Las interacciones medicamentosas (IM) se definen como la interferencia de un fármaco en la acción de otro, con resultados positivos como aumento de la eficacia o negativos como aumento de la toxicidad y de los efectos adversos. Las interacciones se pueden clasificar en función de la gravedad (contraindicada, mayor, moderada y menor), la velocidad de acción (rápida, tardía e inespecífica) y la documentación (excelente, buena y mala).
El objetivo del estudio fue conocer el perfil de los pacientes, además de cuantificar y clasificar las posibles IM en pacientes ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de un hospital universitario federal de Manaus, durante el periodo de febrero a diciembre de 2019.
Las 78 prescripciones analizadas tenían 210 interacciones, de las cuales 59,5% eran de mayor gravedad, 70,5% con velocidad inespecífica y 73,3% contaban con documentación razonable.
En cuanto al perfil de los pacientes, el 53% eran mujeres y el 29,5% se encontraban en el grupo de edad entre 60 y 74 años. Entre las hipótesis diagnósticas al hospitalizarlos, el 36% fueron oncológicas. El fármaco más prescrito fue la dipirona, con 63 registros en total. Las IM más frecuentes fueron entre la insulina regular y la metoclopramida, y entre la metoclopramida y el tramadol.
El estudio de las interacciones farmacológicas en la UCI es muy importante, tanto por el estado crítico del paciente como por el uso de gran número de fármacos. El profesional farmacéutico puede participar en el equipo multidisciplinar, minimizando los riesgos y daños relacionados con los fármacos y aumentando la seguridad del paciente y la eficacia del tratamiento.