Los CDC de EE UU han recibido bastantes criticas por la forma como gestionaron la pandemia por covid, probablemente debido a la influencia de varios factores, incluyendo algunos de orden técnico, pero, al igual que la FDA, también fueron objeto de interferencia política. Se ha anunciado una reorganización de la agencia y Marie Rosenthal [1] ha hecho un comentario a esos planes que resumimos a continuación [1].
Los CDC decidieron no utilizar las pruebas para diagnosticar el covid que había elaborado la OMS y apostaron por producirlas ellos mismos. La primera prueba que distribuyeron no funcionó porque estaba mal diseñada. Este problema se subsanó rápidamente pero los mensajes de los CDC no siempre fueron consistentes. Hubo contradicciones en el uso de mascarillas y tardaron mucho tiempo en informar a la población sobre el tipo de mascarillas que debían utilizar para protegerse. El cierre de escuelas fue otro tema polémico. La gente se sintió confundida y enfadada, y muchos se negaron a seguir las recomendaciones de la agencia.
Una evaluación interna que hicieron los CDC sobre su respuesta a la pandemia identificó como una de las principales críticas a la falta de comunicación, así como las deficiencias en algunos procesos científicos. El Dr. Frieden, que en el pasado había liderado la agencia, elogió a los CDC por estar dispuestos a revisar lo sucedido y tomar medidas correctivas, e insinuó que debería complementarse con una evaluación externa. Esas dos evaluaciones permitirían elaborar un plan para prevenir y responder mejor a futuras amenazas sanitarias.
La revisión recomendó que se pusieran en marcha nuevos sistemas, procesos y políticas internas para mejorar la rendición de cuentas, la colaboración, la comunicación y la capacidad de respuesta oportuna en todos los niveles de la agencia.
La pandemia de COVID-19 fue una emergencia mundial sin precedentes, y los CDC tuvieron que tomar decisiones de gran trascendencia mucho más rápidamente que en sus 75 años de historia. Estas decisiones se basaron en datos limitados que evolucionaban rápidamente, y la agencia no tenía suficientes recursos porque antes de la pandemia, los CDC y la mayoría de los demás departamentos de salud pública estatales y locales estaban lamentablemente infradotados.
La actual directora de los CDC, la Dra. Walensky describió los cambios que se aplicarían en toda la agencia y que “sentarían las bases para hacer cambios culturales y operativos a gran escala para mejorar la rendición de cuentas de la organización”. Entre ellos se encuentran:
El Dr. Frieden identificó tres puntos débiles en los CDC, “el personal de los CDC está bien capacitado y es trabajador, pero es demasiado lento, es demasiado poco práctico y no es suficientemente estratégico”.
Uno de los problemas es que muchos de sus empleados no han trabajado en la primera línea de la salud pública. “Hay una cierta practicidad y rapidez que proviene de haber investigado brotes y haberlos detenido que no se consigue a menos que [el personal] haya tenido ese vínculo en un departamento de salud municipal o local o estatal”, dijo el Dr. Frieden. No es lo mismo ser un clínico que dirigir programas de salud pública.
Los CDC se han vuelto más académicos, analizando los datos durante meses o años y publicando luego esos resultados, de la misma manera que lo haría alguien en un entorno universitario, y eso es muy diferente a gestionar una crisis. Una idea para obtener esa experiencia, así como para ayudar a los departamentos de salud locales -que a menudo carecen de fondos y de personal-, es incorporar a los departamentos de salud de todo el país personal como los funcionarios del servicio de inteligencia de epidemias y los funcionarios de programas, sugirió el Dr. Frieden. “Eso ayudará a todos. Ayudará a esos departamentos a contar con personal más experto, y ayudará a los CDC a entender mejor lo que realmente está ocurriendo en el país; y a medida que esa gente rote por los CDC, infundirá un sentido de acción rápida y práctica en la agencia.”
También hay que actualizar los programas de gestión información y analizar los datos con mayor rapidez. Otros países, como Israel, utilizan la base de datos del Ministerio de Salud para obtener información en tiempo real sobre las pruebas, el tratamiento y la vacunación.
Por otra parte, la respuesta al covid se politizó, y los CDC se vieron envueltos en la política partidista. En una encuesta realizada en 2021 por la Fundación Robert Wood Johnson y la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, el 20% de los encuestados dijo que no confiaba en los CDC “mucho/nada”. Además, el 25% dijo que confiaba en los CDC sólo un poco, pero el 52% dijo que confiaba bastante en los CDC.
En el pasado, la Casa Blanca y el Departamento Nacional de Salud nunca intervinieron y mucho menos anulaban las recomendaciones técnicas de los CDC. Una forma de minimizar esa influencia que la Casa Blanca ha tenido sobre la agencia en los últimos años seria desvincular el mandato del líder del CDC del periodo en que permanece un presidente en la Casa Blanca.
Algunos de los problemas de los CDC son estructurales y están fuera del control de la agencia, dijo el Dr. Frieden. El Congreso ha fragmentado los CDC en más de 150 líneas presupuestarias, lo que hace que trabajen en silos y les impide ver el panorama general o cambiar la distribución de los fondos para apoyar una nueva amenaza a la salud.
Además, los CDC tienen que colaborar con muchos otros departamentos, como los de seguridad nacional, FEMA, transporte, trabajo, vivienda, educación e incluso el ejército, porque una pandemia es una cuestión de seguridad y economía, no sólo una crisis de salud pública.
Entre todas las recomendaciones, quizás una de las más importantes para recuperar la confianza de la gente es mejorar la comunicación.