A pesar de los problemas generados por el covid-19, el monto de la financiación mundial para las enfermedades infecciosas relacionadas con la pobreza, como el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria, se mantiene prácticamente estable, en US$3.937 millones, y la inversión sólo se reducirá un 4% en 2020, según el decimocuarto informe anual G-FINDER.
El informe, publicado por el grupo de investigación Policy Cures, con sede en Australia, muestra un descenso de solo US$172 millones con respecto a 2019. El monto destinado a las enfermedades desatendidas sigue siendo el tercero más alto que el grupo jamás ha visto.
La financiación para las enfermedades desatendidas disminuyó solo un 4% en 2020
Pero, aunque el descenso sea marginal, la disminución del financiamiento para las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) se produce tras década de relativo estancamiento, y en 2020 sólo hubo un aumento de la inversión para combatir el envenenamiento por mordedura de serpiente.
En el futuro, la estabilidad en el financiamiento se podría ver afectada por la COVID-19
El informe G-FINDER hace un análisis exhaustivo de la inversión mundial en I+D para las enfermedades olvidadas relacionadas con la pobreza. Lo utilizan mucho los gobiernos nacionales, la industria, la sociedad civil y la Organización Mundial de la Salud para identificar las lagunas en el progreso y las áreas en las que habría que invertir.
Las reacciones al informe fueron cautelosamente optimistas con respecto a mantener la inversión mundial en I+D, con cierta preocupación por si el covid-19 pudiera cambiar la asignación de los fondos.
“Estas cifras son tranquilizadoras para los que se dedican a la I+D de las enfermedades desatendidas, ya que indican un compromiso sostenido con la innovación para mejorar la salud de algunas de las poblaciones más vulnerables del mundo”, dijo Nick Chapman, director general de Policy Cures Research.
“Sin embargo, no podemos asumir que como la financiación se ha mantenido durante el primer año de la pandemia, el covid no afectará la financiación de estos programas en el futuro”.
Paul Barnsley, analista principal de Policy Cures Research, también expresó su preocupación durante el acto de presentación del informe.
“Nos sigue preocupando que la atención al covid pueda captar parte de la atención y de los recursos de los financiadores tradicionales, y que el coste del estímulo durante la pandemia provoque futuras reducciones en el gasto gubernamental general que se destine a la I+D de las enfermedades desatendidas”, dijo.
La financiación de las tres principales enfermedades infecciosas disminuye
La mayor parte de la financiación fue para las tres principales enfermedades infecciosas (VIH/SIDA, tuberculosis y malaria), como todos los años, y representaron más de dos tercios de la inversión mundial declarada.
Sin embargo, la financiación para estas tres enfermedades se redujo en 2020, se quedaron con el 68% de la financiación global, frente a la media anual habitual del 75%.
En el caso del VIH/SIDA, la mayor parte del descenso se atribuyó a la disminución de la inversión de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE UU, la Fundación Gates y la industria.
La tuberculosis también experimentó un descenso en la financiación de los NIH, pero aumentó la financiación de la Comisión Europea, como resultado de los nuevos fondos para el Acelerador Europeo de Regímenes para la Tuberculosis (European Regimen Accelerator for Tuberculosis), una iniciativa dedicada a nuevos tratamientos para la tuberculosis.
Interrupciones en los ensayos clínicos debido a la pandemia
Si bien las inversiones en I+D en enfermedades olvidadas se mantuvieron cerca de sus máximos históricos, a pesar del turbulento primer año de la pandemia de covid-19, la pandemia dificultó la implementación de ensayos clínicos en 2020.
Barnsley prevé que estas dificultades persistirán en 2021.
Del mismo modo, las inversiones de las empresas farmacéuticas multinacionales (EMN) en desarrollo clínico disminuyeron por segundo año consecutivo en 2020.
El anterior informe de G-FINDER atribuyó esos descensos a fluctuaciones normales y a que se habían concluido los ensayos de fase avanzada. Sin embargo, el informe advierte que “otro año de descensos en la financiación de las empresas farmacéuticas multinacionales podría indicar una tendencia”.
“Aunque el descenso de 2020 se debe probablemente a que la pandemia hizo que se interrumpieran los ensayos, podría indicar que los cinco años de aumentos en la financiación por parte de las empresas farmacéuticas multinacionales está llegando a su fin”.
Las contribuciones de los sectores público y privado se redujeron ligeramente en 2020, pero las organizaciones filantrópicas registraron niveles récord de financiación, con un aumento de US$28 millones respecto al año anterior.
Tanto las filantropías establecidas como las nuevas, como Wellcome Trust y Open Philanthropy, fueron la razón principal de este nuevo aumento, ya que Open Philanthropy casi triplicó su financiación para la I+D en enfermedades desatendidas entre 2017 y 2020.
Aumento de la inversión en tecnologías de plataforma
Una razón clave de la estabilidad en la financiación general para las enfermedades infecciosas, a pesar de los recortes en el desarrollo clínico, fue el aumento de US$33 millones en la financiación total de las tecnologías de plataforma.
La Fundación Bill y Melinda Gates fue la mayor financiadora de las tecnologías de plataforma, aportando el 40% de la inversión, seguida de las agencias gubernamentales estadounidenses, los NIH y el Departamento de Defensa de EE UU.
Aunque el aumento es anterior a la pandemia, varias becas para tecnologías de plataforma mencionan que la razón del aumento es el covid-19.
“A la luz de esto, predecimos que el ya acelerado ritmo de inversión en tecnologías de plataforma que vimos en 2019 y 2020 continuará en el espacio de I+D de enfermedades desatendidas, al menos en los próximos dos años”, dijo Chapman.
La financiación no puede depender de los “éxitos de la pandemia
Aunque la respuesta a covid-19 ha demostrado el potencial de los nuevos mecanismos de financiación, estrategias y tecnologías, el informe señala que se trata de un “duro recordatorio de que las enfermedades desatendidas persisten debido a la insuficiencia de financiación e interés”.
“El próximo reto para las partes interesadas en la salud mundial será garantizar que las enfermedades desatendidas se beneficien de las oportunidades e innovaciones que han surgido de la pandemia”.
Barnsley señaló que “puede ser tentador aprovechar el éxito de la pandemia” para aumentar la inversión, y mencionó la necesidad de elaborar un mensaje que transmita un interés genuino por eliminar las enfermedades desatendidas.
“Tenemos que ser capaces de defender la financiación de las enfermedades desatendidas en períodos de austeridad”.