A continuación, resumimos un artículo publicado en Político [1], en el que Carlo Martuscelli informa que el Tribunal de Cuentas Europeo (European Court of Auditors) acusó en un informe especial [2] a la Comisión Europea (CE) de ocultar los detalles de una millonaria negociación para la compra de vacunas covid-19 entre la CE y Pfizer.
El procedimiento usual en los contratos de adquisición de vacunas covid-19 de la Unión Europea (UE) es que un equipo de funcionarios de la CE y de siete países miembros inicien las negociaciones con las empresas farmacéuticos. Luego, un Comité de Vacunas, formado por representantes de los 27 países miembros de la UE debe aprobar estas negociaciones.
El informe del Tribunal de Cuentas Europeo [2] asegura que la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, se habría saltado estos pasos y habría iniciado unilateralmente conversaciones con Pzifer en marzo de 2021, para finalmente celebrar en mayo de 2021 el contrato de adquisición más grande que firmó la UE para comprar vacunas covid-19. Un auditor entrevistado por Político que solicitó permanecer anónimo dijo: “Los aspectos clave del contrato se acordaron de manera informal. Sólo tras este acuerdo informal pudo continuar el proceso formal. Fue realmente esencial para las negociaciones”.
La CE, que usualmente otorga información al Tribunal de Cuentas para los contratos, se negó a entregar las grabaciones de las negociaciones sobre el contrato con Pfizer, algo que es extremadamente inusual y que despertó aún más sospechas sobre lo que ocultan los mensajes entre von der Leyen y Albert Bourla, director ejecutivo de Pfizer. La Defensora del Pueblo Europeo también inició una investigación sobre el tema en septiembre de 2021, pero la CE respondió que ya no tenía los mensajes entre von der Leyen y Pfizer, y que tampoco consideraba necesario conseguirlos [3].
El contrato de la discordia es el tercero celebrado entre Pfizer y la Unión Europea por vacunas covid-19, que es el más grande, involucra una compra inicial de 900 millones de dosis que pueden ampliarse hasta un total de 1.800 millones. Según los detalles que se filtraron, el precio inicial por dosis acordado sería €15,50 pero luego aumentó a €19,50, por lo que el contrato total podría involucrar a más de €35.000 millones.
No es la primera vez que von der Leyen está involucrada en un escándalo de estas características. Cuando era Ministra de Defensa en Alemania desaparecieron “accidentalmente” mensajes de texto de su celular mientras el Parlamento la investigaba por pagar contratos elevados a sus asesores.
Hay una percepción generalizada de que la UE está lejos de los intereses del público y de que es manejada por las grandes empresas multinacionales. El Tribunal de Cuentas no tiene potestad para obligar a la CE a publicar la información faltante, pero se espera que el Parlamento Europeo se manifieste sobre este escándalo, algunos eurodiputados ya reclaman una mayor transparencia en las negociaciones sobre vacunas y también más información para saber si existió alguna presión por parte de la industria para que los políticos europeos rechacen una exención de los ADPIC en la OMC.
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Referencias
Nota de Salud y Fármacos. Tras el silencio de von der Leyen, Bourla tuvo la oportunidad de aclarar las cosas en el Parlamento Europeo, pero prefirió escabullirse. ¿Por qué todos estos secretos? ¿Qué tienen que ocultar a los ciudadanos europeos?” escribió Nick Corbishley [1].
Al destaparse el escandalo de la compra de vacunas, se invitó a varios ejecutivos de las empresas farmacéuticas a prestar testimonio durante una audiencia del Parlamento Europeo, con el objetivo de extraer lecciones para próximas pandemias. El testimonio de Albert Bourla, director ejecutivo de Pfizer estaba previsto para el 10 de octubre, pero no se presentó ni justificó su ausencia. Se esperaba que Bourla enfrentara a un duro interrogatorio sobre los acuerdos secretos sobre vacunas que hizo personalmente con von der Leyen. Es de suponer que eso es algo que Bourla preferiría evitar. Si bien es cierto que el Parlamento Europeo no puede obligar a nadie a presentarse en una audiencia, el que Bourla se haya echado atrás en el último momento no da buena imagen. Como mínimo, refuerza la impresión de que Bourla y von der Leyen tienen algo importante que ocultar a los legisladores y ciudadanos de la UE [1].
Von del Leyen también está en apuros por no querer revelar los mensajes de texto con Bourla, a pesar de las reiteradas peticiones de los eurodiputados y de la defensora del pueblo de la UE, Emily O’Reilly. Cuando O’Reilly instó a la Comisión a emprender una búsqueda más exhaustiva de los mensajes de texto en cuestión, la Comisión jugó con el tiempo antes de declarar finalmente que no puede ni necesita encontrar los mensajes de texto [1].
La presión sobre von der Leyen es cada vez mayor y su desplante al Tribunal de Cuentas de la UE podría costarle caro. El descontento en el Parlamento es grande y los primeros diputados piden que se involucre la Fiscalía Europea” [1].
Por otra parte, la Fundación Bill y Melinda Gates, que posee importantes acciones tanto de Pfizer como de BioNTech, en septiembre concedió a von der Leyen su premio Global Goalkeepers. El propio Bill Gates elogió a von der Leyen por la gestión de la pandemia.
Merece la pena recordar que Bill Gates y sus socios, incluido el Wellcome Trust, una fundación de investigación británica con estrechos vínculos con las grandes farmacéuticas, utilizaron su influencia en la Organización Mundial de la Salud y otros organismos de salud globales para controlar de forma efectiva la respuesta mundial al covid [1].
Referencias