Resumen
La dinámica particular de las emergencias de salud pública insta a los científicos y a los miembros de los comités de ética en investigación (CEI) a cambiar y adaptar sus procedimientos operativos para que funcionen con eficacia. A pesar de la experiencia previa con pandemias, los CEIs no estaban preparados para adaptarse a los desafíos de la pandemia COVID-19. Esta encuesta a los CEIs tuvo como objetivo conocer y discutir a fondo los problemas más destacados que tuvieron que enfrentar durante la pandemia de covid-19.
Los resultados indican que los principales problemas que enfrentaron los CEIs fueron: la falta/insuficiencia de las regulaciones, la falta de datos/experiencia/conocimiento, revisiones que se hicieron de forma descuidada, protocolos con diseños deficientes y mala adaptación a las medidas de cuarentena.
Hay que afrontar los factores que amenazan la autonomía e independencia de los CEIs, el dilema ético relativo a la maximización del bien común frente a la protección de los derechos y el bienestar de los participantes en los estudios, entender los cambios en el diseño y como estos afectan a las poblaciones vulnerables, y redefinir el papel de los CE para reforzar la confianza en la ciencia y en las vacunas.
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La OMS financió este estudio que se realizó en Turquía. La encuesta se envió por internet a 131 comités de ética en investigación (CEIs) con un total de 1.675 miembros, pero solo se completaron el 4,43% de las encuestas esperadas. El artículo no especifica el número de respuestas que se recibieron, ni cuántos comités de ética estaban representados.
Entre los que respondieron, 28% dijeron que durante la revisión de los protocolos habían enfrentado los siguientes retos:
Uno de los dilemas éticos que los CEI tuvieron que enfrentar y que en condiciones normales no se discute con tanta frecuencia, fue el balance entre maximizar el bien común y proteger el bienestar y los derechos de los participantes en los estudios. Uno de los participantes afirmó que la necesidad de encontrar medidas preventivas y tratamientos lo antes posible había hecho que se dejara de lado la seguridad del participante. Otro problema fue la falta de principios éticos para guiar el debate ético en situaciones de emergencia. También mencionaron que los investigadores no prestaban atención al diseño del estudio, el bienestar de los participantes, ni a los principios éticos que deben regir la investigación en humanos.
Otros entrevistados comentaron que los miembros del CEI se habían sentido presionados por los patrocinadores, los medios de comunicación, el público y la administración para acelerar la revisión de los protocolos; y que eso limitaba su autonomía e independencia. Por otra parte, la carga de trabajo y la falta de conocimiento sobre la enfermedad afectó la capacidad de los CEIs para realizar su trabajo de forma adecuada.
Los CEI se vieron obligados a estar actualizando sus conocimientos y evaluando los riesgos y beneficios de las investigaciones durante toda la pandemia. Algunos CEIs se apoyaron en expertos que supuestamente se mantenían actualizados con la información que iba surgiendo sobre el covid.
Algunos entrevistados cuestionaron la confidencialidad y privacidad de la información cuando las reuniones se realizan a través de diversas plataformas de internet.
También se propuso que las agencias reguladoras fortalecieran el entrenamiento de los CEIs, y/o se establecieran CEIs específicos para evaluar los proyectos relacionados con la pandemia.
Llama la atención que el 75% de los entrevistados dijera que el CEI había deliberado sobre la necesidad de asegurar el acceso a las vacunas que pudieran surgir de los ensayos de vacunas covid realizados en el país.