El Lancet publicó una editorial sugiriendo que el Fondo Global debería incluir la resistencia antimicrobiana (RAM) [1], y lo resumimos a continuación. La amenaza de la RAM se conoce desde hace tiempo. Los informes de la Comisión de Enfermedades Infecciosas de The Lancet sobre la resistencia a los antibióticos de 2013 y el informe O’Neill de 2016 han hecho recomendaciones que incluyen incrementar la conciencia pública, mejorar la vigilancia, mejorar los diagnósticos, hacer un uso más racional de los antibióticos, proporcionar acceso a agua potable y saneamiento, adoptar la iniciativa “Una sola salud” e invertir en nuevos antimicrobianos y vacunas.
Durante la última década ha habido algunas respuestas dignas de mención. En 2015, la OMS puso en marcha el Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos y su Uso. También en 2015 se creó el Fondo Fleming (un programa que apoya a 24 países de África y Asia para hacer frente a la RAM); y en diciembre de 2021, los ministros de Finanzas del G7 emitieron declaraciones para apoyar el desarrollo de los antibióticos. Pero las medidas han sido episódicas y desiguales, lo que ha dado lugar a desigualdades globales en la RAM; y la innovación ha sido extremadamente lenta. Sólo se dispone de vacunas para uno de los seis principales patógenos descritos en el estudio. La reserva clínica de antibióticos es demasiado pequeña para hacer frente a la creciente aparición y propagación de la RAM.
Los líderes nacionales tienen ahora la obligación de hacer que la RAM ocupe un lugar más importante en sus agendas políticas. Hay que acelerar los esfuerzos de investigación para abordar las lagunas de conocimiento e innovación, y para informar sobre las políticas y las prácticas. Se debe garantizar el acceso a antibióticos eficaces. Por encima de todo, la RAM debe ser vista como un problema global, que necesita un plan coherente a nivel mundial, siguiendo la estrategia de “Una sola salud”.
Hay que aprovechar una oportunidad inmediata. A finales de este año, el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria celebrará su séptima reunión de reposición. Es probable que el foco de atención para invitar a los donantes a invertir se mantenga en las tres enfermedades en las que ha estado trabajando. Sin embargo, el Fondo está estudiando cómo ampliar su cometido en respuesta a un contexto mundial muy diferente, en particular, la necesidad de adoptar nuevas medidas para reforzar la preparación ante las pandemias y crear sistemas de salud resistentes en una época de crisis climática. En 2022 también se cumple el 20º aniversario de la creación del Fondo Mundial. Ahora es el momento adecuado para revisar su objetivo fundamental. El Fondo se creó para invertir en programas destinados a acabar con las enfermedades infecciosas que causan la mayor carga de enfermedad y muerte, especialmente en los países de ingresos bajos y medios. Ha demostrado ser un instrumento muy eficaz para proteger a las poblaciones susceptibles de padecer enfermedades prevenibles y tratables. La carga actual de la RAM y su amenaza futura deberían ser un estímulo urgente para revisar y ampliar la misión del Fondo Mundial. Ha llegado el momento de que el Fondo asuma la RAM como una de sus principales responsabilidades. Y los donantes deberían invertir generosamente en ese Fondo renovado y revigorizado.
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