Una organización internacional sin ánimo de lucro para fomentar el acceso y el uso adecuado de medicamentos entre la población hispano-parlante
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En 2021, un equipo utilizó la base de datos de un seguro médico y una organización de salud de Hawái, EE UU, para realizar dos estudios epidemiológicos e investigar la asociación entre las inyecciones intraarticulares de corticoesteroides en la cadera y la aparición de la enfermedad rápidamente destructiva de la cadera [1].
Un estudio de casos y controles comparó la exposición a las inyecciones intraarticulares de triamcinolona en 40 pacientes con artrosis rápidamente destructiva de la cadera y en 717 pacientes que se sometieron a una artroplastia total de cadera por otra indicación (excluyendo las fracturas de la cabeza femoral y las cirugías de revisión). Los pacientes que padecían osteoartritis rápidamente destructiva de la cadera habían sido expuestos a inyecciones de triamcinolona en la articulación de la cadera con una frecuencia ocho veces mayor que los pacientes que no padecían este trastorno, con un riesgo relativo estimado de 8,6 (intervalo de confianza de 95%: 3,3 a 22,3). Este riesgo pareció depender de la dosis y era particularmente marcado después de la inyección de 80 mg o más de triamcinolona [1].
En una cohorte de 610 pacientes que habían recibido una o más inyecciones de corticoesteroides en la articulación de la cadera, 37 pacientes (5,4%) padecieron la destrucción rápida del cartílago articular. El diagnóstico radiológico se hizo, en promedio, cinco meses después de la inyección [1].
En Hawái, entre 2014 y 2018, el número de inyecciones intraarticulares de dosis altas de corticoesteroides administradas en esos centros de tratamiento descendió [1]. Entre 2015 y 2018, se observó una reducción del número de casos de destrucción rápida del cartílago, por cualquier causa, mientras que el número de reemplazos totales de cadera —sin incluir los casos de artrosis rápidamente destructiva de la cadera— permaneció estable.
En la práctica, se sabe que los corticoesteroides causan daño a los tendones y a los huesos [2]. La inyección de corticoesteroides en la articulación de la cadera se utiliza para reducir el dolor y retrasar la necesidad de un reemplazo de cadera. A pesar de la falta de solidez, estos datos sugieren que, en algunos casos, estas inyecciones pueden causar una rápida exacerbación del trastorno del paciente.
Referencias