Jocelyn Kaiser informa [1] que la nueva agencia de investigación biomédica del Presidente Joe Biden para la investigación de alto riesgo y de vanguardia (Advanced Research Projects Agency for Health ARPA-H) no tendrá la plena autonomía que muchos de sus partidarios habían solicitado, ya que se ubicará en los Institutos Nacionales de Salud (NIH), aunque estará geográficamente distante. Para darle cierta independencia, su director dependerá del Secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS) de quien dependen los NIH, y no del director de los NIH.
La ARPA-H financiará ideas audaces de investigación biomédica siguiendo el modelo de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa, y el Congreso aprobó un presupuesto inicial de US$1.000 millones. El Director de los NIH, Xavier Becerra explicó que al colocar a su director “bajo mi supervisión… lo que esperamos es mostrar que habrá autonomía”. Los NIH facilitarán “el trabajo administrativo”, tales como la gestión de recursos humanos, nóminas y servicios legales, para poner en marcha la agencia. Aunque forme parte de los NIH, Becerra añadió, que ARPA-H estará “físicamente… separada”, como han recomendado algunos partidarios de que sea una agencia independiente para romper con la cultura lenta y conservadora de concesión de becas de los NIH. Contará con “un equipo muy reducido y ágil” formado por un director y gestores de programas que probablemente ocuparán su puesto durante no más de 3 a 5 años.
A algunos legisladores les preocupa que la propuesta presupuestaria del presidente para 2023 favorezca a ARPA-H y perjudique a los otros 27 institutos y centros de los NIH. De los US$4.300 millones de aumentos propuestos para los NIH se destinan US$4.000 millones a ARPA-H, por lo que el aumento sobre el presupuesto base de los NIH sería de tan solo un 0,6%.
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