Reuters informa que Moderna ha paralizado los planes para construir una planta de manufactura de vacunas en Kenia [1]. La empresa dijo en 2022 que invertiría alrededor de US$500 millones en construir sus instalaciones en Kenia y anualmente suministraría hasta 500 millones de dosis de sus vacunas de ARNm a África. Sin embargo, Moderna no ha recibido ningún pedido de vacunas para África desde 2022, ha asumido más de US$1.000 millones en pérdidas y se le han cancelado pedidos de África [1].
Según la noticia que ha publicado Reuters [1], Moderna está reduciendo el número de plantas de manufactura para reducir costos, pero invertirá US$4.500 millones en la I+D de varias vacunas nuevas, incluyendo las vacunas contra el cáncer y el virus respiratorio sincitial. Muchas de las vacunas de ARN mensajero (ARNm) que está desarrollando, como las del VIH y la malaria, se encuentran en una etapa temprana.
La decisión de Moderna va en contra de los esfuerzos que se estaban haciendo en África para reducir la importación de vacunas y fármacos. “Para responder eficazmente a los brotes de enfermedades infecciosas o, mejor aún, prevenirlos, debe haber capacidad local de fabricación de vacunas y capacidad para satisfacer las necesidades locales”, dijo Charlie Weller, jefe de prevención del equipo de enfermedades infecciosas de Wellcome [1].
Un artículo publicado en Science confirma lo reportado por Reuters y dice que la decisión de Moderna refleja las dificultades para establecer un sector de vacunas competitivo en el continente.
Según el artículo de Science [2] los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC de África) dijeron: “Moderna está abandonando su compromiso de construir capacidades de fabricación de vacunas relevantes y muy necesarias en África”.
Cabe mencionar que se están construyendo otras plantas de manufactura en Ruanda, Senegal y Sudáfrica, gracias a BioNTEch, la otra gran empresa productora de vacunas de ARNm, y una inversión de hasta US$1.000 millones por parte de Gavi, la Alianza para las Vacunas. Sin embargo, ya no hay demanda de vacunas covid, y las otras vacunas ya se están produciendo a bajo precio y en grandes volúmenes en otros lugares, lo que dificulta establecer un mercado para los fabricantes locales. El continente también se enfrenta a la falta de trabajadores capacitados y a débiles sistemas de regulación de productos médicos [2].
Sin embargo, funcionarios de la OMS y otros grupos consideran que la fabricación de vacunas en África podría evitar que durante la próxima pandemia los africanos se vuelvan a quedar sin acceso a vacunas. Las nuevas instalaciones podrían producir vacunas contra el sarampión, la malaria, la hepatitis y otras enfermedades durante años normales y, con suerte, cualquier producto específico que se necesitara para responder a una nueva pandemia. En total, Gavi y otras organizaciones filantrópicas y multilaterales han prometido al menos US$3.500 millones para ayudar a alcanzar este objetivo [3].
Uno de los primeros esfuerzos fue un “centro de transferencia de tecnología” de ARNm en Sudáfrica. Durante los últimos tres años, el centro ha capacitado a científicos de 15 países, incluyendo a seis de África, para que produzcan ellos mismos vacunas de ARNm [2]. En 2021, la Unión Africana y los CDC de África lanzaron la Asociación para la Fabricación de Vacunas en África (Partnership for African Vaccine Manufacturing o PAVM), cuyo objetivo para el 2040 es producir el 60% de las dosis de vacunas que necesita el continente. PAVM coordinará la recaudación de fondos para este esfuerzo y quiere que se utilicen siete tecnologías de vacunas, que incluyen el ARNm, los virus tradicionales inactivados y debilitados, y los vectores virales inofensivos que transportan genes de patógenos peligrosos. Están en marcha unos 30 proyectos, incluyendo las tres instalaciones de BioNTech que hemos mencionado previamente.
En diciembre de 2023, Gavi, que actualmente compra aproximadamente la mitad de las dosis de vacunas que se utilizan en África, prometió US$1.000 millones para el Acelerador Africano de Fabricación de Vacunas (African Vaccine Manufacturing Accelerator), para proteger contra 11 enfermedades. El dinero se distribuirá entre las empresas locales según un complicado plan que recompensa a las empresas cuyos productos cumplan con los estrictos estándares de calidad de la OMS, y otorga bonificaciones adicionales a quienes vendan a Gavi o UNICEF. La financiación tiene como objetivo ayudar a como mínimo cuatro fabricantes africanos de vacunas a producir, entre todos, 800 millones de dosis al año en el plazo de una década.
Sin embargo, estos planes enfrentan obstáculos importantes, según un análisis reciente realizado por Africa CDC, CHAI y PATH [4]. Al parecer, pocas empresas africanas tienen la capacidad de producir antígenos, por lo que se necesita que empresas extranjeras transfieran tecnologías, pero existen pocos acuerdos de este tipo y es difícil garantizarlos, en parte porque los gobiernos africanos no se han comprometido a comprar vacunas fabricadas en África. Los países africanos también necesitan fortalecer su fuerza laboral y su capacidad para evaluar y aprobar vacunas.
Cualquier fabricante africano de vacunas tendrá que enfrentar la dura competencia de las vacunas producidas en otros lugares. El Serum Institute of India, que produce más dosis de vacunas que cualquier otra empresa, ya es un importante proveedor de Gavi. Si surge una serie de rivales más pequeños en el continente africano, “no habrá volumen y no serán competitivos en el mercado global”, predice Seth Berkley, quien dirigió Gavi durante 12 años hasta su jubilación en agosto de 2023. Ese mismo año, el gobierno de Sudáfrica compró una vacuna neumocócica fabricada en la India porque costaba menos que la producida en el país [2].
Para evitar la fragmentación del incipiente mercado africano, la Colaboración Regional para la Fabricación de Vacunas (Regionalized Vaccine Manufacturing Collaborative) anunciada en enero, pretende racionalizar y coordinar los esfuerzos [5]. Lo ideal sería que los países de la región aunaran recursos, compraran suministros a granel y evaluaran juntos la demanda. Si al final las vacunas producidas en África no pueden competir en coste, una solución sería simplemente pagar más por ellas. Un informe de Gavi de noviembre de 2022 señalaba que la alianza no suele desembolsar dinero extra por las dosis “en nombre de la diversidad geográfica y la seguridad del suministro”, pero sugería que debería plantearse hacerlo. Nicaise Ndembi, directora de PAVM predice que, teniendo en cuenta las lecciones de la pandemia, los gobiernos africanos también estarán dispuestos a pagar una prima por los productos locales. “Se trata de una cuestión de seguridad sanitaria”, afirma [2].
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