Es poco probable que los precios de las principales insulinas que utilizan cientos de miles o millones de beneficiarios de Medicare se negocien como parte del nuevo paquete de reforma de reconciliación de precios de medicamentos [1]. A diferencia de la Ley Build Back Better, el nuevo paquete excluye requisitos de negociación específicos para la insulina y, en cambio, trata a la insulina como a otros medicamentos.
Según el nuevo proyecto de ley, las negociaciones se limitan a medicamentos de fuente única que no tienen competencia genérica o biosimilar [2]. Tres insulinas populares: insulina glargina (Lantus); insulina aspart (Novolog); e insulina lispro (Humalog), ya tienen o se espera que tengan competencia biosimilar antes de que se establezca el mecanismo de negociación (Cuadro 1). Por lo tanto, es probable que las tres insulinas no califiquen como medicamentos de fuente única elegibles para la negociación
Si bien la competencia es útil, la competencia limitada que se espera (uno o dos competidores) puede no ofrecer las reducciones de precio significativas que se suelen asociar con más competidores. Además, en el caso de la insulina, tanto las corporaciones de medicamentos de venta con receta como los administradores de beneficios farmacéuticos tienen incentivos para mantener los precios altos. Una combinación de competencia de biosimilares y de negociación de precios sería más efectiva para lograr reducciones significativas de precios.
En 2020, Medicare gastó miles de millones de dólares, antes de los reembolsos, en la compra de grandes volúmenes de estas insulinas líderes para muchos beneficiarios (Cuadro 2). Para proteger a los usuarios de insulina, el Congreso puede restaurar el requisito de negociar los precios de los productos de insulina en el paquete de reforma de reconciliación de precios de medicamentos.
Notas y Referencias