La testosterona es una hormona sexual que se produce principalmente en los testículos de los hombres. Es esencial para el crecimiento, el desarrollo de los órganos sexuales y el mantenimiento de las características masculinas del adulto, incluyendo la masa muscular, el vello facial, la producción de esperma y la libido [1, 2].
En los hombres, los niveles de testosterona en sangre alcanzan su punto máximo a los 17 años y permanecen estables hasta la tercera y cuarta décadas de la vida, después van disminuyendo gradualmente [3]. Estas disminuciones naturales de testosterona relacionadas con la edad a veces se asocian con disminuciones en los niveles de energía y de la función sexual [4, 5]. Sin embargo, no hay evidencia concluyente de que estos síntomas se deban a los niveles bajos de testosterona o que el tratamiento con testosterona pueda ser útil [6].
La FDA ha aprobado varias formas distintas de productos de testosterona sintética (puede ver la lista en el Cuadro adjunto). Los productos de testosterona de venta con receta solo están aprobados para el tratamiento de un pequeño grupo de pacientes masculinos: los que tienen “hipogonadismo clásico”, definido como una producción inadecuada de testosterona debido a ciertas condiciones médicas. Estas afecciones incluyen enfermedad genética, daño testicular por quimioterapia o inflamación y daño a las partes del cerebro (incluyendo la glándula pituitaria) que estimulan la producción de testosterona en los testículos [7].
Formas | Nombres de marca |
Metiltestosterona | |
Tabletas o cápsulas orales | Android 25,* Testred* |
Testosterona | |
Pellets Implantados | Testopel* |
Inyectable (en el músculo) | Aveed,* Depo-Testosterone* |
Inyectable (infradérmico) | Xyosted (Autoinjector)** |
Gel nasal | Natesto* |
Tabletas o cápsulas orales | Jatenzo** |
Parche transdérmico, liberación prolongada | Androderm* |
Gel transdérmico | Androgel,* Fortesta,* Testim,* Vogelxo* |
Es importante destacar que la FDA no ha aprobado los medicamentos de testosterona para tratar a los hombres que experimentan una disminución de la testosterona propia de la edad – un uso “no autorizado” que las compañías farmacéuticas habían fomentado durante muchos años. En 2015, la FDA advirtió contra el uso de estos productos para esta indicación porque no se ha demostrado que dicho uso sea efectivo, y puede aumentar el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular [8].
Los riesgos de la terapia con testosterona incluyen tromboembolismos venosos (coágulos de sangre en las venas profundas, generalmente en las piernas o los pulmones), que pueden poner en peligro la vida y requieren atención médica inmediata [9]. Entre la población total de EE UU, anualmente, se producen coágulos de sangre en aproximadamente 900.000 adultos, y entre el 10% y el 30% de esos eventos causan la muerte en un mes [10].
Un gran estudio observacional reciente apoya la preocupación de que la terapia con testosterona aumente el riesgo de formación de coágulos sanguíneos. Este estudio aparece en la edición de febrero de la revista Journal of the American Medical Association (JAMA) Internal Medicine.
El estudio de JAMA Internal Medicine [11]
Los investigadores utilizaron las historias clínicas de pacientes con seguro médico privado y derechohabientes de Medicare para identificar a 39.622 hombres sin cáncer que, entre 2011 y 2017, experimentaron un primer coágulo sanguíneo venoso o pulmonar y habían tenido cobertura por ese seguro durante un mínimo de 12 meses antes de ese evento. Los investigadores dividieron esta muestra en dos grupos. Un grupo fue de 3.110 hombres con facturas médicas que indicaban que tenían hipogonadismo clásico. El segundo grupo incluyó a 36.512 hombres sin facturas médicas por hipogonadismo clásico.
Luego, los investigadores establecieron si los pacientes habían recibido prescripciones de testosterona durante los seis meses inmediatamente previos (seis a cero meses antes) al coágulo de sangre y por separado durante los seis meses más distantes a haber tenido el coágulo (12 a seis meses antes). Luego, se comparó la tasa de prescripción de testosterona entre los dos períodos de tiempo.
En este diseño, cada paciente sirve como su propio control de 12 a seis meses antes del coágulo, y luego “se cruza” al período de exposición de seis a cero meses antes del coágulo. Este tipo de diseño tiene la ventaja de incorporar automáticamente los aspectos individuales que normalmente no varían mucho en 12 meses, como el nivel socioeconómico y la presencia de otras enfermedades crónicas que pueden afectar el riesgo de coágulos. Esta ventaja de diseño es importante porque estos factores pueden sesgar fácilmente los resultados de los estudios observacionales que evalúan los riesgos de los medicamentos.
Los investigadores encontraron que el 43% de los que tenían hipogonadismo y el 1% de los que no tenían este diagnóstico recibieron recetas de testosterona durante los12 meses que cubrió el estudio. Su análisis principal reveló que para ambos grupos de pacientes las prescripciones de testosterona eran aproximadamente dos veces más probables en los seis meses inmediatamente anteriores a la formación del coágulo que en el período de “control” de los seis meses anteriores. Las tasas más altas de uso de testosterona ocurrieron en los tres meses anteriores a la formación del coágulo de sangre. Estos hallazgos son consistentes con la exposición reciente a la terapia con testosterona, que se asocia con un mayor riesgo a corto plazo de coágulos sanguíneos. En consecuencia, el estudio proporciona nueva evidencia de que el uso de testosterona aumenta el riesgo a corto plazo de coágulos sanguíneos, con o sin un diagnóstico previo de hipogonadismo clásico.
Lo que puede hacer
A menos que sea un hombre con un diagnóstico confirmado de hipogonadismo clásico, no debe tomar testosterona. No use las marcas de testosterona Jatenzo o Xyosted por ningún motivo porque, a diferencia de otros productos de testosterona, tienen advertencias de recuadro negro en su etiqueta que indican que causan un aumento de la presión arterial, lo que aumenta el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Nunca use testosterona para aliviar los cambios atribuibles al envejecimiento normal. Otros remedios, como hacer ejercicio y mantener un peso saludable, son más seguros y, en general, más beneficiosos.
Si usa testosterona, esté atento a los síntomas de coágulos sanguíneos en las piernas (dolor o hinchazón) o pulmones (dificultad para respirar), especialmente durante los primeros meses de tratamiento. Además, esté alerta a los síntomas de efectos adversos cardiovasculares: dolor o presión en el pecho, dificultad para respirar, frecuencia cardíaca rápida o irregular, dificultad para hablar o debilidad en un lado del cuerpo. Busque atención médica de inmediato si experimenta alguno de estos síntomas.
Referencias