Un interesante estudio publicado en el Lancet [1], y que resumimos a continuación, describe como han evolucionado los tipos de insulina disponibles en el mercado de EE UU y sus patentes.
Desde principio de la década de 1980, la FDA ha aprobado una amplia gama de insulinas sintéticas, sin embargo, el acceso sigue siendo difícil, en parte por el elevado precio de estos productos. El aumento de precios se debe, en parte, al cambio de las insulinas animales y humanas a versiones análogas, protegidas por patentes que cubren la estructura química de cada nuevo producto, las modificaciones a su formulación o algún otro atributo.
Los autores del artículo, para entender cómo han evolucionado los productos de insulina y sus patentes en los últimos 20 años, revisaron los productos de insulina disponibles y sus patentes en 2004, 2014 y 2020, utilizando el Libro Naranja de la FDA -que enumera los medicamentos aprobados y las evaluaciones de su equivalencia terapéutica -para cada uno de esos años. Identificaron el número de solicitud de fármaco nuevo, las patentes asociadas y las fechas de expiración de las patentes.
También tuvieron en cuenta las exclusividades de mercado suplementarias en virtud de la Ley Hatch-Waxman para nuevos medicamentos (5 años) y nuevas formulaciones (3 años, si los nuevos estudios clínicos son esenciales para la aprobación), la Ley de Medicamentos Huérfanos para medicamentos que traten enfermedades raras (7 años) y la Ley de Modernización de la FDA para nuevos estudios de medicamentos en poblaciones pediátricas (6 meses, añadidos al final de otras exclusividades). Calcularon el tiempo transcurrido desde la aprobación de cada producto hasta la fecha de expiración de la última patente que figuraba en el Libro Naranja. Clasificaron las reivindicaciones de cada patente en cinco categorías: principio activo, dispositivo, formulación, método de tratamiento y proceso de fabricación.
Los autores documentaron que el número de productos de insulina aprobados en EE UU se duplicó con creces entre 2004 y 2020, pasando de 18 en 2004 a 25 en 2014 y 43 en 2020, y el número de productos de venta con receta se quintuplicó en ese periodo (de siete en 2004 a 18 en 2014 y 36 en 2020), mientras que los productos aprobados para la venta libre (todos aprobados antes de 2000) disminuyeron de 11 en 2004 a siete – tanto en 2014 como en 2020.
El número de patentes registradas en la FDA para insulinas aprobadas aumentó de 11 en 2004 a 28 en 2014 y a 100 en 2020. De los 18 productos disponibles en 2004, siete estaban patentados (rango 1-5 patentes por producto; IQR 0-2,5) y los otros 11 no. De los 25 productos enumerados en 2014, 21 tenían patentes (entre 1 y 8 patentes por producto; IQR 1-4) y cuatro no. En 2020, 29 de los 43 productos incluidos en la lista tenían patentes (entre 1 y 41 patentes por producto, IQR 0-19) y 14 no.
El número de productos con una sola patente aumentó de uno en 2004 a nueve en 2020. De las 100 patentes totales que cubrían los 29 productos de insulina con al menos una patente que figuraban en el Libro Naranja en 2020, 41 estaban asociadas a Afrezza, una nueva insulina inhalada. Las patentes que cubren Afrezza incluyen a 39 de Mannkind, una de DCA Design International y una de Zealand Pharma.
El número de patentes que reivindican principios activos disminuyó como porcentaje del total de patentes: de 36% en 2004 (cuatro de 11) a 0% en 2014 (0 de 28) y a 3% en 2020 (tres de 100).
Las patentes sobre métodos de uso constituyeron una parte cada vez menor del total de patentes (cinco [45%] de 11 en 2004; nueve [32%] de 28 en 2014; y 24 [24%] de 100 en 2020), al igual que las patentes sobre formulaciones (nueve [82%] en 2004; 17 [54%] en 2014; y 29 [29%] en 2020) y procesos de fabricación (dos [18%] en 2004; diez [36%] en 2014; y 24 [24%] en 2020).
En cambio, aumentó el número de patentes que reivindicaban dispositivos de administración (ninguna en 2004; 11 [39%] en 2014; y 60 [60%] en 2020).
La mediana del tiempo transcurrido desde la aprobación del producto hasta la fecha de expiración de la última patente asociada a ese producto pasó de 15,6 años (IQR 14,7-17,5) en 2004, a 19,2 años (17,0-24,6) en 2014, y a 24,0 años (18,0-28,0) en 2020.
Aparte de las patentes, las insulinas obtuvieron pocas exclusividades adicionales. La exclusividad Hatch-Waxman de 5 años para nuevos medicamentos se asoció a dos (11%) de 18 productos de insulina en 2004, con ningún producto en 2014, y con cinco (12%) de 43 en 2020. Las extensiones de la exclusividad pediátrica se asociaron a un producto (5%) en 2004, y a ningún producto en 2014 y 2020.
Es decir, el número y variedad de productos de insulina creció significativamente durante este periodo, así como el número medio de patentes por producto, y la mayor parte del aumento de las patentes se debió a las patentes de dispositivos de administración.
En 2020, varios productos de insulina no estaban protegidos por ninguna patente. A partir de marzo de 2020, los productos de insulina existentes se consideraron productos biológicos en EE UU, este cambio está acelerando la entrada de productos de continuación, incluyendo dos versiones competidoras de insulina glargina (Semglee, Viatris, y Rezvoglar, Eli Lilly), y Semglee fue designada como intercambiable con la glargina en 2021.
Los autores consideran que hay que evaluar los beneficios comparativos de los nuevos y costosos productos de insulina. Algunas insulinas nuevas pueden permitir una dosificación más cómoda, pero se debe sopesar cuidadosamente hasta qué punto ofrecen ventajas clínicas frente a su coste adicional. Una mayor disponibilidad de productos más antiguos, sin patente, podría ayudar a cubrir las necesidades de las personas con diabetes, pero es poco probable que los fabricantes de bajo coste los desarrollen sin una expectativa razonable de uso por parte del sistema de salud y de las personas con diabetes.
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