El jueves, el ministro de salud, Mark Holland, dio a conocer los tan esperados detalles del plan de cobertura farmacéutica del gobierno federal, con el compromiso de cubrir algunos tratamientos para la diabetes y anticonceptivos.
Si el proyecto de ley C-64 se aprueba en el Parlamento, Holland empezará a negociar con las provincias y territorios un compromiso de financiación, que cubriría el coste que implica suministrar estos medicamentos a la población de forma gratuita.
Dijo que espera que la gente pueda acceder al programa en algún momento de este año, aunque hay muchas incertidumbres que dificultan establecer una fecha exacta de inicio.
El gobierno federal afirma que también creará un fondo para apoyar a los diabéticos canadienses que tienen dificultades para pagar las jeringas y las tiras reactivas de glucosa que necesitan para controlar su enfermedad.
Según el gobierno, uno de cada cuatro diabéticos canadienses (aproximadamente 3,7 millones de personas tienen la enfermedad) ha declarado que no sigue el tratamiento debido al precio.
La cobertura “del primer dólar” de estos fármacos —un término del sector de aseguradoras que significa que el gobierno se hace cargo de pagar todos los gastos—ayudará sobre todo a los diabéticos.
El plan de cobertura farmacéutica también permitirá que los nueve millones de canadienses en edad fértil tengan acceso a anticonceptivos, para garantizar “su autonomía reproductiva, reducir el riesgo de embarazos no deseados y mejorar su capacidad para planificar su futuro”, afirmó el gobierno en su comunicado de prensa.
Aún no se han elegido exactamente qué tipos de anticonceptivos cubrirá este programa, pero el gobierno promete que en las provincias y territorios que se afilien eventualmente se cubrirá “una gama completa” de medicamentos y dispositivos.
Este es el primer paso de lo que podría ser un régimen mucho más sólido en los próximos años, aunque su futuro es incierto. Algunas provincias ya están reclamando la posibilidad de no participar en el programa federal, o están rechazando por completo los esfuerzos de Ottawa.
El gobierno federal afirma que, además de cubrir algunos anticonceptivos y medicamentos para la diabetes, tiene la intención de, en un futuro, ampliar la cobertura a otros medicamentos.
El proyecto de ley C-64 contempla la creación de un formulario nacional —una lista de medicamentos esenciales que el gobierno podría llegar a cubrir— y el desarrollo de una estrategia nacional de compras al por mayor.
El gobierno afirma que creará un comité de expertos para que le asesore sobre cómo establecer un programa universal de pagador único y que, a continuación, buscará acuerdos bilaterales con cada una de las provincias y territorios antes de proceder con ese tipo de plan de cobertura farmacéutica más amplio.
El objetivo es la “cobertura total”, dice Holland
El gobierno ha declarado que quiere adoptar una estrategia gradual y progresiva para implementar el sistema universal de cobertura farmacéutica, que podría costar miles de millones de dólares, y cambiar de manera drástica la red de cobertura de medicamentos del país.
La mayoría de los canadienses ya tienen cobertura de medicamentos de venta con receta a través de un mosaico de planes de seguros públicos y privados. No está claro el efecto que podría tener un programa nacional universal.
Holland dijo que Ottawa evaluará si la primera fase de cobertura de los tratamientos para la diabetes y los anticonceptivos funciona, antes de decidir si financia algo más amplio, como un modelo de pagador único. El programa de asistencia médica vigente en Canadá es un sistema de pagador único en el que el estado asume la mayor parte de los gastos.
Pero Holland insistió en que Ottawa está comprometida a buscar “una cobertura total para que todo el mundo pueda pagar sus medicamentos”.
Holland ha citado el elevado precio de un sistema farmacéutico verdaderamente universal y de pagador único como un obstáculo, en un momento en el que el gobierno federal está intentando frenar los gastos tras años de grandes déficits presupuestarios por la pandemia.
La Oficina Parlamentaria de Presupuesto (Parlamentary Budget Officer o PBO) ha fijado el precio de un programa de pagador único para todos los medicamentos, en casi $40.000 millones de dólares canadienses al año.
Otra opción podría consistir en implementar una estrategia más dirigida que ofrezca cobertura farmacéutica a las personas que aún no tienen seguro, o ampliar los planes provinciales de cobertura de medicamentos para incluir a más personas.
Coste incierto
Los funcionarios federales que hablaron con los periodistas durante una sesión informativa dijeron que el gobierno no sabe cuánto costará a los contribuyentes esta primera fase del programa de cobertura farmacéutica.
El precio final de los tratamientos contra la diabetes y de los anticonceptivos se determinará tras las negociaciones con las provincias y territorios, dijeron los funcionarios.
Cuando se le pidió una estimación del precio, Holland dijo que la primera fase costaría unos $1.500 millones de dólares canadienses.
Añadió que esa cifra podría variar dependiendo de cómo fuera la recepción en las provincias y territorios.
