Resumen
Mientras se vacuna contra el SARS-CoV-2 a la población adulta a una escala sin precedentes, es esencial centrarse en la posibilidad de desarrollar vacunas contra el SARS-CoV-2 para la población pediátrica. Hasta la fecha, no se ha inscrito a ningún niño menor de 12 años en los ensayos clínicos. Los retos más importantes y las lagunas de conocimiento que deben abordarse incluyen:
Área de investigación | Preguntas sin respuesta y acercamiento propuesto |
Justificación para la vacuna pediátrica |
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Factores ambientales y de maduración que influyen en la capacidad de respuesta a la vacuna |
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Cuestiones éticas asociadas a los ensayos de la vacuna COVID-19 pediátrica y su implementación |
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Vacunación de los niños con necesidades especiales y / o discapacidades |
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Disparidades en salud |
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Dudas sobre las vacunas contra COVID-19 |
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Como el COVID-19 es mínimamente sintomático en la gran mayoría de los niños, al evaluar los ensayos clínicos pediátricos el umbral de riesgo aceptable tiene que ser más alto. Se sabe que durante la niñez y la adolescencia hay profundas diferencias en inmunidad innata y adaptativa que afectan la capacidad de respuesta a las vacunas contra varias enfermedades infantiles. El COVID-19 y la perturbación social que lo acompaña, como el cierre de escuelas, han sido desproporcionadamente dañinos para los niños que pertenecen a grupos minoritarios y de bajos ingresos. En este comentario abordamos brevemente cada uno de estos temas clave, especificamos las brechas en investigación y sugerimos un acercamiento más amplio al aprendizaje del sistema de salud para acelerar las pruebas y el desarrollo de ensayos clínicos, y así poder diseñar una estrategia ética y efectiva que nos permita administrar una vacuna pediátrica contra el SARS-CoV-2 lo más rápidamente y con la mayor seguridad posible.
Impacto
EE UU está lanzando una campaña de vacunación contra el SARS-CoV-2 sin precedentes, mientras hay importantes lagunas de conocimiento sobre las vacunas en población pediátrica que no se han abordado.
Los cambios en la maduración del sistema inmunológico durante la infancia han afectado la eficacia de las vacunas pediátricas contra otras enfermedades y afecciones, y podrían afectar la respuesta de los niños a la vacuna contra el SARS-CoV-2.
Dado que la enfermedad COVID-19 es mucho más leve en la mayoría de los niños que en los adultos, se debe sopesar cuidadosamente el riesgo-beneficio de usar una vacuna pediátrica contra el SARS-CoV-2.
Se deben abordar las necesidades de los niños con problemas de desarrollo y con enfermedades crónicas.
Los niños que pertenecen a grupos minoritarios y de bajos ingresos se han visto afectados de manera desproporcionada y adversa por la pandemia de COVID-19; al implementar los ensayos clínicos y la asignación de la vacuna pediátrica contra SARS-CoV-2 hay que tener en cuenta la equidad en salud.
La investigación y las estrategias para abordar la incertidumbre de las comunidades frente a las vacunas deben tener en cuenta el contexto de las vacunas pediátricas contra el SARS-CoV-2.