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ÉTICA Y DERECHO

Conducta de la Industria

¿Están las grandes farmacéuticas en decadencia? (The Withering of Big Pharma?)
Martha Rosenberg
CounterPunch, 8-10 de noviembre de 2013
http://www.counterpunch.org/2013/11/08/the-withering-of-big-pharma/print
Traducido por Salud y Fármacos

En tiempos pasados sucedía que cuando una empresa decidía llegar a un acuerdo para evitar un juicio [1] en el que se la acusaba de engañar a millones de personas para que tomaran sus medicamentos, la noticia se publicaba un viernes por la tarde cuando nadie se daba cuenta. Eso pasaba antes. Ahora, casi todas las empresas farmacéuticas se han apuntado al club de Usos no Aprobados/Coima y parece ser que el público no se entera o le tiene sin cuidado.

Superficialmente, el acuerdo aprobado esta semana por Johnson & Johnson de pagar US$2.200 millones por la imputación de un marketing ilegal de medicamentos para ancianos, niños y discapacitados mentales puede aparentar ser una victoria para de la ciudadanía. La subsidiaria de J&J, Janssen Pharmaceuticals, se declarará culpable de promover ilegalmente el antipsicótico Risperdal para “controlar la agresión y la ansiedad en los pacientes ancianos dementes y tratar la conducta alterada de niños y de personas con discapacidades”. Según un informador, las promociones incluían un esquema desvergonzado de coimas a Omnicare Inc, una farmacia que dispensaba medicamentos en residencias de ancianos.

Por lo menos 15.000 ancianos mueren cada año en estas residencias por medicamentos como Risperdal, según reveló hace algunos años el especialista de la FDA David Graham en una presentación ante el Congreso de EE UU [2]. Eli Lilly que fabrica un medicamento semejante Zyprexa, y AstraZeneca que fabrica Seroquel también han llegado a acuerdos para evitar juicios por manipular el mercado de los medicamentos para adultos mayores a expensas  de las vidas de los abuelos y abuelas.

Pero no es una victoria. Entre 2003 y 2010, J&J obtuvo del Risperdal US$24.200 millones y los accionistas esta semana ni se enterarán de su infinitésima pérdida. J&J exprimió todo lo que pudo el Risperdal, y para cuando se le acusó de ilegalidad en su estrategia de comercialización ya no estaba protegido por patentes. Otros gigantes han sido imputados por métodos ilegales de marketing—Abbot por Depatoke, Pfizer por  Bextra, Eli Lilly por Zyprexa, AtraZenaca por Seroquel, GlaxoSmithKline por Paxil y Merck por Vioxx—todos consiguieron su dinero antes de sufrir las inconveniencias que les causaron las imputaciones. Muchos, como Pfizer que comercializó ilegalmente su medicamento anticonvulsivante Neurotin mientras estaba legalmente vigilado (under probation) por sus actividades ilegales relacionadas con el Lipitor—todos han sido imputados más de una vez y son delincuentes consumados.

Muchos afirman que la única justicia que hará enmendar a las grandes farmacéuticas es la encarcelación forzada de los sus directivos  y/o cortarles sus grandes negocios lucrativos con Medicare, Medicaid y los programas militares.

De todas formas, el intrépido plan comercial de pedir perdón en vez de pedir permiso se está terminando. No porque la gran industria, prescriptores, consumidores, reguladores y funcionarios sanitarios hayan visto la luz sino porque ya no hay grandes medicamentos para explotar. Yahoo finance estimó el mes pasado, utilizando información de las mismas empresas, que100.000 trabajadores perderán sus puestos en Pfizer, Sanofi, GlaxoSmithKline, AstraZeneca y Merck.

Solo dos nuevas campañas parece que están desarrollando pero requieren que médicos y pacientes colaboren y vean espejismos en vez de la realidad. Una trata de convencer a la gente con lumbalgia que en realidad sufren de espondiloartritis anquilosante, una condición que causa inflamación crónica de la columna. Si tu columna está rígida cuanto te levantas por la mañana,  puedes tomar un inhibidor de factor de necrosis tumoral (inmunosupresor) como Humira, que tiene entre otros los siguientes efectos secundarios: incrementa el riesgo de que sufra tuberculosis,  infecciones virales, micóticas y bacterianas, y cuesta de US$12.000 a 17.000 al año.

La otra campaña, que es incluso más desvergonzada, trata de convencer a la gente con insomnio, cansancio durante el día, de humor cambiable y problemas de relacionarse con otras personas que en realidad sufren de “trastorno del sueño-vigilia no 24 horas”, una condición que afecta casi exclusivamente a los ciegos. El nuevo mensaje de la industria es que Ud. no tiene que ser ciego para sufrir este trastorno, aunque la literatura científica solo ha identificado 100 casos de personas con vista que sufren este problema. Suena como que es una gran exageración, pero así y todo el programa ha podido convencer a personas con trabajo, dinero y problemas familiares que han llegado a creer que sufrían depresión o un desorden bipolar.

De todas formas, es obvio que la admiración que se tuvo en su tiempo por las grandes empresas farmacéuticas innovadoras se ha perdido y ahora las empresas tienen que afrontar las consecuencias de sus abusos, como la multa que le ha tocado pagar a J&J esta semana. Esto no significa que la corrupción y los precios escandalosos van a desaparecer de la medicina. Se están trasladando a la industria de dispositivos médicos.

1. Nota de los editores.  Una de las razones, quizás la más importante, por qué las empresas farmacéuticas innovadoras prefieren negociar antes de ir a juicio, es para evitar que el demandante obtenga toda la documentación oficial de la empresa sobre el medicamento incluyendo comunicaciones internas, resultados de todos los ensayos clínicos, procesos decisorios, etc. Esta documentación es la que ha permitido entender mejor la forma de funcionar de las empresas y ha sacado a relucir los abusos y violaciones éticas. El daño para las empresas de la divulgación de esta comunicación es mucho mayor que las multas por muy altas que sean. Por otra parte, como las patentes dan un poder monopólico, las innovadoras pueden  poner el precio que quieran a los medicamentos de forma que transfieren las pérdidas causadas por las multas a los pacientes, gobiernos y aseguradoras.

2. Nota de los editores: El Dr. David Graham es el que demostró los riesgos de Vioxx y en base a su investigación, Merck no tuvo más remedio que retirar el medicamento del mercado. Vease: M. Cañás, A. Ugalde, J. Orchuela y N. Homedes. Las secuelas del rofecoxib. Boletín Fármacos 2005:8(2): 58-70.

 

modificado el 28 de noviembre de 2013