Ética
Resumen Ejecutivo
La accesibilidad y el acceso a los medicamentos se ha convertido en un tema controvertido. Uno de los argumentos clave que se utiliza para defender los altos precios de los medicamentos es el costo de desarrollar los nuevos productos. En este informe, examinamos el papel de su modelo financiero de negocio para justificar el costo de los medicamentos y los márgenes de beneficio de las compañías farmacéuticas. Este modelo de negocio gira en torno a maximizar los pagos a los accionistas, a expensas de realizar inversiones productivas que podrían beneficiar a la población en general.
En este informe, hemos medido la financiarización corporativa con tres indicadores que identificamos en la literatura académica: 1. El monto del balance general (reservas financieras y deuda); 2. Lo que se invierte en compensar a los accionistas (dividendos y recompras de acciones); y 3. El tamaño de los activos intangibles (derechos de propiedad intelectual [DPI] y el comercio financiero1) como proporción de los activos totales.
Lo que estas manifestaciones de la financiarización corporativa tienen en común es que el interés estratégico de una empresa pasa de centrarse en producir bienes y servicios a asegurar ganancias financieras.
La pandemia del coronavirus ha expuesto muchas de las vulnerabilidades creadas por el modelo de negocio financiero de Big Pharma. Además de los riesgos financieros, este modelo también ha dejado al mundo menos preparado para la crisis de salud que enfrentamos hoy. El creciente pasivo de la deuda de las compañías farmacéuticas no se ha invertido en capacidades productivas o I + D, sino que se ha distribuido en gran medida a los accionistas. Ahora que el mundo está recurriendo a los sistemas de salud y las compañías farmacéuticas para defender al mundo de esta pandemia, se revela con mucha claridad el precio de un modelo de negocio sesgado a favor de los accionistas.
El sistema actual se ha configurado para llenar los bolsillos de los accionistas en lugar de ayudar a los pacientes de todo el mundo, y ahora estamos viendo muy claramente las fallas que este sistema ha generado.
Nuestra investigación se centra en las cuentas financieras de 27 de las compañías farmacéuticas más grandes del mundo (conocidas como “Big Pharma”) entre 2000 y 2018. Además, el informe actual también analiza las cuentas de las 10 empresas más grandes como un subgrupo para comprender si su tamaño está relacionado con el modelo de negocio que utilizan.
Resultados clave
La principal conclusión que hemos podido sacar al profundizar en las cuentas financieras de las compañías farmacéuticas más grandes es que podemos identificar fuertes signos de financiarización para los tres identificadores.
Las reservas financieras han crecido. Las reservas financieras de las 27 compañías han aumentado de US$83.000 millones en 2000 a US$219.000 millones en 2018. Solo las 10 compañías más grandes tenían más de US$135.000 millones en activos líquidos disponibles en 2018.
Aumento de los pagos a los accionistas: Los pagos totales a los accionistas (la combinación de dividendos y recompras de acciones) han pasado de representar el 88% de las inversiones totales en investigación y desarrollo (I + D) en 2000 al 123% en 2018. En términos nominales, los pagos a los accionistas han aumentado en casi un 400%, de US$30.000 millones en 2000 a US$146.000 millones en 2018 (US$73.000 millones en dividendos y US$74.000 millones en recompras de acciones). Esto representa un aumento en la proporción de pagos del 10% de las ventas netas al 20%. Los pagos de las 27 empresas ascienden a un total de US$1,540.000 millones durante el período analizado.
Para allanar el camino para que las compañías farmacéuticas puedan hacer estos pagos tan grandes a los accionistas, las inversiones esenciales no han aumentado, pero el precio de los medicamentos ha aumentado exponencialmente. Fijar los precios de los medicamentos a niveles tan altos para maximizar el valor para los accionistas es simplemente indefendible, especialmente en el contexto del envejecimiento de las sociedades y el aumento de los costos generales de la atención médica en todo el mundo. En resumen, nuestra sociedad no puede permitirse las ganancias privadas de Big Pharma.
