Resumen
En los últimos 10 años, los niveles de colesterol han bajado, mientras que el número de estadounidenses que mueren por enfermedades cardíacas no ha dejado de aumentar. Esta aparente paradoja nos obliga a cuestionar si reducir el colesterol es la mejor manera de prevenir las enfermedades coronarias. Varios estudios recientes sugieren que el colesterol, concretamente el LDL-C, puede no ser un factor de riesgo primario para la enfermedad coronaria y que otros marcadores, como la resistencia a la insulina o el colesterol remanente, pueden ser mucho más importantes.
Además, las terapias diseñadas para prevenir la cardiopatía coronaria mediante la reducción del colesterol con fármacos o con la dieta han dado resultados inconsistentes. A pesar de que en Europa se ha generalizado la utilización de estatinas para reducir el colesterol, los estudios observacionales indican que no se ha producido un descenso paralelo de las muertes por cardiopatía coronaria. Estas nuevas pruebas deberían hacernos reflexionar, deberíamos intentar comprender por qué la campaña de prevención de las enfermedades cardíacas mediante la reducción del colesterol no ha logrado sus objetivos.