ECONOMÍA Y ACCESO
Acceso
Compromisos de mercados de compra: realidad y alternativas (Advanced market commitments: Current realities and alternate approaches)
Donald Light
HAI Paper Series Reference 03-2009/01
http://www.haiweb.org/31032009/27%20Mar%202009%20AMC%20Current%20Realities%20&%20Alternate%20Approaches%20FINAL.pdf Traducido por Salud y Fármacos
Resumen Ejecutivo
El objetivo del compromiso de compra anticipado (advanced market comittment o AMC) era motivar a las compañías farmacéuticas a hacer investigación y desarrollar productos para las enfermedades olvidadas que afectan primordialmente a los países en desarrollo. Además, se esperaba que el AMC sirviera para acelerar el acceso a vacunas nuevas que, por su elevado precio, no son accesibles hasta 10-15 años después de su descubrimiento.
La idea básica del AMC es que los donantes aportarán una cantidad equivalente a lo que las compañías ingresan cuando desarrollan medicamentos para los países industrializados, para que estas tengan los mismos incentivos para investigar enfermedades olvidadas. El precio y volumen de esta gran compra lo establece de antemano un comité, las compañías que ganan se comprometen a facilitar su producto a un precio inicial bajo y mantienen sus derechos de propiedad intelectual. Es decir, si se descubre un medicamento para una enfermedad olvidada, se pone inmediatamente a disposición de los países de bajos ingresos, y las compañías tienen que abastecerlo mientras sea necesario.
A pesar de que este mecanismo ha recibido el apoyo de muchos grupos, desde el Banco Mundial al Vaticano, hay preocupación entorno al diseño del AMC. Las inseguridades y contingencias del diseño del AMC podrían impedir que las compañías hicieran investigación para descubrir vacunas nuevas. Un estudio sobre proyectos de investigación sobre enfermedades olvidadas descubrió que utilizaban mecanismos de financiación y tenían motivaciones y sistemas de organización radicalmente diferentes a los que habían anticipado los que promovieron el modelo del AMC. Los autores de este estudio advirtieron que el AMC podía tener un impacto negativo sobre estos arreglos, especialmente los que involucran a multinacionales.
El AMC no aporta financiamiento hasta que se ha desarrollado una nueva vacuna que se considere necesaria para los países de bajos ingresos, es decir que no constituyen un buen incentivo para las compañías pequeñas, solo las multinacionales grandes pueden hacer frente a este gran costo de inversión. En segundo lugar su diseño competitivo puede debilitar la cooperación y las becas para estimular la investigación. En tercer lugar, al favorecer a las grandes compañías – con grandes recursos – por encima de las empresas de biotecnología y los equipos de investigadores en las universidades o institutos sin ánimo de lucro que requieren financiamiento inmediato, el AMC podrían frenar la investigación y desarrollo, a pesar de que otras alternativas podrían solventar estos problemas de diseño. Finalmente, es probable que aun con descuentos importantes los países en desarrollo no puedan pagar los productos, y la experiencia con el Sida sugiere que los países en desarrollo pueden producir medicamentos a precios mucho más baratos.
Michael Kremer, antes de diseñar el AMC, consideró otras alternativas para estructurar las compras anticipadas, incluyendo compras de patentes, financiar la investigación a cambio de otorgar el permiso de explotación de las patentes a cooperativas y otros grupos, pagos al cumplir con ciertas metas, mayor exigencia técnica para vacunas que pudieran reemplazar a las existentes, y bonos para vacunas más fáciles de almacenar y/o administrar. A pesar de eso, en el 2004, Kremer y la Fundación Gates abandonaron estas ideas. Los donantes no tendrían que pagar nada durante años, probablemente hasta que hubieran dejado sus puestos, lo que favorece al donante pero es una pesadilla para el investigador; y nunca más se habló de derechos de propiedad intelectual.
A pesar de todos estos problemas con el AMC, los problemas de diseño se convirtieron en irrelevantes cuando el AMC se convirtió en la compra de dosis extras de vacunas contra el neumococo ya existentes, y que las compañías farmacéuticas habían desarrollado para los mercados de los países ricos. Esto representa un compromiso de compra, pero no se puede considerar un piloto de un AMC porque no es un AMC.
En el 2004-5, se presentaron al grupo de trabajo responsable de lanzar el AMC una serie de inconsistencias y problemas prácticos. Se sugirió que el diseño del AMC incluyera mecanismos para compartir los derechos de propiedad intelectual, que se ofrecieran ayudas para financiar las fases avanzadas de los ensayos clínicos, que se tuvieran en cuenta aspectos de administración, y se estimulará la coordinación a través de becas. Todas las sugerencias fueron rechazadas. El AMC se promovió energéticamente antes de lanzarse en el 2005. Los nombres de los miembros del grupo de trabajo que no estaban de acuerdo con el diseño y votaron en contra no fueron incluidos en el documento que promueve la iniciativa. Es decir que el documento fue presentado a los ministros de finanzas de los países miembros de la G8 como si hubiera sido endorsado por todos los miembros del grupo de trabajo.
Recientemente, los informes de la alianza para las vacunas e inmunizaciones (GAVI) han discutido estrategias para apoyar el modelo AMC ofreciendo a las compañías precios más altos y más tiempo antes de entregar los productos. Se ha sugerido que esto aumentará significativamente los beneficios para las multinacionales que ganen los concursos y reducirá el número de niños que se pudieran beneficiar de prevenir las enfermedades por neumococo. Al exigir que haya establecimientos dedicados a la fabricación de la vacuna, los nuevos términos impiden la utilización de otras estrategias para el desarrollo de vacunas más baratas que contengan los serotipos prevalentes en las diferentes regiones del mundo y el uso de tecnología de bajo costo en los países en desarrollo. Si el objetivo fuera evitar la enfermedad en el máximo número posible de niños no se consideraría el modelo del AMC para la compra de un producto, sino que se trabajaría con la industria farmacéutica para estudiar mecanismos baratos de producción bajo sistemas de licencias.
Compromisos de compra mejor diseñados podrían complementar el financiamiento de la investigación para descubrir remedios para enfermedades prevalentes en los países en desarrollo. El diseño debería incorporar mecanismos más flexibles que exijan compartir los derechos de propiedad intelectual u otorgar licencias, y que permitan que los que estén desarrollando productos prometedores puedan realizar los ensayos clínicos. Las estrategias para el desarrollo de productos para los países industrializados deben ser diferentes de las que se utilicen en países en desarrollo. El AMC tiene que fortalecer los sistemas públicos, que son los que implementan los programas de vacunas, y tienen que conseguir precios de manufactura al alcance de los países que necesitan esos productos.