El aumento de la deuda no se utiliza para generar ingresos futuros. Para mantener el modelo extractivo de baja inversión en capital fijo (como edificios y maquinaria), aumentos modestos en los gastos de investigación y desarrollo (I + D) y pagos extremadamente altos a los accionistas, Big Pharma ha recurrido a la deuda. En comparación con las ventas netas, el endeudamiento de 27 de las compañías farmacéuticas más grandes ha aumentado constantemente del 20% en 2000 al 72% en 2018.
A pesar de este aumento de la deuda de US$61.000 millones en 2000 a más de US$500.000 millones en 2018 (con más de US$300.000 millones a cargo de solamente las 10 principales compañías) y altos márgenes sostenidos de ganancias, las inversiones en capital fijo han disminuido como porcentaje de las ventas netas del 6% en 2000 al 5% en 2018. Durante el mismo período, la participación del gasto en I + D ha aumentado moderadamente del 12% de las ventas netas al 17%. Estas cifras indican que la deuda incurrida no se usó principalmente para generar capacidad productiva futura, sino que se transfirió desproporcionadamente a los accionistas. Hasta cierto punto, los accionistas han utilizado a Big Pharma como un cajero automático.
Aumento de los activos intangibles: Un elemento importante a considerar es el cambio que ha hecho Big Pharma en su modelo de negocios, que ha pasado de centrarse en la producción y venta de productos a la compra de otras empresas. Las grandes compañías farmacéuticas compran competidores y compañías de biotecnología para tener productos en desarrollo, disminuir la competencia y adquirir derechos de propiedad intelectual (DPI). Como resultado, Big Pharma opera cada vez más como un fondo de capital privado con habilidades excepcionales para adquirir, desarrollar, comercializar y extraer valor del conocimiento monopolizado, también conocido como “activos intangibles”.
Estas habilidades únicas de las grandes compañías farmacéuticas son la base de sus estrategias de financiarización. En este modelo que gira en torno a fusiones y adquisiciones (M&A), el precio de los medicamentos depende cada vez más del costo de adquirir nuevos DPI. Este costo, a su vez, está sujeto a ciclos financieros porque las fusiones y adquisiciones están altamente correlacionadas con las condiciones de liquidez en los mercados de capital y las valoraciones del mercado de valores. Entre las grandes compañías farmacéuticas, identificamos una burbuja creciente de comercio financiero y de otros activos intangibles.
Si bien los datos sobre los activos intangibles de todas las empresas solo están disponibles para los últimos años, su participación en los activos totales ha aumentado dramáticamente. El valor combinado de todos los intangibles en el balance de las 10 compañías farmacéuticas más grandes ha aumentado del 13% de los activos totales en 2000 al 49% en 2018 (más de US$520.000 millones), lo que refleja el cambio en el conjunto del sector.
De estos intangibles, las 10 compañías más grandes han aumentado el valor de su comercio financiero de prácticamente nada en 2002 a más de US$270.000 millones en 2018. La expansión de los intangibles es un aspecto importante de la financiarización de Big Pharma. Esto ilustra cómo el sector se ha transformado de generar ingresos a través del desarrollo, producción y venta de medicamentos a obtener ingresos por poseer y monopolizar la propiedad intelectual.
Conclusiones
Este informe muestra que las grandes compañías farmacéuticas están generando ganancias para los accionistas en una escala que es económicamente frágil y socialmente inasequible. Sus pagos a los accionistas desplazan las inversiones esenciales y aumentan el precio de los medicamentos a un costo que la sociedad no puede pagar. Su modelo de negocio, que se basa en la deuda barata y los ingresos por alquileres monopolísticos de activos intangibles, es en última instancia insostenible porque las inversiones productivas y la I + D no han mantenido el ritmo. Las grandes compañías farmacéuticas se han vuelto cada vez más dependientes de las condiciones del mercado global de capitales. El fuerte aumento de la deuda en los últimos años, y su dependencia en las fusiones y adquisiciones para reponer la cartera de nuevos medicamentos, ha amplificado el impacto de los ciclos del mercado financiero en el comportamiento corporativo.