ÉTICA Y DERECHO
Conflictos de Interés
La necesidad de restringir la relaciones con la industria para promover la prescripción basada en la evidencia (Restricting Interactions With Industry to Promote Evidence-Based Prescribing)
Ross JS
JAMA Intern Med. 2014;174(8):1290.
doi:10.1001/jamainternmed.2014.1862.
http://archinte.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=1878465
Traducido por Salud y Fármacos
Durante los últimos 15 años, las relaciones entre los médicos y la industria farmacéutica y de dispositivos médicos han ido recibiendo cada vez mayor escrutinio. Aunque siempre se han reconocido los beneficios de esta colaboración, existe una preocupación creciente por si las relaciones que implican beneficios económicos están convirtiéndose en una amenaza a la integridad de la investigación, la educación profesional, el cuidado del paciente, y la confianza del público en la medicina. La Asociación de Facultades de Medicina de Estados Unidos (Association of American Medical Colleges) y el Institute of Medicine han publicado declaraciones solicitando que se fortalezcan las políticas que gobiernan estas relaciones, en especial en los centros médicos académicos y sociedades profesionales, que se exija transparencia y que se hagan públicas las transacciones económicas.
En 2007, la Asociación Estadounidense de Estudiantes de Medicina, con la colaboración del Pew Charitable Trusts publicó su “PharmFree Scorecard” (Hoja de Anotaciones para Determinar la Influencia de la Industria Farmacéutica) que daba una nota para calificar a las facultades de medicina sobre la presencia o ausencia de una política institucional que regulase las relaciones entre los estudiantes y los profesores y las empresas farmacéuticas y de dispositivos médicos.
Desde entonces, la adopción de estas políticas por las facultades de medicina se ha ido generalizando y son cada vez más restrictivas. Sin embargo, hasta que hace poco se publicaron dos estudios demostrando que los estudiantes de medicina y de especialidad que se forman en facultades de medicina y hospitales con políticas menos restrictivas tenían más posibilidades de prescribir medicamentos psicoactivos de alto costo y bajo valor terapéutico [1,2], no había mucha evidencia que apoyara el impacto de la adopción de estas políticas. En parte, los descubrimientos reportados por Austad et al [3] explican este fenómeno, aunque el estudio se basó en casos hipotéticos, sus resultados indican que los estudiantes y los residentes que reportaban mayores contactos con los visitadores médicos estaban menos inclinados a recomendar medicinas cuyo valor terapéutico estaba demostrado por la evidencia científica y estaban más en favor de medicinas de marca, y no genéricas.
El periodo de entrenamiento en las facultades de medicina y en la especialidad son espacios para el aprendizaje clínico rápido e intenso, es cuando las identidades profesionales se forman, así como los ‘hábitos” de práctica médica. No existe ninguna razón educativa para que la industria tenga relaciones con los estudiantes y residentes durante estos años formativos, y se debería limitar las visitas de los visitadores médicos a los estudiantes, así como los contactos para promocionar medicamentos. Por ello, las facultades de medicina y los hospitales en donde se preparan los futuros médicos deberían continuar tomando decisiones que restrinjan las interacciones con la industria. Está cada vez más claro que restringiendo estas interacciones durante el entrenamiento en las facultades de medicina y en los estudios de especialidad mejora la prescripción basada en la evidencia, lo que es bueno para la profesión, para el cuidado de los pacientes y para la confianza del público en la medicina.
Exposición de los conflictos de interés del autor: el Dr. Ross recibe becas de la Universidad de Yale que han sido financiadas por Medtronic Inc y Johnson & Johnson para desarrollar métodos de compartir datos de ensayos clínicos y es un consultor que recibe pagos de Pew Charitable Trusts para refinar la metodología que se usa en el PharmFree Scorecard.
Referencias