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Médicos sin Frontera advierte sobre la necesidad de nuevos medicamentos para combatir la tuberculosis
Mirada Profesional, 31 de octubre de 2013
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La ONG sanitaria aseguró que si no se logran nuevas combinaciones para tratar la enfermedad, la variedad resistente seguirá creciendo en todo el planeta. Piden fármacos menos tóxicos y más simples, que eviten que los pacientes dejen los tratamientos. El año pasado, se lanzó en Estados Unidos el primer medicamento en 50 años contra este mal.

A fines del año pasado, se lanzó en Estados Unidos bedaquilina, un nuevo medicamento para tratar la tuberculosis. El fármaco, producido por la farmacéutica Janssen (filial de Johnson & Johnson), fue el primero en 50 años para combatir este mal, que en el mundo sigue generando millones de muertos, en especial en países en desarrollo. Pero esta buena noticia no alcanza para frenar el avance de la enfermedad, advierte la ONG Médicos sin Frontera (MSF). La entidad sanitaria reclamó a la industria farmacéutica y las autoridades esfuerzos para crear otros medicamentos, en especial combinaciones que permitan curar la versión más peligrosa de la tuberculosis, la resistente. Sólo en 2012, hubo unos 3 millones de contagios en todo el planeta.

Durante la 44 edición de la Conferencia Mundial de Salud Pulmonar, realizada en la ciudad francesa de París, MSF alertó que “sin un nuevo enfoque para desarrollar y fijar el precio de nuevos medicamentos para la tuberculosis, la respuesta global no podrá ofrecer las nuevas combinaciones de tratamiento que son necesarias para el tratamiento para la tuberculosis resistente a los medicamentos”.

Durante su presentación, la entidad pidió más esfuerzos para crear nuevos fármacos para la enfermedad. “Si pudiera cambiar algo respecto a la enfermedad de la tuberculosis sería el tratamiento; si pudiéramos tener medicamentos menos tóxicos y más simples, con regímenes de tratamiento más cortos, habría menos personas dejando el tratamiento y menos personas muriéndose,” afirma Phumeza Tisile, quien recibió el tratamiento para la TB a través del programa de MSF en Khayelitsha, Suráfrica.

Este problema puede hacer que la noticia del lanzamiento del nuevo medicamento sea inútil. “Este es un momento significativo para médicos y pacientes, pero todavía no hay espacio para la complacencia y la celebración. El nuevo medicamento es una bendición, pero lo que realmente necesitamos son nuevas combinaciones de medicamentos para tratar la tuberculosis resistente,” recordó Cathy Hewison, referente de la enfermedad para MSF. “Si no somos capaces de ofrecer regímenes totalmente nuevos, que se toleren y sean más efectivos para los pacientes en los próximos años, la oportunidad de mejorar de forma radical el tratamiento será desaprovechada.”

La FDA aprobó la bedaquilina por la vía rápida, la OMS sacó recomendaciones para su uso rápidamente, y Janssen ha presionado para el registro ampliamente; estos son signos positivos que señalan que el contexto de la tuberculosis está preparado para responder rápidamente a los nuevos medicamentos. Pero para conseguir el objetivo de regímenes totalmente nuevos se requiere un cambio más fundamental en la forma en la que se investigan y se llevan al mercado los medicamentos para la tuberculosis, advirtió MSF.

“Necesitamos investigación más colaborativa en vez de empresas trabajando de forma aislada, y esto requerirá un compromiso masivo de la comunidad de investigación además de una inyección de fondos significativa en un momento en el que la inversión global está en declive”, dice Sharonann Lynch, referente de políticas para la Campaña de Acceso a Medicamentos de MSF.

La OMS informó que tres millones de personas contagiadas con la tuberculosis en 2012 no reciben ningún tipo de tratamiento y que el diagnóstico y seguimiento de cientos de miles que han desarrollado la cepa resistente a medicamentos son inadecuados. Karin Weyer, del Programa Global para la Tuberculosis de la OMS, afirmó que entre las causas que contribuyen a esta situación están la escasez de medicamentos y de personal médico calificado. "Simplemente no contamos con médicos y enfermeras suficientes para manejar la tuberculosis resistente. Los pacientes sufren graves efectos secundarios y no hay personal para atenderlos. Como resultado, muchos mueren mientras esperan, y lógicamente, diseminan la tuberculosis resistente", dijo la especialista (escuchar audio).

Además, la OMS estima que menos del 20% de los casos de tuberculosis resistente del mundo son diagnosticados y tratados. Como el tratamiento es largo, arduo, caro y poco efectivo, con tasas globales de curación estancándose en torno al 50 por ciento, la ampliación del diagnóstico y tratamiento “es extremadamente difícil”. “Los países afectados deben ampliar sus esfuerzos para diagnosticar y tratar la tuberculosis resistente hoy en día, para que haya programas fuertes que puedan asegurar el uso responsable y efectivo de nuevas combinaciones de tratamiento cuando estén disponibles”, concluyeron los especialistas.

 

modificado el 28 de noviembre de 2013