Un juez federal aprobó un acuerdo por bancarrota por el que los dueños de Purdue Pharma darán fondos para programas para prevenir y tratar la adicción a opioides y compensaciones para más de 130.000 personas. En contrapartida, no podrán volver a ser demandados por la epidemia de opioides.
La farmacéutica Purdue Pharma, fabricante del analgésico altamente adictivo OxyContin, fue disuelta este miércoles en un acuerdo por bancarrota que exige a la familia propietaria, los Sackler, que entregue miles de millones de su fortuna para hacer frente a la epidemia de opioides.
Pero los Sacklers lograron, en contrapartida, una gran ventaja a su favor, que les puede permitir seguir siendo una de las familias más ricas del país.
Los términos del acuerdo, confirmados por el juez federal de quiebras Robert D. Drain, le otorgan a la farmacéutica una amplia inmunidad legal en futuros litigios por su responsabilidad en la crisis del opioides, a pesar de las objeciones de nueve estados y de una rama del Departamento de Justicia.
De este modo, el plan pondrá fin a miles de demandas presentadas por gobiernos estatales y locales, tribus, hospitales y particulares para hacer frente a una crisis de salud pública que ha provocado la muerte de más de 500.000 personas en todo el país.
A cambio de esta protección, los Sacklers acordaron pagar US$4.500 millones, incluyendo las tasas federales del acuerdo, que se pagaran en cuotas durante aproximadamente nueve años. (Nota de Salud y Fármacos: además, los Sacklers tendrán que salir permanentemente del negocio de los opioides; tendrán que entregar las fundaciones familiares a un fideicomisario que utilizará los activos para abordar la epidemia de opioides, y tendrán que publicar documentos, incluida su correspondencia con abogados, sobre el desarrollo de OxyContin y cómo obtuvo la aprobación de la FDA).
El dinero de esos pagos y los beneficios de una nueva empresa farmacéutica de beneficio público, creada a partir de las cenizas de Purdue sin vínculos con los Sacklers, se destinarán principalmente a programas de tratamientoy prevención de adicciones en todo el país.
Los términos de la disolución de la farmacéutica han sido duramente criticados por proteger a los Sacklersy varios estados estaban preparándose para presentar un recurso contra la decisión.
El acuerdo implica que nunca se hará un recuento completo del papel de Purdue en la epidemia en un tribunal abierto. La familia fue además cuestionada por no aceptar su responsabilidad en la epidemia.
“No creo que nadie diga que se ha hecho justicia porque es mucho el daño que se ha causado y mucho el dinero que han retenido la empresa y la familia”, dijo el doctor Joshua Sharfstein, profesor de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins a The New York Times.
La familia se ha declarado culpable de cargos penales federales por no minimizar el peligro y las propiedades adictivas de OxyContin, pero no se ha hecho responsable, ni ha ofrecido una disculpa, por la crisis desatada por el medicamento.
La mayoría de los estados y otros demandantes apoyan el plan, como el mejor remedio posible en este momento para hacer frente a un problema que ha empeorado durante la pandemia. El año pasado hubo un número récord de muertes por sobredosis de opioides.
“Era tomarlo o dejarlo”, dijo Ryan Hampton, que dimitió el martes como copresidente de un comité de vigilancia de los demandantes, nombrado por el Gobierno federal.
Cómo se distribuirán los millones de Purdue
Los pagos de los Sackler procederán de sus inversiones y de la venta de sus empresas farmacéuticas internacionales, durante un periodo de siete años. Purdue pagará unos US$500 millones. Los beneficios previstos de los medicamentos de la nueva empresa, incluido OxyContin, aportarán fondos adicionales.
Los estados recibirán dinero de un fondo nacional para la reducción del consumo de opioides, que distribuirán a sus gobiernos locales. En tanto que las tribus nativas estadounidenses tienen su propio fondo.
Otro fondo compensará a 130,485 víctimas de la epidemia: que sufrieron adicción o las familias de quienes murieron por sobredosis. Recibirán entre 3.500 y 48.000 dólares. Los tutores de unos 6.550 niños con antecedentes de síndrome de abstinencia neonatal podrán recibir unos 7.000 dólares cada uno. (Nota de Salud y Fármacos: muchos consideran que estas cifras son muy bajas comparado con el daño que han causado estos medicamentos).
Un acuerdo “amargo” para enfrentar la crisis
El juez Robert Drain, del Tribunal de Quiebras de Estados Unidos en White Plains (Nueva York), aprobó provisionalmente el plan, tras una extensa negociación, pero dijo que quería que se hicieran ajustes modestos.
“Este es un resultado amargo”, dijo el juez Drain al dar a conocer el acuerdo. “A-M-A-R-G-O”, deletreó, explicando que estaba increíblemente frustrado por el hecho de que gran parte del dinero de la familia estuviera en cuentas en el extranjero.
El magistrado hubiera preferido una suma mayor de dinero, pero demorar la resolución tendría un costo, indicó, y el acuerdo alcanzado era “importante” por el consenso y enfoque en la reducción de la epidemia.
