Rochelle P. Walensky, directora de los CDC, respaldó en un comunicado [1] las recomendaciones del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) de los CDC para actualizar los refuerzos de covid-19 de Pfizer-BioNTech y Moderna. “Esta recomendación es resultado de una exhaustiva evaluación científica y de un sólido debate. Si usted es elegible, es un buen momento para recibir su refuerzo para covid-19 y le recomiendo encarecidamente que se lo aplique”.

La Asociación Médica Americana acogió con satisfacción la recomendación del ACIP [2], pero el Dr. Paul Offit, director del Centro de Educación sobre Vacunas del Hospital Infantil de Filadelfia advirtió en el Wall Street Journal: “los CDC están sobrevendiendo las vacunas y se arriesgan a erosionar la confianza del público [3]”.

Es probable que la decisión de los CDC represente menos conflicto para la industria farmacéutica -al menos apara una parte de ella- ya que Pfizer y Moderna han registrado ventas y beneficios sin precedentes desde que sacaron las vacunas covid-19. Este éxito supone también una victoria para Weber Shandwick, la empresa de relaciones públicas que lleva mucho tiempo representando a Pfizer y a otras empresas farmacéuticas y que empezó a trabajar para Moderna en algún momento del 2020.

En un extraño caso de sincronización -y seamos honestos, con un tufillo de influencia indebida- los empleados de Weber Shandwick también están integrados en el Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias (NCIRD), la unidad de los CDC que implementa los programas de vacunación y supervisa el trabajo del ACIP. Una empleada de Weber Shandwick escribió hace 11 meses en su cuenta de LinkedIn: “Estoy muy emocionada de comenzar hoy. Me uno a Weber Shandwick como Directora de Cuentas apoyando un contrato que conozco bien, ¡con el NCIRD de los CDC!”.

“¡Bienvenida nuevamente al equipo!”, respondió otro empleado de Weber Shandwick.

Empezando la semana pasada, envié varios correos electrónicos a los CDC, a su directora y a su secretaria ejecutiva, solicitando explicaciones sobre el trabajo de Weber Shandwick en la agencia y el grado de participación de los empleados de Weber Shandwick en la formulación de orientaciones e información pública sobre la política de covid-19 y las vacunas.

Los CDC se han negado a responder preguntas sobre este aparente conflicto. También pregunté a los responsables del grupo de comunicación de crisis de Weber Shandwick, actualizaré a los lectores si responden.

Craig Holman, de Public Citizen dijo en un correo: “Otorgar un contrato de relaciones públicas a Weber Shandwick sabiendo que también trabajan para Moderna y Pfizer es una irresponsabilidad de los CDC”. Plantea interrogantes sobre qué intereses priorizará Weber Shandwick: los de sus clientes del sector privado o el del público en el NCIRD”.

Un vocero del senador Rand Paul (R-KY) escribió: “Esta nueva información de que los CDC han contratado a la misma empresa de relaciones públicas que representaba a los fabricantes de vacunas covid-19 nos preocupa”. Añadió que el senador ha cuestionado repetidamente a los funcionarios federales sobre posibles conflictos de interés en las recomendaciones de los CDC sobre vacunas covid-19. Tras las elecciones de noviembre (de 2022 en las que se eligen 1/3 de los senadores y un tercio de los diputados), el senador Paul será el representante republicano en el Comité HELP del Senado, que supervisa a los CDC.

“El pueblo estadounidense merece transparencia, nuestra comisión investigará a fondo estos conflictos de intereses el próximo año”, añadió el vocero.

Fundada hace casi 20 años, Weber Shandwick (IPG Dxtra) es la segunda empresa de relaciones públicas más grande del mundo. Según Provoke Media, que a fin de año anunciará los premios que la empresa ha ganado, “Weber Shandwick volvió a crecer en 2021, aunque de manera modesta, ese impulso continúa en 2022. Se ampliaron los pedidos de empresas como AB InBev, Abbott, Amazon, el CDC, GM, GSK, Kellogg’s, McDonald’s, Nestlé, Pfizer y Sanofi [4]”.

A principios de este año, Weber Shandwick presumió en LinkedIn de su exitosa promoción de Excedrin (aspirina, paracetamol y cafeína) de GSK [5]. Sin embargo, las empresas farmacéuticas también le trajeron algunos dolores de cabeza.

En 2006, múltiples medios británicos informaron sobre “Cancer United”, una campaña paneuropea contra el cáncer financiada por Roche -fabricante de tres medicamentos contra el cáncer- y promocionada por Weber Shandwick. Cuando la financiación de la organización se hizo evidente, los políticos y los grupos de pacientes se distanciaron [6] y posteriormente fue ridiculizada como una tapadera de Roche [7].

En 2016 se interrogó a un ejecutivo de Forest Pharmaceuticals sobre el rol de Weber Shandwick en la redacción de un estudio de 2001 que promocionaba uno de los medicamentos de la empresa y que se publicó bajo el nombre de un profesor de la Universidad de Texas [8]. Sergio Sismondo, profesor de la Universidad de Queen, describió el incidente en su libro sobre la mano oculta de la industria farmacéutica en la ciencia, titulado “Ghost-Managed Medicine (La medicina gestionada por fantasmas) [9]” como un ejemplo más de artículos que escriben las empresas de relaciones públicas para influir en la prescripción farmacéutica.

