La farmacéutica Pfizer está experimentando un 2022 convulso, repleto de acusaciones, rechazos normativos, multas y derrotas judiciales. La última y más sonada ha sido la demanda de Moderna por infracción de patentes por “copiar” la patente de la tecnología ARNm [1], en la que se basan las vacunas contra la covid-19 de ambas compañías.
La demanda, presentada ante el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito de Massachusetts y el Tribunal Regional de Düsseldorf en Alemania, recoge que Moderna considera que la vacuna de Pfizer y BioNTech “infringe” las patentes que Moderna presentó entre 2010 y 2016 sobre su tecnología ARNm.
No obstante, muchos son los frentes a los que ha hecho frente la empresa. A comienzos de año, Pfizer y OPKO Health anunciaron que la FDA rechazó el somatrogon [2], una hormona de crecimiento humana recombinante de acción prolongada que se administra una vez por semana para el tratamiento de la deficiencia de hormona de crecimiento (GHD) en pacientes pediátricos.
En el mes de marzo, la empresa retiró fármacos para la presión arterial por niveles “inaceptables” de carcinógenos [3]. En concreto, Pfizer explicó que se trataba de 15 lotes de su fármaco para la presión arterial de acción prolongada, Inderal (propranolol), en Canadá, por los niveles inaceptables de nitrosamina, una posible impureza que causa cáncer. Tal y como comunicó el Gobierno canadiense en un aviso, la retirada afectó específicamente a múltiples lotes de cápsulas de liberación prolongada de 60 mg, 80 mg, 120 mg y 160 mg.
Las nitrosaminas también fueron las culpables de la retirada masivo de Chantix (vareniclina) de Pfizer el año pasado. La compañía detuvo entonces la distribución global del medicamento para dejar de fumar después de encontrar niveles inaceptables de nitrosaminas en ciertos lotes.
Fiasco de paxlovid
En el mes de junio, la compañía farmacéutica Pfizer paralizó la inscripción en un ensayo de su fármaco antiviral para la covid-19, Paxlovid, en pacientes de riesgo estándar después de que un estudio revelase que el tratamiento no es efectivo para reducir los síntomas en ese grupo [4].
El antiviral cuenta con la autorización de uso de emergencia para grupos de alto riesgo. Sin embargo, los nuevos datos mostraron una reducción del riesgo relativo del 51% en los grupos de riesgo estándar, lo que, según la compañía, “no fue estadísticamente significativo”. La población de riesgo estándar incluye a personas que no tienen patologías y que pueden recuperarse sin necesidad de tomar el medicamento.
Multa por precios desorbitados
En julio, los fabricantes de medicamentos de Pfizer y Flynn Pharma fueron multados con £70 millones (US$79 millones) por cobrar precios injustamente altos por las cápsulas durante más de cuatro años [5], en última instancia pagados por el Servicio Nacional de Salud británico (NHS, por sus siglas en inglés). Las multas fueron el resultado de una investigación exhaustiva llevada a cabo por la Autoridad de Mercados y Competencia (CMA, por sus siglas en inglés).
Pfizer cobró precios entre un 780% y un 1.600% más altos que antes. La compañía suministró el medicamento a Flynn, que luego vendió las cápsulas a mayoristas y farmacias a un precio entre un 2.300% y un 2.600% superiores a los que cobraba anteriormente Pfizer.
Referencias