OxyContin y una crisis que mató a cientos de miles
El OxyContin salió al mercado en 1996 y Purdue desplegó a sus visitadores médicos por todo el país, predicando el nuevo evangelio del alivio del dolor a miles de médicos, que empezaron a recetar OxyContin tanto para el dolor agudo como para el crónico. Para el año 2000, las ventas del nuevo fármaco habían crecido hasta casi US$1.100 millones.
Poco después empezaron a aparecer informes sobre el robo de pastillas de OxyContin en las farmacias, que eran trituradas e inhaladas. La farmacéutica se declaró finalmente culpable de minimizar el riesgo de adicción del fármaco ante médicos, reguladores y pacientes en 2007 y pagó un total US$634,5 millones.
Una espiral de abuso de opioides y muertes por sobredosis azotó al país durante los años siguientes, y a partir de 2014 se dispararon las demandas contra Purdue y otras empresas de la cadena de suministro. Los miembros de la familia Sackler fueron acusados de estar detrás de la epidemia y en el lapso de una década, hasta 2017, retiraron US$10.400 millones de Purdue.
En septiembre de 2019, Purdue, que se enfrentaba a 2.900 demandas, presentó una reestructuración por bancarrota, que puso en pausa todas las demandas.
Con información de The New York Times (https://www.nytimes.com/2021/09/01/health/purdue-sacklers-opioids-settlement.html) y The Washington Post (https://www.washingtonpost.com/business/2021/09/01/purdue-pharma-bankruptcy-judge-ruling/)
Nota de Salud y Fármacos. La radio pública de EE UU (NPR) informó el 19 de julio [1] que dos divisiones el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) condenaban un acuerdo de quiebra propuesto para Purdue Pharma, el fabricante de Oxycontin, y lo describían como fatalmente defectuoso. El programa de fideicomisarios del DOJ, que actúa como un organismo de control nacional sobre el sistema federal de quiebras, dijo que el acuerdo era inconstitucional e ilegal; y describió las liberaciones de responsabilidad como “inadmisibles”. Acusó a los Sackler y sus asociados de utilizar el sistema de quiebras para evitar su responsabilidad por “presuntas irregularidades al inventar y perpetuar con fines de lucro una de las crisis de salud pública más graves jamás experimentadas en los Estados Unidos”.
En un escrito separado, la oficina del Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York dijo que el plan violaba el “derecho constitucional al debido proceso” para aquellos con posibles reclamos por opioides.
La empresa se ha declarado culpable dos veces de cargos penales federales relacionados con sus prácticas de marketing. Sin embargo, los miembros de la familia Sackler, que son dueños de la empresa y que formaron parte de su junta directiva, nunca han enfrentado cargos penales y no se espera que reconozcan ningún delito en virtud del plan actual de quiebras.
El 1 de septiembre, la misma radio [2] describía las reacciones de los activistas. Nunca había visto tal abuso de justicia”, dijo Nan Goldin, una artista que emergió como una destacada activista de los opioides después de volverse adicta a OxyContin. “Es impactante. Es realmente impactante. He estado profundamente deprimida y horrorizada”, dijo.
El Departamento de Justicia, en una serie de informes legales y durante el juicio de quiebra que se ha realizado durante las últimas dos semanas, instó a Drain a rechazar el acuerdo. Los fiscales generales de nueve estados y el Distrito de Columbia también se opusieron al plan. Argumentaron que el acuerdo negaría injustamente a las personas y los gobiernos el derecho a demandar a los Sackler, quienes nunca se acogieron a la protección por quiebra.
“El debido proceso requiere que aquellos con reclamos por litigios tengan una oportunidad razonable de ser escuchados”, argumentó el abogado del Departamento de Justicia Paul Schwartzberg durante el juicio.
Los abogados de Purdue Pharma y los Sackler argumentaron que sin este acuerdo habría un caos legal a medida que miles de demandas individuales avanzaran contra la empresa y los miembros de la familia.
Los partidarios del plan de bancarrota, que incluye a la mayoría de los funcionarios gubernamentales estatales y locales en EE UU, han expresado su descontento con las liberaciones de responsabilidad otorgadas a los Sackler. Pero dicen que se espera que el acuerdo distribuya más de US$5.000 millones a fideicomisos públicos creados para financiar el tratamiento de drogas y los programas de atención médica durante la próxima década.
“En lugar de años de litigios que destruyen el valor, incluso entre acreedores, este plan garantiza que se destinen miles de millones de dólares a ayudar a las personas y a las comunidades que se han visto afectadas por la crisis de los opioides”, dijo Steve Miller, presidente de la junta directiva de Purdue Pharma, en un comunicado enviado a NPR.
CNN, por su parte, publicó un artículo [3] diciendo que los que trafican drogas en callejones van a la cárcel cuando los atrapan. Los traficantes de drogas que dirigen las corporaciones pueden esconderse detrás de la quiebra y quedarse con la mayor parte de sus miles de millones cuando se meten en problemas.
Referencia