El Ministerio de Sanidad busca que la industria nacional produzca medicinas esenciales y se evite así el desabastecimiento
Igual que ocurrió con las mascarillas o los respiradores, la pandemia ha desnudado el problema latente de la industria sanitaria para garantizar existencias de todos los medicamentos en España. Aunque se habían producido episodios similares en años anteriores, varios factores explican el desabastecimiento de ciertas medicinas sufrido por las farmacias este 2022.
Por un lado, el cierre de los laboratorios asiáticos, a causa de las draconianas medidas anticovid establecidas por gobiernos como el chino, y el colapso de los puertos de ese continente, donde desde hace décadas se ha deslocalizado una gran parte de la producción de medicamentos. Por otro, el hecho de que algunas farmacéuticas han dejado de elaborar determinados fármacos porque se venden tan baratos que ya no les aportan beneficios.
Además, la inestabilidad geopolítica, con la guerra de Ucrania como suceso más destacado, ha provocado distorsiones puntuales en las cadenas de suministro que pueden aumentar en los próximos años si algunos países clave en el complejo proceso de fabricación de las medicinas (productores especializados de principios activos, expertos en empaquetado o puntos clave de la logística) sufren conflictos internos. Por ahora, no ha sido un problema grave porque los farmacéuticos ofrecen alternativas que poseen una composición similar, pero el Ministerio de Sanidad, de la mano de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), ha establecido una lista de 508 ‘medicamentos estratégicos’, que contienen 264 principios activos, a los que se les ha otorgado una protección especial.
En la estela de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Comisión Europea, que han identificado un problema global de falta de determinadas medicinas, la Aemps define los medicamentos estratégicos como “un subgrupo de los medicamentos críticos para los que se considera necesario adoptar medidas adicionales, bien regulatorias, económicas o de otra índole para garantizar su mantenimiento en el mercado tanto por su necesidad para la atención básica de la salud como por la vulnerabilidad de su cadena de suministro”. Y la medida principal es acercar su producción. El Ministerio de Sanidad ha adoptado iniciativas “encaminadas a la protección regulatoria de estos medicamentos, estimulando el interés de la industria farmacéutica nacional en la fabricación y comercialización de los mismos y promoviendo su autorización en España”.
La amoxicilina, un antibiótico utilizado principalmente en los niños, ha sufrido problemas de suministro este otoño, pero no figura en la lista de medicamentos estratégicos elaborada por Sanidad, que en cualquier caso, está abierta a actualizaciones. Sí lo hacen el diazepam, que se comercializa con el nombre de Valium y está destinado a tratar la ansiedad o para sedar, entre otros usos, y también se incluye el citrato de fentanilo (para los pacientes con dolor crónico oncológico), la heparina sódica (para frenar los trombos) o la nitroglicerina (un vasodilatador utilizado en infartos e insuficiencias cardíacas).
Visión a largo plazo En su último informe, publicado este verano, la Aemps constata que los problemas de suministro de medicamentos han crecido el 38% en solo un año. En concreto, 1.105 presentaciones de fármacos, más del 3% de las disponibles, han sufrido alguna incidencia entre enero y junio de 2022. “La falta de determinados medicamentos es un problema que no va a desaparecer, y está bien que tengamos información sobre ello”, destaca el vicepresidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, Juan Pedro Rísquez. “Actualmente, en el 90% de los casos, el farmacéutico puede sustituir el medicamento por otro similar, pero es necesario que tengamos una visión a largo plazo”, apunta Rísquez. La situación en Asia es ahora el principal motivo de preocupación. “Si la covid-19 se extiende y ese continente cierra de manera drástica, todo el mundo sufrirá problemas de abastecimiento”, señalan desde el sector farmacéutico.
Farmaindustria subraya que durante la pandemia se “aceleró” la producción de medicamentos en España “con planes de contingencia que permitieron incrementar la capacidad de las plantas” y, además, se evitó que se rompiera “la cadena de importación de otros países”. “En todo caso, las lecciones aprendidas aconsejan reforzar las capacidades estratégicas de producción de medicamentos esenciales”, resalta la patronal de las farmacéuticas . Según sus datos, España dispone de 82 factorías de medicamentos de uso humano, aunque solo fabrican algunos medicamentos esenciales. La mayoría de ellos se producen en China e India. “Europa ha ido perdiendo la producción de muchos principios activos y también de muchos de estos medicamentos en favor de esos países”, constatan, y aunque admiten que es imposible que España, o cualquier país, sea “totalmente autónomo” en fabricar medicamentos esenciales, sí creen que existe una posibilidad, gracias a los fondos europeos, de “recuperar parte de la producción”.