Más de 50 grupos de la sociedad civil han escrito a los líderes de los principales programas de adquisición de medicamentos del mundo instándoles a rechazar las “cláusulas de confidencialidad” en sus acuerdos con las empresas farmacéuticas.
La carta [1], compartida en exclusiva con Health Policy Watch, fue enviada el martes a los responsables de UNICEF, la Organización Panamericana de la Salud (OPS o Pan American Health Organization), la alianza para las vacunas Gavi, el Fondo Global de lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria y el Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del SIDA (PEPFAR o US President’s Emergency Plan for AIDS Relief).
Los grupos de la sociedad civil, entre los que se encuentran la Alianza de Vacunas para la Gente (People’s Vaccine Alliance), Public Citizen, Proyecto de Acceso Global a la Salud (Health GAP) y multitud de grupos locales de defensa de los pacientes, expresan su “profunda preocupación por el creciente uso de cláusulas de confidencialidad y no divulgación” en los contratos entre los fabricantes de medicamentos y los compradores gubernamentales, multisectoriales y humanitarios.
Estos solicitan a las cinco principales agencias de adquisición que utilicen su poder de compra para rechazar las cláusulas de confidencialidad, porque están obstaculizando “el acceso equitativo a los medicamentos esenciales al dificultar el establecimiento de condiciones justas, precios razonables y un suministro oportuno”.
En 2021, el sistema de las Naciones Unidas gastó por sí solo US$10.600 millones en productos médicos.
La falta de transparencia propicia la corrupción
Curiosamente, en el Foro de Precios Justos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebrado el miércoles, el director general adjunto de salud de Sudáfrica, el Dr. Anban Pillay, afirmó que las empresas farmacéuticas se habían aprovechado de la covid-19 para obtener de su gobierno precios elevados para las vacunas.
Durante su intervención en la sesión plenaria matinal sobre la transparencia en los precios de los medicamentos, Pillay también rindió homenaje a las organizaciones de la sociedad civil por su lucha en favor del acceso a medicamentos asequibles.
Por su parte, la Dra. Yupadee Sirisinsuk [4], vicesecretaria general de seguridad sanitaria en Tailandia, pidió una regulación internacional que obligara a compartir los precios de los medicamentos.
Billy Mweetwa, antiguo director general de la Agencia de Medicamentos y Suministros Médicos de Zambia, declaró en la sesión plenaria que la falta de transparencia en la adquisición de medicamentos debilitaba el poder de negociación de los gobiernos —ya que “no tienen referencias de precios”— y que además podía propiciar la corrupción en las negociaciones.
Sabine Vogler, responsable de farmacoeconomía del Instituto Nacional de Salud Pública (National Public Health Institute) de Austria, describió a los pagadores como personas que entran en las negociaciones “con los ojos vendados”, ya que no tienen ni idea de lo que están pagando los demás.
Nuevas políticas de transparencia
Charles Gore, director ejecutivo del Banco de Patentes de Medicamentos (Medicines Patent Pool o MPP), afirmó que cuando los gobiernos aportaban fondos públicos para I+D, a menudo existían cláusulas relacionadas con el acceso a los productos “pero en la práctica los gobiernos no exigían su cumplimiento”.
“La covid puso de manifiesto la falta de mecanismos para exigir el cumplimiento de los derechos de acceso”, afirmó Gore.
Las agencias internacionales podrían ser “importantes defensoras” de las compras conjuntas para que se reduzcan los precios, añadió.
Sin embargo, los grupos de la sociedad civil piden mucho más en su carta a los “Principales Cinco”.
“Creemos que ha llegado el momento de que los principales compradores de productos médicos, incluyendo UNICEF, la OPS, el Fondo Global, PEPFAR y Gavi, actúen individualmente para adoptar nuevas políticas de transparencia y que de forma colectiva apoyen la adopción y aplicación de una nueva norma común que rechace el secretismo y que apoye la provisión de información más sólida y accesible de los términos y acuerdos de los contratos de compra”, argumentan.
“Del mismo modo, los gobiernos deben rechazar los acuerdos coercitivos de no divulgación y, simultáneamente, deben aclarar o modificar sus leyes sobre libertad de información y adquisición de medicamentos para garantizar que las condiciones de suministro, precio y distribución estén a disposición del público”, concluyen, afirmando que estaban dispuestos a tratar el asunto con las agencias.
“Consecuencias inesperadas” de la transparencia
Sin embargo, Richard Torbett, director de la Asociación Británica de la Industria Farmacéutica, afirmó que “en algunas ocasiones compartir información es realmente útil y en otras puede tener consecuencias inesperadas”.
Según Torbett, la industria necesita incentivos para crear los mejores productos médicos para los pacientes.
“Los precios de los productos farmacéuticos deben someterse a análisis, pero para mí es mucho más satisfactorio que se analicen los datos clínicos que tienen las empresas farmacéuticas, para comprobar la eficacia que tienen sus productos en los pacientes, en lugar de entrar en un debate de contabilidad sobre cómo asignar los costes de I+D”, añadió.
Torbett afirmó que la transparencia era importante, especialmente en lo que se refiere a “productos de múltiples fuentes, donde esa transparencia puede impulsar una mayor competencia, precios más bajos, y esperaría que eso se traduzca en un mayor acceso en todo el mundo”.
Pero se mostró escéptico ante la posibilidad de que la transparencia en los precios de los nuevos medicamentos los hiciera bajar: “No es que la industria esté en contra de la transparencia solo porque sí. Es cierto que, a través de la fijación internacional de precios de referencia y algunas de sus consecuencias, existe la creencia de que la transparencia de los precios netos podría llevar a la convergencia de precios, y que dicha convergencia, en última instancia, perjudicaría probablemente a los países más pobres del mundo”.
Torbett también señaló que “los países quieren reforzar su posición desde donde negocian conociendo los precios que se cobran en otros lugares”. Me interesaría mucho saber si algunos de esos países estarían dispuestos a compartir sus propios precios”.
Frustración por estar desprovistos de poder
Al concluir la sesión plenaria del foro sobre transparencia, la Dra. Suerie Moon, codirectora del Centro de Salud Global (Global Health Centre) del Instituto Universitario de Ginebra, dijo que percibía “frustración en la sala”, y que se sentía descorazonada por el “debate circular” de un foro a otro.
“Por parte de los pagadores, existe frustración por falta de poder —a causa de la asimetría en la información— y un fuerte deseo de que haya más transparencia, no solo para negociar precios justos, sino también para ser más responsables ante el público y abordar el riesgo de corrupción”, dijo Moon.
Los países también se han sentido frustrados al intentar actuar solos, dijo Moon.
“Hay un papel muy importante para la cooperación y la coordinación internacionales, ya sea a través del intercambio de información, las negociaciones conjuntas, la formación o las adquisiciones mancomunadas”.
Referencias