GlaxoSmithKline suspendió Flovent HFA, su tratamiento para el asma infantil a base de propionato de fluticasona, a finales de diciembre. Los críticos, incluyendo la senadora Elizabeth Warren, dicen que esto permite que la empresa evite las sanciones del programa Medicaid. Warren señaló que el precio de Flovent aumentó casi un 50 por ciento durante la última década.
Alrededor del 6,5% de los estadounidenses menores de 18 años (más de 4 millones de niños) tienen asma, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, y Flovent es uno de los medicamentos que más se receta a esta población.
En una carta a la directora ejecutiva de GSK, Warren acusó a la compañía de suspender la producción del medicamento para evitar nuevas regulaciones gubernamentales que le habrían costado dinero al gigante farmacéutico. La carta de Warren vinculó la decisión de GSK de dejar de fabricar Flovent con la Ley del Plan de Rescate Estadounidense de 2021 (the 2021 American Rescue Plan Act), que exige que las compañías farmacéuticas paguen reembolsos a Medicaid más acordes con los precios de sus medicamentos a partir de este año.
Las compañías farmacéuticas ofrecen reembolsos al gobierno federal para garantizar que Medicaid pueda comprar medicamentos por debajo de los precios de lista. Antes de la Ley de 2021, los reembolsos se calculaban de forma que los precios superaran los pagos que las empresas hacían al gobierno. La reforma de 2021 fue diseñada para reducir los costos de los medicamentos, y la mayoría de las empresas respondieron reduciendo los precios de lista.
GSK, por su parte, ha contratado a Prasco Laboratories para fabricar una versión genérica autorizada. Sin embargo, las empresas aseguradoras, incluyendo los programas públicos, tendrán que aprobar el reembolso de dicho genérico.
Según un vocero de GSK, la empresa había estado planeado descontinuar Flovent durante algún tiempo. La versión genérica de Flovent es más barata que el producto original, pero Prasco Laboratories no ofrece a las aseguradoras ni a los administradores de beneficios farmacéuticos los mismos reembolsos y descuentos que ofrecerían al medicamento de marca, lo que significa que puede terminar costando más a las aseguradoras, por lo que algunas podrían no cubrirlo.
A los profesionales les preocupa que los niños de familias más pobres con menos acceso a la atención sanitaria sean los que más sufran.