Holland dijo que los fondos no se incluirán en el próximo presupuesto federal, porque la legislación de cobertura farmacéutica tiene que ser aprobada por ambas cámaras del Parlamento, y todavía tiene que negociar acuerdos con sus colegas provinciales, antes de que el dinero pueda fluir.
Farmacéuticos, profesionales de la salud y activistas progresistas llevan mucho tiempo solicitando el establecimiento de un programa nacional de cobertura farmacéutica. Según ellos, el sistema de asistencia médica de pagador único de Canadá debería ir acompañado de la cobertura de medicamentos y otros tratamientos para mejorar la salud de la población.
Los detalles se anunciaron tras meses de largas negociaciones con el Nuevo Partido Democrático (NDP o New Democratic Party), que exigía que el gobierno pusiera en marcha del programa de cobertura farmacéutica como condición para aceptar el acuerdo de apoyo sin participación (supply and confidence agreement)[1], que mantendría al gobierno liberal minoritario en el poder, hasta 2025.
Holland dijo que el jueves era un “día importante” en la historia de Canadá.
“Hoy damos un enorme paso adelante en nuestro sistema de salud”, afirmó.
“Los canadienses no tendrán que pasar la noche en vela preocupados por el precio de su tratamiento para la diabetes, y las mujeres y niñas podrán controlar su propio cuerpo con anticonceptivos gratuitos”, dijo.
“Los precios siguen siendo un obstáculo. Hoy tomamos las medidas necesarias para eliminar esa barrera”, declaró Holland.
El ministro de salud, Mark Holland, está esperando el informe de la Comisión Mixta Especial sobre Asistencia Médica para Morir (Special Joint Committee on Medical Assistance in Dying) antes de tomar una decisión definitiva.
La ministra de la Mujer e Igualdad de Género (Women and Gender Equality), Marci Ien, afirmó que el plan del gobierno de cubrir productos como los anticonceptivos, y la pastilla del día después, “es un paso concreto hacia una verdadera y duradera igualdad de género”.
El diputado del Nuevo Partido Democrático, Don Davies, crítico de salud del partido, negoció con Holland durante meses y ayudó a redactar el proyecto de ley de cobertura farmacéutica. Dijo que esta ley es “una vía para garantizar que ningún canadiense se vea obligado a sufrir por no poder pagar sus medicamentos”.
“Por primera vez, la insulina, los medicamentos y dispositivos para la diabetes y los anticonceptivos estarán disponibles como un derecho y no un privilegio”, dijo. “Esto supone un cambio decisivo para millones de personas”.
Davies prometió que su partido no dejará de abogar por la implementación de un programa nacional, universal y de pagador único para cubrir otros medicamentos.
El líder del Nuevo Partido Democrático, Jagmeet Singh, se atribuyó el mérito de haber obligado a los liberales a actuar en este asunto.
“Si quieren ver más cobertura farmacéutica, van a necesitar al Nuevo Partido Democrático. No van a ser los liberales quienes ofrezcan más de esto”, dijo Singh.
El líder de los conservadores, Pierre Poilievre, dijo a los periodistas que su partido analizará detenidamente la propuesta antes de adoptar una postura.
Christina Warner, directora ejecutiva del Consejo de Canadienses (Council of Canadians), un grupo de defensa de los pacientes que lleva tiempo presionando a favor de la cobertura farmacéutica, dijo que el anuncio del gobierno federal es una “gran victoria”.
“Durante mucho tiempo, las empresas más ricas se han interpuesto en el camino del progreso hacia un plan de cobertura farmacéutica. Pero hoy, por fin, los pacientes han triunfado. Ahora, el Gobierno debe financiar, aplicar y ampliar rápidamente el programa para satisfacer plenamente las necesidades de los canadienses y abaratar los precios de los medicamentos”, declaró.
La Asociación Canadiense de Seguros de Vida y Salud (CLHIA o Canadian Life and Health Insurance Association), un grupo del sector industrial que representa a grandes empresas como Manulife y Sun Life, consideró que la legislación suponía una amenaza para los seguros privados existentes.
En un comunicado de prensa, Stephen Frank, presidente y director general de la CLHIA, afirmó que el programa de cobertura farmacéutica del gobierno y su prevista ampliación “supondrán un gasto innecesario de miles de millones de dólares en medicamentos para personas que ya tienen cobertura”.
“Sustituirá lo que ya funciona por un programa gubernamental que se hará más complicado y caro con el tiempo. Y pondrá en peligro los planes de prestaciones en el lugar de trabajo, con los que cuentan 27 millones de canadienses, haciendo la vida menos asequible para millones de familias”, dijo Frank.
Dijo que incluso los planes de seguros privados cubren el doble de medicamentos que los mejores planes públicos.
Frank afirmó que los canadienses no quieren que el gobierno federal “elija qué medicamentos se cubren y cuáles no”.