El regulador antimonopolio de Corea del Sur ha impuesto una multa a AstraZeneca (por US$764.000 dólares) y a un fabricante de medicamentos genéricos, Alvogen (por más de un millón de dólares) por llegar a un acuerdo que impedía que sus rivales comercializaran un tratamiento contra el cáncer, informa Ed Silverman [1].
En este caso, la empresa local, Alvogen, al parecer acordó suspender sus planes de sacar al mercado una versión de un medicamento de AstraZeneca llamado Zoladex, que se utiliza para combatir el cáncer de próstata y de mama. A cambio, Alvogen obtuvo derechos exclusivos para comercializar versiones genéricas de otros tres medicamentos fabricados por AstraZeneca [1].
AstraZeneca tuvo conocimiento en 2014 de que Alvogen estaba desarrollando una versión genérica de su medicamento y lo consideró una “amenaza significativa” para su negocio. En 2016, las empresas llegaron a un acuerdo que debía durar hasta 2020, pero se suspendió en enero de 2018. Alvogen aún no ha lanzado la versión genérica de Zoladex [1].
En un informe publicado hace tres años, la Comisión Europea y las autoridades nacionales investigaron más de 100 casos de presunta conducta antimonopolio entre 2009 y 2017 [2]. Durante ese periodo, se dictaron 29 resoluciones contra fabricantes de medicamentos que dieron lugar a sanciones por un total de más de US$1.000 millones. Los casos se referían a precios más altos o acceso insuficiente a través de fusiones, retraso de la competencia de genéricos, contratación, fijación de precios o precios excesivos [1].
La mayoría de las infracciones que generaron preocupación se referían al abuso de tener una posición dominante en el mercado, seguidas de distintos tipos de acuerdos entre fabricantes de medicamentos que restringían la competencia, como los acuerdos de pago por demora [1].
A principios de esta semana, la Comisión Europea decidió preliminarmente que Teva Pharmaceuticals utilizó diversas estrategias para impedir que empresas rivales introdujeran versiones de un medicamento muy vendido.
A principios de este año, la Autoridad de Competencia italiana multó a Leadiant Biosciences con casi US$3,8 millones por años de subidas “excesivas” de los precios de un medicamento para enfermedades raras, que adquirió, pero luego retiró del mercado antes de devolverlo con una designación de huérfano. Con eso, la empresa obtuvo un monopolio de 10 años, a pesar de que cuando recibió los derechos exclusivos de comercialización no se trataba de una molécula nueva.
La Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido multó recientemente a Pfizer y a una pequeña empresa de genéricos con un total de más de US$77 millones por especular con los precios de una píldora para la epilepsia. En los Países Bajos, Pfizer acordó poner fin a una controvertida práctica consistente en reducir los descuentos a los hospitales que reducían las compras de un medicamento, lo que, según los reguladores, disuadía injustamente a los sistemas de salud de cambiar a versiones de menor coste [1].
El regulador antimonopolio sudafricano recomendó sancionar a Roche por los precios supuestamente “excesivos” de su tratamiento Herceptin contra el cáncer de mama, y Merck llegó a un acuerdo con los reguladores austriacos para poner fin a una estrategia de precios predatorios para un tratamiento contra el cáncer cerebral.
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