Según Medical Marketing and Media [10], Weber Shandwick ganó por primera vez un contrato que podía llegar a US$50 millones para apoyar al NCIRD de los CDC en septiembre de 2020, durante el primer año de la pandemia. Según los documentos del NCIRD, los empleados de Weber comunicarían los riesgos y las acciones recomendadas durante los brotes y transmitirían las recomendaciones sobre las vacunas a los proveedores de atención médica.

“Las responsabilidades de Weber incluyen proveer 10 empleados de comunicación en salud in situ, siete especialistas en comunicación sanitaria, dos especialistas en investigación sanitaria y un especialista en redes sociales. En relación con los medios de comunicación, las responsabilidades incluyen generar ideas, distribuir artículos y realizar actividades de divulgación en los noticieros, en los medios de comunicación y entretenimiento. También incluye visitas a los canales de radio y televisión, la formación de voceros y conectarse con gente de renombre”.

Un antiguo empleado de Weber Shandwick explicó en su cuenta de LinkedIn que sus obligaciones en los CDC “son mejorar las tasas de vacunación contra la gripe, el VPH, la tos ferina y el covid-19”.

Unas semanas después de que los CDC contrataran a Weber Shandwick, un vicepresidente senior de la empresa publicó un blog de la compañía en el que exponía los peligros de la pandemia de covid-19. Al final del blog [11], indicaba con un asterisco cuales eran los clientes de Weber Shandwick que estaban trabajando en vacunas para covid-19: GSK, Sanofi y Pfizer.

“La industria farmacéutica ha generado rápidamente asociaciones para la investigación y el desarrollo, la fabricación y la distribución. Un reciente artículo de opinión en STAT News resumía las medidas concretas que han tomado las empresas: “GSK* y Sanofi*, han combinado sus tecnologías innovadoras para desarrollar una vacuna covid-19 adyuvada. Pfizer* ha ofrecido su capacidad de fabricación para apoyar la producción de medicamentos y vacunas desarrollados por otras empresas”.

Diez días después, el 18 de noviembre de 2020, Pfizer anunció que su vacuna covid-19 cumplía los criterios primarios de eficacia en su ensayo clínico. Albert Bourla, presidente y director general de Pfizer declaró “Los resultados son un paso importante en esta histórica carrera de ocho meses para conseguir una vacuna que ayude a acabar con esta devastadora pandemia [12]”.

Al mes siguiente, Pfizer obtuvo de la FDA la autorización para uso de emergencia de su vacuna [13]. Mientras, PR Week publicó un informe especial sobre el plan de comunicación de Moderna para su propia vacuna covid-19 [14]. Tras presentar su vacuna al gobierno federal para obtener la autorización de emergencia, Ray Jordan, director de asuntos corporativos de Moderna y Colleen Hussey, directora de comunicación corporativa, declararon a PR Week que su plan de comunicación se centraba en la transparencia.

Para la publicidad, la empresa recurrió a Weber Shandwick en EE UU y a FTI Consulting en otros países. Moderna dijo a PR Week que la publicación de los datos de la vacuna generó 3.000 artículos en EE UU y 7.000 a nivel internacional.

Jordan explicó: “Basándonos en el interés de la prensa por seguir el avance de la vacuna, nos hemos inclinado por la transparencia al hablar de lo que estamos haciendo con la vacuna, incluso cuando podría parecer desafiante o penoso para la organización, en función de sus hábitos y experiencia”. Hussey añadió que espera que gracias a la transparencia de Moderna los usuarios tengan mayor conocimiento y confianza en la vacuna”.

En junio, Moderna anunció una nueva estrategia de comunicación [15], que dirigirá Laura Schoen [16], a quién se presenta a veces como presidenta de atención a la salud global en Weber Shandwick, y otras veces como directora de atención a la salud en IPG DXTRA, la empresa matriz de Weber Shandwick.

“Un equipo integrado e interdisciplinario, con el talento y la experiencia de Weber Shandwick, Golin y Jack Health, se unirá a Moderna para impulsar la narrativa de la marca a nivel global. El equipo, dirigido por Laura Schoen, Directora de atención a la salud de DXTRA Health, apoyará a Moderna para alcanzar audiencias claves, tanto internas como externas: empleados, consumidores, proveedores de servicios de salud, receptores de vacunas y políticos”.

Un empleado de Weber Shandwick tuiteó más tarde sobre su apoyo a Moderna en la Conferencia del South by Southwest (SXSW) en marzo próximo. “Vota por la entrada de mi #cliente Moderna en el SXSW 2023: ‘COVID, Viruela símica, Enfermedad X, ¿Qué sigue?'”

El panel debatirá sobre asociaciones público-privadas en el ámbito de la salud global [17] y contará con la presencia de Hamilton Bennett, ejecutivo de Moderna, y de Matthew Hepburn [18], asesor principal de la Casa Blanca, que trabaja sobre la respuesta a las pandemias y la preparación para futuras variantes del covid-19 en la Oficina de Política Científica y Tecnológica (OSTP).

El Dr. Martin Kulldorf, profesor de medicina en Harvard dijo: “Es preocupante que la misma empresa de relaciones públicas que trabaja para los fabricantes de vacunas establezca la agenda de temas de los CDC”. Kulldorf trabajó durante dos décadas con los CDC para desarrollar su sistema de evaluación de seguridad de las vacunas. Sin embargo, lo despidieron por no estar de acuerdo con la decisión de la agencia de detener la vacuna covid-19 de Johnson y Johnson, competidora de Pfizer y Moderna.

“Para garantizar la confianza del público en las vacunas los CDC deben proporcionar pruebas precisas y con base científica, y no lo han hecho”, dijo Kulldorf.