La administración Biden lleva meses instando a Moderna a aumentar su producción nacional.
Moderna, la empresa que produce vacunas está resistiendo la presión de la Casa Blanca para aumentar las donaciones internacionales de su vacuna covid-19 en 2022, según tres personas con conocimiento directo del asunto.
La administración Biden ha estado instando a Moderna durante meses para que aumente su producción nacional, y contribuya a cumplir la promesa del presidente de convertir a EE UU en un “arsenal de vacunas” para el mundo. La Casa Blanca ha donado decenas de millones de dosis de Moderna al extranjero. Su solicitud de aumentar su producción surge cuando la compañía ha acordado suministrar 500 millones de dosis a países de medianos y bajos ingresos, incluyendo 34 millones de dosis este año, a través del programa internacional para acceder a vacunas covid conocido como mecanismo Covax.
Moderna, que desarrolló su vacuna con ayuda científica y financiera del gobierno, ha evitado establecer compromisos adicionales, dijeron dos fuentes. La empresa ha citado preocupaciones sobre su capacidad para equilibrar sus responsabilidades nacionales e internacionales.
Pero los funcionarios de la administración creen, en privado, que la renuencia también se debe en parte a preocupaciones financieras: si Moderna aceptara vender las dosis de la administración Biden a los países más pobres, es probable que le pidan que sea a precio de costo, dijo una fuente, lo que pone presión sobre sus beneficios.
La postura de la compañía ha enfurecido a los principales funcionarios de salud de Biden, quienes han presionado a los ejecutivos de Moderna en reuniones recientes, que una persona caracterizó como “muy intensas”. Las deliberaciones entre el gobierno federal y Moderna podrían socavar los esfuerzos de la administración Biden para enviar más dosis al extranjero, mientras se comienzan a administrar dosis de refuerzo a los estadounidenses.
“Necesitamos que se comprometan en el corto plazo y aumenten drásticamente la cantidad de dosis que están entregando a los países de bajos y medianos ingresos”, dijo un alto funcionario de la administración.
La Casa Blanca se negó a comentar. Moderna aún no ha respondido a una solicitud de comentarios sobre las acusaciones relacionadas con sus motivos financieros.
Pero en medio de la tensión actual, la compañía anunció la madrugada del jueves que construirá un centro de producción de vacunas en África para producir hasta 500 millones de dosis al año. Sin embargo, no ha elegido el sitio, ni ha establecido un cronograma para la apertura de las instalaciones.
“Si bien todavía estamos trabajando en aumentar la capacidad de nuestra red para entregar vacunas para la pandemia en curso en 2022, creemos que es importante invertir en el futuro”, dijo el director ejecutivo de Moderna, Stéphane Bancel, en un comunicado.
Las tensas conversaciones de la administración Biden con Moderna contrastan grandemente con su relación con Pfizer y BioNTech. Los socios rechazaron la ayuda del gobierno para desarrollar su vacuna covid-19, pero han trabajado con la administración para aumentar la vacunación global. En septiembre, las dos compañías firmaron un acuerdo con el gobierno federal para entregar 1.000 millones de dosis de su vacuna para hacer una donación internacional a fines de septiembre de 2022.
La Casa Blanca anunció en agosto que comenzaría el proceso de distribución de dosis de refuerzo para la mayoría de los adultos en unas semanas, generando críticas de los principales científicos federales y de otros expertos en salud. Argumentaron que, en su lugar, EE UU debería centrarse en aumentar las vacunaciones y donaciones para lograr que todo el mundo esté vacunado.
Desde entonces, la administración de Biden ha intentado trabajar con Moderna para encontrar nuevas formas de aumentar las dosis disponibles para donar.
“Durante mucho tiempo, la administración ha estado tratando de lograr que Moderna se comprometa”, dijo una de las personas con conocimiento directo de la situación. “Ha sido difícil”.
Moderna dijo el jueves que la construcción del centro de vacunas que ha planificado costaría hasta US$500 millones, y que eventualmente podría producir vacunas para otras enfermedades, utilizando la misma tecnología de ARNm que subyace a su vacuna covid-19.
Pero los expertos externos estiman que construir una instalación desde cero, contratar y capacitar al personal podría llevar años. Y es poco probable que la medida satisfaga a una Casa Blanca que hace solo unas semanas estableció el objetivo de poner fin a la pandemia para septiembre próximo.
“Queremos que aumenten las dosis en el muy corto plazo”, dijo un alto funcionario de la administración. Los miles de millones de dólares de los contribuyentes que se invirtieron en el desarrollo de la vacuna no han hecho más que profundizar la frustración de los funcionarios estadounidenses por la vacilación de la compañía en apoyar los esfuerzos internacionales del presidente.
“El gobierno de EE UU co-inventó la vacuna. Hemos gastado más de US$8.000 millones”, dijo el funcionario.
Mientras tanto, Moderna también se enfrenta, y resiste, la creciente presión de activistas y organizaciones internacionales para compartir la fórmula de su vacuna con fabricantes de otros países.
La administración de Biden, a principios de este año, respaldó formalmente la renuncia a las protecciones de patentes para las vacunas covid-19 con el objetivo de ampliar su producción en todo el mundo. Pero esa propuesta ha sido ferozmente opuesta tanto por los fabricantes de medicamentos como por algunos países europeos.
Nota de Salud y Fármacos. El 14 de octubre, Zachary Brennan publicó en Endpoints (Biden’s fight with Moderna over providing vaccines for the poorest countries intensifies https://endpts.com/bidens-fight-with-moderna-over-providing-vaccines-for-the-poorest-countries-intensifies/)
Moderna anunció el 13 de octubre que Gavi ejerció su opción de comprar 176,5 millones de dosis adicionales de su vacuna para Covax. Pero la mayoría de esas dosis no se administrarán este año. De estas dosis adicionales, se espera que se entreguen 116,5 millones de dosis en el primer trimestre de 2022, dijo Moderna, y se espera que 60 millones de dosis se entreguen en el segundo trimestre de 2022.
Según una investigación reciente del New York Times, solo alrededor de 1 millón de dosis de la vacuna de Moderna han llegado a los países que el Banco Mundial clasifica como de bajos ingresos (frente a 8,4 millones de dosis de Pfizer y alrededor de 25 millones de dosis de J&J).
Hay un puñado de países de ingresos medios que compraron la vacuna de Moderna, pero la mayoría aún no ha recibido ninguna dosis, y al menos tres han tenido que pagar más que EE UU o la UE, según funcionarios gubernamentales de esos países.
Pero, según un informe del Washington Post, Kessler (el jefe científico de la administración Biden) dijo que, con respecto a la capacidad del gobierno para divulgar información sobre la receta para fabricar ARNm que la senadora Elizabeth Warren y otros demócratas están pidiendo, el contrato de I + D del gobierno con Moderna limita esa capacidad porque: “los derechos sobre los CMC (Chemistry, Manufacturing, and Controls ) se designaron como derechos de datos limitados que no permite compartirlos”.
“Según tengo entendido, el gobierno no está en posesión de los conocimientos técnicos o de la receta para las vacunas de ARNm”, dijo Kessler. “No subestimes la determinación del gobierno de EE UU al abordar este tema. Pero el mejor recurso es que ellas [las empresas] se comprometan ahora”.