Resumimos a continuación una nota de Rosa Ramos publicada en LexLatin [1] que informa sobre como el presidente de la Federación Rusa, Bladimir Putin, sorprendió a todos el 6 de marzo cuando debido a la guerra con Ucrania emitió un decreto que modifica la cláusula 2 de la metodología para determinar el monto de la compensación que se paga a los titulares de una patente, habilitando a empresas rusas a utilizar invenciones, modelos de utilidad o diseños industriales de otras empresas sin tener que compensarlas por los derechos de propiedad intelectual.
La propuesta de Putin se apoya en el Código Civil de la Federación Rusa que establece que, en caso de emergencia, el gobierno puede usar productos y diseños sin la autorización del titular de la patente. Si bien por el momento solo aplica a bienes intangibles, queda por ver qué ocurrirá con los bienes físicos, muchos de los cuales fueron afectados por las sanciones comerciales que diversos países impusieron a Rusia.
Por ahora, el decreto de emergencia no afecta a las marcas de productos y servicios, aunque involucra la simplificación en la concesión de licencias, incluidas las farmacéuticas y también la compra de medicamentos y equipos médicos. La mayoría de las empresas afectadas provienen de EE UU, Alemania, Japón y Francia.
Hay un antecedente similar cuando durante la Primera Guerra Mundial, en 1917 EE UU se apropió de la patente de la aspirina (creada por Bayer, un laboratorio alemán) mediante la aprobación de la Ley de Comercio con el Enemigo (Trading with the Enemy Act). Esta ley federal limitó el comercio con naciones hostiles y otorgó el poder de confiscar cualquier patente que pudiera amenazar la posición del país durante la guerra.
Si bien la OMC tiene una excepción de seguridad que permite a las naciones proteger sus intereses esenciales durante conflictos armados, es probable que la organización emita sanciones contra Rusia, ya que dicho mecanismo nunca ha sido utilizado.
Desde Salud y Fármacos creemos que, aunque aún son inciertas las implicancias que esto podría tener sobre los medicamentos y vacunas, cabe esperar que conduzca a una mayor flexibilidad sobre los derechos de propiedad intelectual, lo que podría aumentar la producción y mejorar el acceso.
Fuente original: