Políticas
Estados Unidos y Canadá
Sanofi abandona la colaboración con la vacuna contra el Zika porque EE UU ha destrozado el contrato de I+D (Sanofi pulls out of Zika vaccine collaboration as feds gut its R&D contract)
Eric Sagonowsky
FiercePharma, 1 de septiembre de
http://www.fiercepharma.com/vaccines/contract-revamp-sanofi-s-zika-collab-u-s-government-to-wind-down?mkt_tok=eyJpIjoiWVROaVpHWmtNRGt6TkdVMiIsInQiOiI2WHZcL0FWdjczMnJqMGE5ZnkzRHJVN3JPMngwaWc0ZUZsOEVxZmNmcjVtMStTM0FwMWQ3MVlvMStJTk4zc3dlaVUrUlRMVFZ1MWhZM2RRYzV6XC9xc0pMNm1zZU9lYlJPQnQ1MkRodEgwTVB0aFkwRU5QSWhOQXpURTRoczBacmQ3In0%3D&mrkid=4497745&utm_medium=nl&utm_source=internal
Traducido por Salud y Fármacos
Sanofi ha anunciado que su colaboración en torno a la vacuna Zika con el gobierno de EE UU ha terminando
Sanofi no sabía que se estaba metiendo en un gran lío al asociarse con el ejército de EE UU para desarrollar una vacuna contra el Zika. Pero cuando el fabricante francés de medicamentos estaba negociando una licencia exclusiva sobre el producto potencial, eso es exactamente lo que sucedió, y ahora, el gobierno se está distanciando de la colaboración.
La compañía dijo el viernes que la decisión significa que Sanofi no desarrollará ni obtendrá la licencia de la prometedora vacuna para el Zika del Ejército de EE UU. La unidad de desarrollo del Departamento de Salud y Servicios Humanos, BARDA, que había prometido US$43 millones para investigación y otros US$130 millones si la vacuna llegaba a etapas posteriores de ensayos, ha echado marcha atrás.
Los socios culparon a la “evolución de la epidemiología” del Zika del cambio; después de un brote explosivo temprano, la propagación del virus se ha desacelerado. Según un anuncio, BARDA continuará financiando un estudio relacionado con el Zika, y la asociación queda en una situación en la “el desarrollo se paraliza indefinidamente, pero podría reiniciarse si vuelve a surgir la epidemia”.
La empresa dijo: “Por tanto, en este momento Sanofi no tiene intención de continuar el desarrollo, u obtener una licencia del Instituto de Investigación Walter Reed Army para el candidato a la vacuna contra el Zika”.
Como saben los observadores de la industria, la colaboración ha estado bajo un intenso escrutinio público y político este año, ya que los críticos exigieron garantías de que si la vacuna desarrollada con dinero públicos se llegara a comercializar debería venderse a un precio asequible. Después de que la organización sin fines de lucro Knowledge Ecology International planteara el tema a fines del año pasado, varios políticos y funcionarios públicos se unieron para pedir garantías de precios cuando se concediera la licencia.
Lo que desencadenó el acalorado debate público fue un aviso del Registro Federal sobre la licencia exclusiva, y el coro de críticos fue creciendo a lo largo del año. Los ejecutivos de Sanofi defendieron a la compañía en varias ocasiones explicando que la empresa estaba aportando sus propios recursos de desarrollo, arriesgando dinero, personal y tiempo para llevar a cabo un proyecto que quizás nunca llegaría a comercializarse.
Sanofi también dijo que la vacuna potencial era solo eso, un producto potencial, lejos de ser algo seguro, y que hablar sobre garantías de precios tan temprano en el proceso no tenía sentido. El fabricante de medicamentos señaló que la licencia propuesta exigiría el pago de regalías y otros pagos al alcanzar ciertas metas al gobierno.
Por su parte, un oficial del ejército estadounidense dijo que las licencias exclusivas suelen ser la única forma de atraer a un socio farmacéutico competente para proyectos de desarrollo de productos como el que se había propuesto. Agregó que el ejército no puede imponer los precios futuros de las vacunas.
Como respuesta a la rápida propagación de Zika en 2015 y 2016, los equipos de investigación se movilizaron rápidamente para desarrollar vacunas contra el virus, y varias compañías farmacéuticas empezaron a trabajar con el gobierno de EE UU. Sanofi fue una de ellas.
El gobierno también se asoció con GlaxoSmithKline y Takeda en dos enfoques diferentes para desarrollar una vacuna contra el Zika. La colaboración de Takeda con BARDA es por un valor de US$312 millones.
Más recientemente, sin embargo, la propagación del virus en los EE UU y en todo el mundo se ha ralentizado. Este hecho, más los resultados de la fase 1 de la vacuna, según el comunicado de Sanofi provocaron que “sea necesario ampliar sustancialmente nuestro cronograma de desarrollo de la vacuna”. Considerando todo esto, Sanofi dijo que respeta “la decisión de BARDA de utilizar sus recursos limitados de otra forma para alcanzar sus prioridades”.
Últimamente, expertos en vacunas han expresado su frustración con que la comunidad científica haya estado reaccionando a las recientes emergencias mortales en lugar de realizar investigaciones tempranas antes de que ocurra una epidemia. Las organizaciones sin fines de lucro y los gobiernos se unieron recientemente para formar la Coalición para la Innovación en la Preparación para Epidemias, para intentar y mejorar el estado actual de la I + D en vacunas.