13 de agosto de 2020 cuando Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, anunció que sería Birmex la nueva distribuidora nacional de medicamentos.
“En días recientes el presidente anunció una instrucción que ha dado, de que México desarrolle una empresa nacional de distribución pública”, señaló el funcionario.
Nota de Salud y Fármacos. Unos días antes de la publicación de esta noticia, Reporte Índigo informó que Birmex va a producir vacunas en colaboración con Sanofi Pasteur [1]. Según ese informe, el proyecto de contar con una fábrica nacional de vacunas contra la influenza encuentra sus raíces en 2006, cuando el Consejo de Salubridad General emitió su “Acuerdo para Desarrollar una Estrategia Operativa Multisectorial del Plan Nacional de Preparación y Respuesta ante una Pandemia de Influenza”. En noviembre de 2007, Birmex compró una planta a la empresa Sanofi Aventis, ubicada en Cuautitlán Izcalli, Estado de México (…); el objetivo de dicha adquisición fue remodelarla y acondicionarla para la producción de vacuna contra la influenza en México”. Sin embargo, ha habido muchos retrasos en las obras que impidieron que se alcanzaran los objetivos de producción establecidos. Se decidió establecer una asociación público-privada con Sanofi. El 1 de septiembre de 2015, se celebró el Contrato de la Asociación Pública Privada (CAPP) entre Birmex y el Consorcio de empresas de objeto especifico constituidas por Sanofi Pasteur denominadas Azteca Vacunas y Suministrador de Vacunas, a fin de concluir los trabajos de la construcción de la planta para la producción de vacunas contra la influenza en México. Se espera que la planta este concluida en la primera parte de 2021.
Referencia