Noticias sobre el Covid

Resumen
Las investigaciones que analizan las actitudes y comportamientos de los estadounidenses durante la pandemia por covid-19 se han centrado en gran medida en el partidismo como lente a través de la cual muchos estadounidenses ven el coronavirus. Dada la importancia de la afiliación partidista y el grado de polarización partidista en la sociedad estadounidense, se trata sin duda de un importante motor de la opinión pública, que es necesario entender. Pero hay un conjunto de predisposiciones que se han ignorado y también podrían influir en las creencias y actitudes respecto al covid: el populismo.

El populismo enfrenta a los ciudadanos medios con “las élites” y, algo que es importante en el contexto de una pandemia, es que incluye actitudes anti-intelectuales, como la desconfianza en los expertos (incluyendo a los científicos). Encontramos que el populismo está correlacionado con las creencias conspiratorias respecto al covid-19, más que la tendencia política.

Además, el uso de medios de comunicación conservadores tiende a ser un predictor más fuerte de la creencia en la conspiración entre los que tienen un alto grado de populismo que entre los que tienen un bajo grado de populismo. También mostramos que estas creencias tienen consecuencias: aquellos que creen en las teorías conspirativas sobre el covid-19 son menos propensos a adoptar los comportamientos recomendados por los funcionarios de salud pública.

Discusión
Nuestros resultados ofrecen tres recomendaciones para el debate público sobre el covid-19:

En primer lugar, sugerimos que es poco probable que funcionen los mensajes de quienes se perciben como parte de la élite, o de la comunidad de expertos. La retórica populista fomenta el sentimiento antiintelectual, por lo que los mensajes de los expertos en salud no tienen éxito. En cambio, es posible que los mensajes de otros populistas tengan éxito. Aunque una mayoría considerable de estadounidenses confía en los expertos y escucha sus consejos, existe una proporción de estadounidenses que están cansados de sus prescripciones, y para llegar a estas personas se necesitan mensajeros diferentes: personas que ellos conozcan y en las que confíen. Esto no quiere decir que los expertos deban desaparecer de las noticias. Al contrario, es importante mantener su fuerte presencia en la cobertura de los medios de comunicación, porque la mayoría de los estadounidenses siguen confiando en ellos, independientemente de su posición política. Pero para llegar a los que son escépticos de las élites, se necesitan mensajeros diferentes, personas de confianza de su comunidad.

En segundo lugar, y relacionado con lo anterior, una de las consecuencias de lo que hemos encontrado es que corregir la desinformación y las teorías conspirativas podría no funcionar para aquellos con actitudes populistas. En los últimos años se ha producido un gran aumento del periodismo de comprobación de hechos, y esa tendencia sólo ha aumentado durante la pandemia, cuando una proporción sin precedentes de la población ha estado siguiendo las noticias. Lamentablemente, las correcciones de las teorías conspirativas y la desinformación sobre el covid-19 que proviene principalmente de los expertos podrían ser contraproducentes entre las personas con actitudes populistas. Las élites rechazan las conspiraciones y esto podría hacer que los populistas crean más firmemente en las conspiraciones. Este efecto se ha documentado entre los populistas en relación con varias cuestiones científicas. La solución, de nuevo, es una selección cuidadosa de los mensajeros y prestar mejor atención a la estrategia para llegar a estas personas.

Por último, nuestros resultados ponen de relieve que los mensajes y las alertas que tienen como objetivo combatir las teorías conspirativas deben dirigirse a ambos lados del espectro político izquierda-derecha. La suposición subyacente de muchos comentaristas es que estas teorías de conspiración sobre el covid-19 son impulsadas por los estadounidenses de extrema derecha. Nosotros demostramos que también las impulsan los populistas, independientemente de la ideología o el partido. Los responsables políticos, los periodistas y los expertos en salud pública no pueden olvidarse de los populistas de izquierdas como grupo demográfico a la hora de adaptar sus mensajes correctivos.